30/12/13

#OperaciónMaletas.

Por pasos:

1.- Música decente para ir haciendo el equipaje. Algo ligero y que anime, que no te deje sentado delante del ordenador: Fito y los fitipaldis. Esos caen para hoy. Además, el viaje es muy largo, y la vuelta más. Así que hay que programar, minimamente, la música que va a escucharse. No digo en plan: Jack Nicholson en Mejor... Imposible, pero algo si.
2.- Mirar el tiempo que va a hacer los próximos días en el lugar al que vamos. Llevarse bañador a Sierra Nevada es de idiota. (A no ser que te hayan invitado a un Jacuzzi comunitario.) Lo mismo que jersey de lana en agosto a la playa. Aunque... siempre hay que ser precavido. Maldonado falla más que una escopeta de feria y es conveniente tener un poco de todo. (Por si las moscas.)
3.- La maleta adecuada, ni muy grande que te vaya sobrando, ni muy chica que tengas que usar varias bolsas más. En mi caso una bolsa de Coronel Tapioca de esas sin ruedas mi mariconadas, suele ser la acertad. Y es que una maleta, además, habla de ti. A mi no me vas a pillar con una de ruedas, a no ser que se la lleve a una tía que esté buenísma o en su defecto a mi nene que tiene una parecida con un Micky en relieve. (Si, que le vamos a hacer fue un regalo.)
4.- Lista de lo que vas colocando, para no olvidar nada. Mi memoria es tipo Doris, el pescao amnésico de Buscando a Nemo. Como no lo tenga apuntado todo termino haciendo que me envíen camisas, mecheros, o cualquier cosa que se al llegar a casa es uno de esos útiles imprescindibles en el día a día como puede ser la cabeza. Yo, por si acaso, lo apunto.
5.- Buscar ropa que lo mismo sirva para una cena de trabajo como para un desayuno familiar. Zapatos cómodos, pañuelos, accesorios que puedas combinar por si te vas de senderismo o a un cotillón. (La idea es que puedas combinar, no que uses la misma ropa para todo. A no ser que seas Walter Mitty, no vayas al trabajo con la cazadora con la que te tiras al mar.)
6.- Cables y utensilios varios, e-book, cámaras de fotos, móvil... En un viaje, a veces, pocas, hay momentos en los que toca esperar. Un bus, un tren o esos cinco minutos que tardan las tías en terminar de arreglarse en los que se puede levantar la Catedral de Burgos a escala 1:1 con figuras de Lego. Para esos momentos es bueno estar preparado.
7.- Cartera con documentación, tabaco, llaves, cuaderno (y es que por mucho que apunte en el móvil, un moleskine es un moleskine), bolígrafo. Y por su puesto... dos pares de gafas de sol.

Creo que no olvido nada. Así que voy a ponerme manos a la obra. O a la maleta.
Nos vemos.

25/12/13

Feliz Navidad.

Bueno, ahora si. ¡Feliz Navidad! Y si  por cualquier cosa no aparezco antes de Año Nuevo pues eso... Que felicidades también. 

Creo que desde que tengo este blog es la vez que menos he escrito. ¡Soy feliz! ¿Que queréis que os diga? Y aunque de vez en cuando me salga una entrada lacrimosa, o una tipa en bolas, o vete tú a saber, el resto del tiempo estoy bastante bien. ¿Y que pasa? Que los mejores post salen cuando estás cabreado, o triste, o simplemente no estas bien. Por que cuando uno está bien está en la calle, disfrutando y más o menos eso es lo que hago yo. La manía de escribir no se me va y aprovecho muchos ratos en el curro para hacerlo. O por la mañana cuando estoy solo. O en vacaciones. O... Pues eso. Que espero que vosotros escribáis poco también o mucho pero para contar que estáis de puta madre. El caso es que espero que tengáis una fiestas de puta madre. Y que nos veamos en los bares. 

Eyaculación precoz


- Duras menos que un haiku. - Le recriminó la novelista.


24/12/13

El décimo.

Mamá compró un décimo poco antes del sorteo. Por la noches se llevaba el billete y la oía rezar. Después, cada mañana antes de prepararme el desayuno, lo volvía a colocar en aquella vieja biblia que le regaló la abuela. Decía que Dios nos ayudaría. Que él no podía dejar que nos pasara nada malo. Yo pensaba que Dios no dejaría que suspendiera matemáticas entonces y también le pedía para que la señorita Asunción me aprobase aunque mamá no se fiaba mucho y me hacía estudiar. 
Cuando faltaban dos días para el sorteo mamá empezó a rezar de una manera distinta. No lo hacía como la abuela. Ya no se la escuchaba con el soniquete del Ave María, o con el Padre Nuestro ese que me enseñaron en el colegio. ¡No! Mamá ahora hablaba con Dios a voces. A veces la escuchaba llorar y suplicaba. Otras, como hacía cuando papá estaba aún en casa, la oía gritar y reprocharle cosas. Mamá después pedía perdón a Dios. Pero volvía a exigirle que la ayudase. 
El mismo día del sorteo me entregaron las notas. La señorita Asunción me había aprobado por los pelos pero Mamá debía estar muy enfadad con Dios. Cuando llegué no estaba en casa. La abuela me dijo que se había ido con Dios, que la había llamado para que no tuviese mas problemas, para que la acompañase en el cielo pero yo sabía donde guardaba el décimo mamá y estaba roto bajo la estantería. Yo sé que mamá no se  iba a aguantar sin darle a Dios lo suyo por no hacerle  caso. Solo espero que no le diese muy fuerte porque a veces hay que poner algo de tu parte para que te ayude, como con las matemáticas. Y quizá mamá no supo poner de la suya.

21/12/13

¡A tomar por culo!

Que si, que llega la Navidad, y ahora es cuando llega la gente poniendo pegas: ¡Que a mi no me gustan estas fechas! Que la gente es muy hipócrita. Que lo único importante es comprar y esto se ha quedado en unas fechas para los grandes almacenes. Que a mi me engordan los mantecados. Que solo solo vale beber y beber como los peces en el río. Que echo de menos a gente que no está y me da mucha pena. Que a mi me da igual porque yo trabajo. Que soy tonto del bote y tengo que joder al personal...

¡De todo! Te vas a encontrar de todo. También hay gente a la que le gusta la Navidad. A mi me pasa como la Feria. ¡Que me encanta! ¡Y es que esto de Navidad mola! Que si, que tocará trabajar. Ya no es como antes que el día 24 se cerraba todo a las doce del mediodía y ni salían autobuses ni el supermercado abría, y hasta los bares cerraban antes de la cena y no volvían a abrir hasta la tarde de día siguiente, como pronto. ¡No! Ahora toca currar en estas fechas, y encima hay que agradecer que lo estamos haciendo. 
La gente no es más hipócrita en Navidad. Los hipócritas lo son todo el año. Solo que en Navidad es más fácil reconocerlos. Y... ¡Coño! Si no quieres engordar no comas, no te pongas pujo de beber y no gastes como si no hubiese mañana. ¿O es que nadie te ha hablado de la moderación? Que la Navidad no es una cena con la familia donde se pone uno pujo y se pelea con el cuñado. Que lo importante es juntarse, y si queda algún pendiente... ¡Que mejor fecha para arreglarlo! Que si, que puede que tu cuñado sea un imbécil, o tu cuñada o tu hermano ese con el que jugabas de pequeño y ahora parece que el hijo del vecino. Pero... hay más gente alrededor. ¿Vas a darle el día a todos por culpa de una rencilla, por un "poyada"? ¡Anda hombre! 
Estamos de acuerdo en que en Navidad se echa de menos a mucha gente. Familia, amigos que no están y no porque vivan en Fernando Po, o se hayan ido a pasar las Navidades con otra rama de la familia. ¡No! Fallecieron y quizá los recordamos porque nos dejaron unas Navidades tan buenas que nunca podrán ser iguales si no están ellos. Pero... ¿Acaso pensáis que los que os dejaron esas Navidades tan estupendas no estarían encantados de que las disfrutases igual o más que con ellos? Si una persona se curro tanto alguna fecha para que tuvieses una Navidad tan especial, seguro que también le gustaba, seguro que disfrutaría viéndote reír. A veces se echa mucho de menos a algunas personas pero tenemos que seguir, recordarlos y disfrutar el doble. Por nosotros y por ellos. 

A mi la Navidad me encanta y no me lo va a cambiar, de momento, ningún tipo con pinta de Scrooge que las odie. ¡Paparruchas! ¡La Navidad Mola! Y al que no le guste que no mire. ¡A tomar por culo!

17/12/13

Horas.

Corren.
Se supone
que corren
pero no las veo.
Un día
otro.
Siete y más.
Muchos más y
corren.
Lo sé porque
llevo infinidad aquí.
Esperando.
 Pero si te fijas.
Ni una.
Ni una.
Se mueve
lo suficientemente rápido.
Corren.
¡Como corren las hijas de puta!



13/12/13

Dieta milagrosa.

Rosie Huntington para Burberry

Empezó por quitarle el abrigo. Lo colocó en una percha con forma de balanza romana. Después la chaqueta, la blusa. La falda cayó delicadamente en uno de los laterales, en el otro, equilibrándola de nuevo la ropa interior. Con cada zapato terminó por nivelarla. 
- No era así como pensaba hacer la dieta. Además me prometiste perder cinco kilos y mi ropa solo pesa cuatro cuatrocientos. 

Y conduciéndola a la habitación le susurro:

-El resto es ejercicio. 

12/12/13

La cigüeña.


- Así que por fin un niño. Ya era hora. Tres niñas es mucho en una casa. ¡Fíjate en mi! Quería dos niños. ¡Dos niños! Que después quise una niña. ¡Una niña!

- Pues ahora que quieres un coche... A ver como se lo haces a tu mujer. 


(Contestación del padre de Bubo a un compañero de trabajo cuando le comentó que tendría su primer hijo.)


11/12/13

De hoy no pasa.

Todas las cosas que me gustaría hacer sin fecha determinada y me hacen soñar con un futuro ilusionante, solo necesitan de un poco de reflexión y una decisión firme para que pasen a ser una de mis obligaciones pendientes que me amargan cada vez que las postergo.

Bubo dixit.

8/12/13

Cegados

Se frota las manos. Las coloca en sus ojos. Tan fuerte que casi se hace daño. Como si así se apartase del mundo. Después va abriendo poco a poco los dedos. La vida, el mundo, sigue ahí. Y baja las palmas por su cara para volver al lugar que le corresponde. 
Durante unos segundos, en los que se ha quedado ciego, él no era él. Era más, o menos, pero distinto. Otra persona, otra cosa, alguien sin problemas. Sin brillo, sin aliento, sin mentiras, era... eso que sueña a veces cuando se tapa la cara y no quiere reconocer que hay mundo detrás de sus palmas. 

Sueño(s)

Estoy en casa de mi suegra. Todos duermen. El mismo canal desde que empezamos a comer hace ya dos horas largas. Los platos recogidos y en la mesa las tazas de café están vacias. No han llegado a enfriarse. Lentamente me levanto de la mesa. La silla se resiente cuando la dejo y un sonido se escapa de una de las bocas entreabiertas. No distingo de quién. 
Me dirijo a  una de las sillas que ahora se acumulan en el pasillo. Una de ellas tiene en su regazo mi chaqueta. La busco  y recojo una bolsa negra. Dentro hay guardados varios sueños. Sueños cortos, de siesta, de esos que te alegran el día en cinco minutos. Y se los voy colocando en la frente. 

6/12/13

Sesión de fotos.

Se despertó cuando una mano le tocó la oreja. Una sonrisa se abrió mucho antes que sus ojos cundo escucho:
- ¡Vamos! ¿No querías hacerme esas fotos? ¡Levántate! Tienes cinco minutos.
Ni siquiera refunfuñó. Se levantó y buscó la cámara. 
- ¡Sin flash! - Le dijo ella.- No quiero que despiertes a los vecinos. 
Está preciosa. Pensó. ¿Como puede estar tan guapa a estas horas? Disparaba en el cuarto, ella no le daba muchas opciones, algunas fotos en el sillón, otras junto a la ventana, su reflejo en el espejo.. Pero ella tardo poco en volver a pedirle que se acostara. Lo hizo con un mueca, como los niños cuando le quitan su juguete. No replicó y volvió a caer en el sueño anterior. 

La mañana del día siguiente, dos minutos antes de que sonase su despertador, buscó la cámara junto a la cama. Empezó a mirar las fotos. Fotos de un sillón vacío, de la venta, del espejo... En ninguna estaba ella. Nunca pudo hacerle esas fotos que tantas veces le pidio. Ya solo le quedaba el recuerdo. 


P.D. La foto es de Silvia. De estas veces que tengo que hacerle de modelo y termina haciéndolo ella. 

28/11/13

Jardinero a tiempo completo.

Mira que les dije que no quería una jardinera en mi tumba. Lo peor no es que tenga que salir para regarlas, lo peor es que encima hay goteras. 

Tumba Howard Carter.

24/11/13

Resaca dominguera.

- Cubatas a dos euros. - Me dice JP.
- ¿Y eso no estará malo? - Le pregunto.
- ¡Que va! Mi sobrina va todos los fines de semana y al día siguiente está hecha una rosa. 

Así que terminamos en un garito con bachilleres y universitarios bebiendo whisky y mirando el culo a niñas que podían ser... ¡Nooooo! ¡Que van a ser, con lo buenas que estaban! 
El caso es que llevo tres semanas de no hablarle a JP porque aún no se me va el dolor de cabeza. 



(Olvidamos que, cual Lobezno en su última película, perdimos el factor curativo hace mucho de eso. No me extraña que ahora aparezca el Sr. Jackman con un cáncer de piel.)

21/11/13

La buena educación


Tejer alianzas siempre tiene que ser desde la buena educación. A mi me gusta la buena educación, es más revolucionaria. 

Antonio Maillo Cañadas.
@MailloAntonio

20/11/13

Día mundial del niño.

- Felicidades hijo. Hoy es el día mundial del niño.
- ¿Y mi regalo?

La apuesta

Ni siquiera recuerdo cual era la respuesta. Ni la pregunta. Solo se que debía pagar una apuesta que se había hecho hacía ya muchos años. Mucho antes de que las quedadas se hicieran con niños, mucho antes de que se uniesen las esposas y maridos a las celebraciones de nuestro grupo del barrio. Y para eso me había llamado Marina. 
La última vez que la vi vivía en una montaña rusa. Después de tanto tiempo aguantando a un marido que le había fallado varias veces por fin se había desecho de él. Los niños, el trabajo, o la falta de él, los padres y algún rollo de esos que se había encontrado en alguna celebración del tipo: Hoy es el ultimo día de tu vida. De esas que te suelen hacer los compañeros o amigas para que te animes por encontrarte más tirado que una colilla. habían conseguido que se estabilizase. Así que cuando llamó y después de varias preguntas pertinentes le pregunté como estaba me respondió:
- Bien. Estoy bien. Algo fastidiada pero bien. Y... ¿sabes que pasa?
- ¡Dime! 
- Que he recordado la apuesta esa que nos hicimos. Esa que perdiste y te dije que me tendrías que pagar un día. 
- ¿Ahora? Pffff. No sé. Hace mucho de eso...
- ¡No! No me vengas con tonterías. ¿Que estás haciendo? 
- Pues... casi me iba a la cama. ¡Es tarde! ¿Sabes? Y Silvia duerme ya. 
- Pero no has bajado la basura. ¿A que no?
- No.
- Pues te espero abajo. Aún tengo la llave del piso de mi abuela. 
Fui al cubo de basura. Allí estaba, como una traidora, la bolsa llena. La recogí y cerrando sigiloso me fui a la calle. El ruido del contenedor al abrirse parecía una sirena avisando de algún delito. Cuando volvía al piso Marina, enfundada en una gabardina, se dirigía a mi portal. Abrió con las llaves que traía y la seguí. El piso era el bajo derecha. Llevaba dos años esperando que alguien lo comprase. Cuando entré lo reconocí igual que cuando lo visitábamos para atiborrarnos de chocolate o quitarle los cigarros a su abuela. 
- Ven... - Me dijo.
Y la seguí hasta el cuarto que de la plancha. El que a veces usaban los invitados con una cama pequeña y libros por todas las estanterías. Marina tenía el aplomo que no le había visto en los últimos meses. 
- Me hace falta. Me hace mucha falta y esto solo te lo puedo pedir a ti. 
Me desvistió lentamente. Me echó en la cama y para que no la interrumpiese me ató las manos con un precinto que sacó de su gabardina. Después se la quitó dejando ver su cuerpo. Seguía siendo una mujer impresionante. Se fue ajustando a horcajadas en mi cara y entonces cuando tenía sus piernas en en mis mejillas. Casi sin poder escuchar nada más que el tam-tam de sus muslos me dijo:

- Ahora paga. ¡Cómeme el coño!

(Para Juana. Para que baje al sótano.)

18/11/13

Como hacer el gilipollas y arrepentirse de por vida.

Estuvimos dos años saliendo juntos. Cristina y yo habíamos quedado como amigos pero seguía echándola de menos. Entre tanto alguna salida hasta las tantas me proporcionó algún rollo. Ninguna chica llegó a gustarme más allá de la tercera copa. Ella seguía estando en mi cabeza día tras día. Hasta que llegó Mónica.

Mónica era parecida a Cristina. Quizá más alta, menos guapa, pero lo compensaba eligiendo muy bien su ropa. Usaba vestidos cortos que resaltaban toda su figura. Tardé en  darme cuenta que me gustaba. Ella salía con un grupo de amigos diferente al mío, de su grupo solo conocía a Javi. Primero compartimos alguna cervezas en la tasca de la Asunción. Después, los más borrachos de los dos grupos, quedábamos en Chaplin para tomar el café y alguna copa. Era habitual encontrarnos sin quedar.

Cristina fue más rápida en darse cuenta que había alguien más. Cometí el error de llamarla por teléfono y su nombre se me escapó dos o tres veces cuando me preguntaba por mis días en la playa. Me recordó que a la semana siguiente estaría en Málaga. Que podía dar una vuelta y pasar el día juntos. Para contarnos batallitas de verano, me dijo, como los dos buenos amigos que nos suponíamos. Yo accedí encantado.

Aquel día fue la primera vez que nos vimos por la noche.Uno es torpe y a veces no se da cuenta de lo que quiere hasta que lo ve llegar con una heineken y un vestido minifaldero negro. Mónica lucía una sonrisa dentífrica que me dejaba helado y un cuerpo que me subía los colores. La madrugada nos llegó sin darnos cuenta. Bailamos alguna salsa, rock and roll, sevillanas y hasta alguna canción de el Fary que colaron en los pub con la idea de echarnos de allí y cerrar. Fue mi mejor noche desde que estaba en la playa y, lo mejor, el inicio de otras. Bailes, cerveza, playa algún secreto confesado al oído comenzaron a unirnos. Ahora los días y las noches pasaban rápido. Los dos grupos se hicieron uno. 

Entonces llegó Cristina. Cuando llegó, incluso el autobús hacía juego con sus ojos. Más morena, con unos tirantes que la hacían más esbelta. Estaba radiante. Nos saludamos con dos besos y me ofrecí para llevar su pequeña bolsa. Teníamos solo unas hora y nos fuimos directos a la playa. 
- Una en la que no haya mucha gente, me pidió Cristina. 
Y ese día no recordé que tenía una cerveza pendiente en La Asunción,  no recordé la copa de Chaplin y solo miré el reloj una vez, cuando Cristina me dijo que faltaba poco para que su autobús saliese. El tiempo había pasado rápido, muy rápido y entre medias varios besos en el mar habían dado paso a una promesa: Seguir juntos. 

Faltaban pocos días para que las vacaciones acabasen y esa noche, como todas las otras, volví a salir a la calle. Llegué tarde. En la puerta del pub estaba todos. Mónica me sonrió. 
- ¿Donde te has metido esta mañana? - Me preguntaron.
Escabullí la respuesta señalando la barra.
- Voy a pedir. ¿Alguien quiere algo? 
Me saldría caro pero así no necesitaría contestar. Esperando en la barra Mónica se acercó a mi. Le pregunté por el día, por el tiempo, por la temperatura del agua, cualquier cosa con tal no tener que responder nada de lo que había hecho. Crístina seguía en mi cabeza y se mezclaba con el escote de Mónica y sus piernas. Regresamos con el grupo. Alguien encendió un canuto. A mi me llegó el último, con la boquilla roja del pintalabios de Mónica. Esa noche tuve que hacer muchas escapadas a la barra para evitar marearme. El humo, las cervezas,los labios rojos de Mónica acercándose a mis oídos, sus piernas... y Crístina que parecía que no había cogido el autobús y seguía en mi cabeza. 
La madrugada de esa noche se retrasaba más que nunca. Cuando llegó, Mónica me pidió que la acompañase a su piso. Las sonrisas de los amigos se filtraron entre las cervezas. Algún guiño, algún codazo disimulado y... Crístina que volvía a estar justo en su escote. Así que no me fue difícil mirarla a los ojos y decirle que no. Que estaba cansado. Que también yo me iba pero en la otra dirección. Fue Javi quien la acompañó.

Al día siguiente les conté que Cristina y yo habíamos vuelto. Javi se alegró mucho. Era el único que la conocía y estuvo durante un rato alabando las virtudes Cristina, de la fidelidad, de la pareja y después... de Mónica. Por que a partir de ese día ellos se hicieron inseparables y yo no conseguí volver a encontrar mi lugar en aquel grupo. 

Ahora se, en esos días que quedaban de vacaciones, escribí dos cartas a Cristina que consiguieron enamorarla más tiempo del que yo fui capaz de estarlo de ella. Pero no las recuerdo. De aquellos días en los que Cristina y yo cimentamos de nuevo nuestra relación solo recuerdos unas piernas vertiginosas, unos labios rojos, un escote impresionante y un vestido minifaldero negro al que dije que no. 

Nunca me he arrepentido tanto de un no como aquel día. 


14/11/13

¿Tranquilidad?

Estos días de vacaciones me han servido para darme cuenta que un montón de cosas que tendré que volver a leer en el cuaderno de viaje porque ahora mismo no me acuerdo. Ahora solo me acuerdo de mi gente, de Córdoba, hasta de mi ordenador. (Ahora mismo estoy escribiendo en uno de la biblioteca municipal de Priego de Córdoba.) De que las cosas no cambian más rápido cuando eres mayor pero si que lo hacen con más profundidad. Que los padres son los nuevos hijos y se les quiere igual pero con más respeto. Vamos que no es nada fácil decirle a quien te ha dicho toda la vida lo que debes hacer lo que debería hacer ahora. ¡Da rollo! 
Me he dado cuenta que echo mucho de menos a mi chica y eso que llevamos solo cuatro días cada uno a su bola. Que necesito escribir más a menudo, aunque menudo no me conteste. Que la gente vive mucho más tranquila cuantas menos preocupaciones. (Y tengo que reconocer que el blog, twiter, facebook, y los mail son unas preocupaciones que nos hemos buscado los demás.) Mi etapa de desintoxicación de la red se me está haciendo cuesta arriba. 
Estos días ¿tranquilos? la música y los libros son el mayor acompañamiento. ¡Vale! También la tele. ¡Manda huevos que en mi casa no vea tele y cuando llego a la de los demás no paro! He cambiado los programas de la 2, los monos, los leones del Serengeti, los osos polares, por Juan y Medio. ¡Duele! 
Poco más. Se me acaba la media hora de conexión que tenía y hace un día muy bueno para estar aquí bajo las luces fluorescentes. Me voy a ver si acaba el libro de Toti Martinez, nada de cosas espesas, esta "tipa" me gusta, a un sitio de esos que... Bueno, os lo enseño: 


Poco más. Toti me espera con una cerveza en la mano.
Nos vemos pronto.

12/11/13

...

Que la ventana de tu baño
te devuelva a Abril. 
Que tus gatos ronroneen en piernas
y duren cien años. 
Que en tu cama siempre tengas
alguien con quien dormir. 
Que nada de lo que quieras
te haga perder los sueños.
Que los fracasos sean 
amigos a los que añorar.
Que el corazón no te reviente
de un mal genio, ni un engaño.
Que tus amigos sean siempre nuevos
y puedas llegar a mil. 
Que todos te quieran como yo 
pero no los eches de tu vida
en una madrugada febril. 

5/11/13

La misma piedra.

Hay piedras que se dan un retoque de maquillaje y se cortan el pelo solo para que tropecemos con ellas otra vez. Y así no hay quien ande dos pasos sin tropezar.

Bubo dixit.

30/10/13

El café.

- Me da tiempo a tomarme un café. - Pregunta la chica mirando el reloj con nerviosismo.- Mi autotobús sale a las cinco.
Yo también miro el reloj y el ordenador me devuelve la hora exacta: 16:47. A mi me gusta tomarme el café pausado y no entiendo que alguien se lo tome como si fuese un purgante. Aunque en la familia haya gente que lo haga. 
- Uno rápido.- Le contesto. 

16:58.- No he visto pasar a la chica. Mira hacia la barra del bar. Allí está ella. Delante tiene un café con leche, una napolita a medias y una bolsa de chucherías. Me dirijo a ella y señalo mi muñeca como si hubiese un reloj. Entonces ella mira el suyo. Se apresura, se bebe lo que le queda de café de un sorbo y hace una mueca. Se ha quemado. Muerde la napolita y coge la bolsa de chucherías con tanta fuerza que la rompe. Aligera el paso y el bamboleo de sus bolsas hace que se caiga lo que le queda de napolitana. No se gira. El autobús tiene el semáforo en verde. Ella hace aspavientos para que pare. 





(Y todo esto viene a que hay gente que no sabe disfrutar las cosas si no lo tiene todo.)

27/10/13

Ola k ase?

- A ver, quillo, súbete conmigo al despacho y me explicas eso que tienes montado con las chatis. - Le digo al vigilante de seguridad así en plan colegeo

Y es que el tipo lleva más tres cuartos de hora con el móvil dando caña. ¡No para! El pitido del whatsapp lo tengo en la cabeza y parece un grillo de esos que hemos tenido por Córdoba el último mes. 
Le dejo el ordenador. Comienza a trastear por internet y se mete en una página de contactos. Introduce su nick y contraseña y aparece una página muy colorida con un montón de fotos. Estoy entusiasmado. Llevaba años de no meterme en una y él, crujiendo los dedos delante del monitor, pone sus manos en el teclado. Espero una lección magistral, algo así como un Zero Cool en la película Hackers. Respira profundamente y me dice que me prepare. Que voy a conocer como termina encamándose con tanta tía buena que le aparece en su móvil. Selección una chica con una fotografía de pérfíl minifaldero y sonrisa profident. Veinticuatro años, enfermera. O al menos eso pone debajo de unos tacones de vértigo que la hacen parecer algo mayor. Es entonces cuando comienza a escribir:
- Ola k ase?

- ¡Quillo! ¿Que estás haciendo? 
- ¡Ligar!
- ¿Pero como le vas a poner: Ola k ase? ¿No has mirado su perfil? ¿No has visto que es enfermera? Esta tía habrá estudiado algo. 
- Ahh pues no. Yo solo he visto que en la foto aparece en el Góngora. ¿Ves ese cuadro? Ese está en la sala Vip y no la abren antes de las dos de la mañana. ¡A esta le va la marcha!

La pantalla se vuelve naranja. La enfermera le ha contestado: 
- k wapo. eres tu el del a foto? 
El vigilante ya está contestando cuando yo aún no he salido de mi asombro. Ni mayúsculas, ni tildes, ni falta que le hacen. Comienza a charlar los dos. Mis ojos no se acostumbran a ese lenguaje. ¡No lo pillo! Mucho: jajajaaaajajajjja, y más "k" con "x", que son preposiciones abreviadas por lo que parece. Ni una puta coma. Total que cuando llevan quince o veinte mensajes y parece que me voy quedando con la copla de lo que están hablando el tipo va y cierra el programa. 
- ¿Que haces? Si, por fin, me estaba enterando de lo que escribías. Casi podría empezar a hacerlo yo también. 
- ¿Y que más quieres? Si ya he quedado con ella. Esta noche vamos a mi piso. 
- ¡Yaaaa! Pero... ¿Que le has dicho? A ver. ¡Que no he pasado del octavo mensaje! Pero... ¿Como vas a quedar? Si no escribías casi nada. Tres palabras en críptico y luego al enter. ¿Y ella?¡Si escribía igual!
- Mira Bubo... si no te has enterado, allá tú. Me parece que estás mayor para esto. Ya te dije que a esta le iba la marcha. 

Y el hijo de la grandísima puta me deja delante del ordenador, mirando la pantalla naranja con una tías que están buenísimas y a las que parece que no voy a entender en mi vida. 

24/10/13

Manual técnico de fisuras.

Se querían, se adoraban y hacían planes de futuro juntos pero un día, uno de ellos, produjo una fisura. El otro, en lugar de preguntar como había ocurrido para que se hiciese visible, se dedicó a ahondar en ella. Buscaba el problema. Y tanto insistió que no llego a darle solución, solo en ahondar en la fisura.
Se querían, se adoraban y hacían planes juntos pero a veces , las fisuras, aunque sean pequeñas, son lo único que podemos ver en una gran muralla. 

Y sabemos que puede derrumbarse en cualquier momento. Que, de hecho. Seremos nosotros quien la rompamos para que no lo hagan otros.

20/10/13

Poco que decir, y lo peor... ya dicho.

Pues yo había entrado aquí para ver quien había, que se cocía, para contar que no tengo ganas de esta tarde de domingo pero es que.. esta vez ya se lo he contado a FeoMontes en su entrada: Poco que decir, así que... allí se queda. 

17/10/13

Sin rastro.

A ella le gustaban mis relatos. Se sentaba en el sillón los curioseaba. A veces me preguntaba que era lo que me había incitado a escribir tal o cual cosa. Que había visto o sentido para escribir ese cuento, ese micro. Yo entonces le sonreía y la besaba. A veces hacíamos el amor en el mismo sillón. Nunca había una respuesta. 
Un día, con uno de esos borradores que dejaba al azar por el salón, ella lo cogió y comenzó a leer. Después volvió a releerlo. Era un relato en el que el personaje follaba con una chica muy distinta al tipo de ella. Esa tarde no preguntó. Dejó los folios en el mismo lugar que los había encontrado. Después fue al armario, buscó en mi ropa, en los bolsillos, en la mochila, cogió mi móvil y hurgó en las llamadas. 
No fui capaz de convencerla de que la imaginación no deja rastros. 

13/10/13

Alice Munro

Saltaba y gritaba por la calle. Reía como si solo los locos se atreven a hacerlo. Desde que Iniesta le marcó aquel gol a Holanda no lo había visto tan nervioso. Cuando me acerqué a él intenté tranquilizarlo. Me cogió de los hombros y me zarandeó varias veces. 
- ¡LA CONOZCO! ¡LA CONOZCO!- Repetía 
- ... ¿a quién? - Conseguí introducir tímidamente entre uno de sus exaltaciones. 
- ¡A Munro! ¡A Alice Munro! ¡Le han dado el Nobel! 



P.D. ¡Si! ¡Vale! La fotografía no tiene nada que ver con las de Munro pero... ¿No me negareis que mola bastante más? (Además que el blog es mío.)

9/10/13

Me he enamorado.


Del catálogo de Natura Winter Journey.
Reconozco que ha sido amor a primera vista. Después de llevar este tiempo con mi chica no pensé que fuese a pasarme. Y mucho menos delante de ella. Pero... ha sido inevitable. La ví y me sorprendí, después, no pude si no dejar de mirarla. Sus formas, su tendencia clásica, sus lineas suaves, tan natural, con bien complementada, tan... tan diosa como ella solo puede estar.
¡Si! Me he enamorado. Y después de hablar con mi chica ella lo ha entendido.
Antes de Navidad tentgo en mis manos una Canon con su 50 mm apuntando a todo lo que se mueva.

4/10/13

Matisse 52

Caigo en la cama. Los pies pisan la colcha blanca. Aún es verano en Córdoba, aunque hoy llueva. Aunque el día se pinte de gris.
En el techo un ventilador que dejó de funcionar hace tiempo parece una margarita. Un aspa me quiere, otra no, otra si, otra no. Debería haber comprado el de cinco. O quizá... comenzar con lo obvio. ¡Con que no me quiere!
En el cabecero de la cama un chica desnuda muestra su piel azul. Una vez fue mi amante. Y sigue bendiciendo a todas aquellas que pasaron por la cama, todas las que me hicieron feliz. Pero ahora volvemos a estar solos. Los dos. 

No pasa el tiempo cuando la cama es tan grande. No pasa el tiempo y la noche se hace eterna.

La chica de azul sigue mirándome. Quizá vuelva a ser mi amante, como lo fue un día de aquel pintor. Quizá...

3/10/13

Amariconado.

Que me estoy amariconando es evidente. Mis últimos post van cada vez a peor. Alguna cita, un poema de Bukowski, un relato, algunos micros... ¡una mierda! ¡Vamos! Nueve entrada en un el mes de septiembre. ¡Con lo que da ese mes! Que si curso nuevo, vida nueva, que si empezamos la rutina, que si puedes contar aquella tipa que te follaste en Benalmádena. ¡UNA MIERDA! ¡Cuatro pegos! El mes de septiembre me ha dado para cuatro pegos. 
Este último año he estado consolidando mi historia como pareja. Y desde luego los problemas, y soluciones, por no decir que me he vuelto bastante mas ñoño para algunas cosas, aunque he recuperado el puntito cabrón para otras, no son tan entretenidos como los polvos ocasionales de antes. 
Para colmo durante un tiempo me he estado cortando. Mi chica sin ser asidua del blog si que lo leía de vez en cuando y ahora poner una tipa en el blog o un polvo ocasional hace que me sienta un poco regular. ¡Como si le estuviese poniendo los cuernos, vamos! Así que me cuesta también escribir. No me extraña que yo mismo vaya dejando de lado el blog. 
También hecho de menos otros. Creo que eso ya lo he dicho algunas veces. Gente que, con solo leerlos, te animaban a contar una historia. Tesa, Jota, Gatuna, Gilda, Neko, Fiebre... han desaparecido prácticamente de la blogosfera. ¡Y me jode! Porque unos entretenían, otros escribían de puta madre, otros tenían vida en el blog desde el título hasta el último comentario. 
Eso por no hablar de los treinta o cuarenta relatos que hay por casa esperando corregir, las fotografías que tengo pendientes y otras que también están en casa esperando que algún día me de por catalogarlas. Mi hijo que cada día crece más y pronto podré ponerme sus zapatos. Mi chica, que cada día está mas guapa, y me tiene comido el coco de mala manera, mis colegas que se han dedicado a tener churumbeles y ahora cuando llaman es para que quedemos por la mañana en una terracita a tomar el sol y poder escaquearse de sus niños quince minutos. 
Total que tengo que reconocer que me estoy amariconando. Que esto ya no es lo que era. Y lo que no se, es si seguir o no escribiendo por aquí. Aunque... más bien esto es una gilipollez porque ya me estoy contestando con este post. Creo que si, que seguiré por aquí, más que nada porque el que lo necesita soy yo. Más que nada por que solo es cuestión de afilar el lápiz, de escribir sin goma de borrar, o de escribir como me salga de la polla. A mi ritmo, a mi bola. Y lo que yo quiera. 

Nos vemos.

30/9/13

Pájaro Azul.

de Charles Bukowski. (Para Lorena)


Hay un pájaro azul en mi corazón quequiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

Versión de Rafael Díaz Borbón

Slogan.

[Taller de reparaciones]

Arreglamos la monotonía.


28/9/13

Michael Ende

Cuando vine a este sueño que vosotros llamáis el mundo, éste era malo y ha seguido siendo malo o se ha vuelto aún peor. Yo no tengo memoria. Tampoco sé contar detalles. Siempre lo olvido todo. Pensé que ea el sueño equivocado o el mundo equivocado al que había ido a parar. O quizá era yo el equivocado para este mundo, para este sueño. Me han aporreado y encerrado, me han elogiado y,  a veces, me han dado mucho dinero, aunque siempre era el mismo y hacía lo mismo. Por eso me he dedicado a hacer reír y llorar. Eso era lo que yo sabía hacer. 

El payaso hablando a la gente. 
Forma parte de un relato de Michael Ende del que desconozco el título. 

25/9/13

El tunel.

Durante años había permanecido incansable. No se había dado por vencido en todas las vicisitudes que se le presentaron. Cuando murió lo hizo con una sonrisa. El descanso eterno lo llamaban. Por eso cuando despertó y vio como miles de almas se aferraban a una luz que había al final del tunel, una luz que les prometía una nueva vida se suicidó antes de llegar. 

24/9/13

Despertando.

Me gustaba cuando tenían una bola
en el centro.
Ahora, el ratón, está panza arriba
y una luz le parpadea mientras voy al baño.
El salón esta a oscuras. Entramos en
ese momento ideal de
romperme el meñique del pie derecho
chutando a un mueble inerte.
Que lejos se encuentra la cocina,
que cerca las noches de cerveza u
whisky a deshoras.
Como antes,
cuando los recuerdos
me apuñalaban el pecho.
Como hoy,
cuando quiero que vuelvan
para temer más al pasado
que a mañana.

23/9/13

La huella.

Tenía los pies deformes. Unos pies grandes y redondos que aquel tipo disimulaba con pantalones de campana. Quizá fue solo un instante pero pudo verlos. Se dio cuenta y lo miró. Daniel  apuró su  cerveza y pidió a los amigos que fuesen a otro lugar. No estaban dispuestos. Acababan de pedir otra ronda, la quinta, y no querían  a hacer lo mismo con sus tercios. Se dio la vuelta pero notaba en la  nuca la mirada del hombre. Cuando se volvía, esperando enfrentarse con su mirada, el deforme estaba ofreciendo un cigarro a una chica, o aplaudiendo el recital de aquel poeta insípido. No quiso aguantar más y se despidió. 
En la calle el otoño se había hecho el dueño de la situación. Hojarasca en las calles frías y regueros de agua por el adoquinado de la judería. Hacía más de una hora que habían cerrado todos los restaurantes de los alrededores y ni siquiera los estudiantes borrachos deambulaban por las calles. Solo se escuchaba el viento y sus pisadas. Hasta que encendió un cigarro. Fue entonces cuando descubrió que otros pasos se le acercaban. Unos pasos secos, como un tambor al golpear con la piedra de la acera. Se guardó el mechero en el bolsillo de la chaqueta y aligeró el paso. Ahora el ruido de sus pies se amortiguaban con el de otros. La misma cadencia, el mismo ritmo. Giró en una de las callejas, una que no lo llevaría a su casa, y aminoró el paso. Como si esperase que alguien le agarrase de la solapa en cualquier momento metió la mano en su pantalón y agarró las llaves dejándolas sobresalir por los dedos. Siguió andando. El sonido de los pasos de tambor se perdieron y él volvió a retomar su ruta. Una luz parpadeante le asustó parándolo al encenderse en su camino y fue al continuar cuando volvió a escuchar los pasos pero esta vez era él quien los seguía. Cuando paraba el sonido paraba con él, como si lo esperase en la siguiente calle. Si aligeraba y se adelantaba unos metros el sonido crujía en la acera al mismo compás y si paraba, lo esperaba en el siguiente recoveco. 
Cuando salió de las calles empedradas se sintió mejor. El frío de la avenida le refrescó el rostro. En la mano aún mantenía las llaves y se dio cuenta que se había hecho daño al agarrarlas fuertemente. No escucho ningún rumor mientras caminaba por el parque de camino a casa. Y solo, cuando subía las escaleras llegando al segundo piso y escuchó cerrarse la puerta del portal, el sonido del tambor golpeando el suelo entró de nuevo en su cabeza. 
En dos saltos se puso frente a la puerta del piso y abrió, los mismo que dieron los pasos que parecían quedarse en el rellano de la planta de abajo. Ni un ruido más. Su piso era un remanso de tranquilidad y no le costó convencerse de que las cervezas a veces le jugaban una mala pasada. Se durmió pronto. Con las manos en el cabecero de la cama y los pies pegados al piecero. En sus pesadillas, esa noche, volvió a ver los pies de aquel tipo. Aquellos pies deformes. Mientras él corría por la judería. 

Nadie se explicó como al dia siguiente Daniel amanecío muerto en su cama, como si una manada de elefantes lo hubiesen aplastado mientras dormía. 

17/9/13

Gafas de sol.

Se levanta.
Tira de su falda hacia las rodillas.
Sigo mirando de reojo
sus piernas, su pecho.
Sonríe.
También yo, como un espejo
sonrío.
No a ella, no a mi izquierda,
que es donde miro,
si no al lado contrario.

Se acerca.
Me intimida.
Dirijo mi vista al mismo lugar
que mi cabeza.

Una chica me mira,
también lleva gafas de sol.
A su izquierda un tipo se levanta,
ella sonríe.
Se la ve nerviosa.
Se le cambia el rostro al encontrarse
con mi mirada
que ahora si
se cruzan.

14/9/13

Lloros y mocos.

El tipo llora. Saca un pañuelo de papel arrugado y se lo pasa por la nariz. Con el dorso de la otra mano se recoge una lágrima. Mira a un lado, a otro, después al suelo. No hay nadie alrededor y vuelve hacer una mueca que le hace saltar otra lágrima. Llora. A mi no me ve. El imbécil me tiene justo en frente. Detrás de una ventana, de un mostrador, de varios bancos vacios y una puerta de cristal, pero no me ve. Su mundo está cerca, muy cerca de él. Lo demás no debe importarle, por eso llora cuando piensa que nadie lo ve. Pero yo si lo veo y me da asco. No puedo evitar descomponer la cara que vez que le veo arrugar la nariz con el pañuelo. Cada vez que alguna chica pasa cerca de él y mira al suelo. Cada vez que una arcada parece llegarle del alma y se le atraganta en esa nariz mocosa. 
Me da asco porque me recuerda que hace dos años, en ese mismo banco, yo llorova igual que él la partida de la misma chica.

10/9/13

Vuelta al Cole

Pensó que la vuelta al cole también le traía a él, tantos años después, una rutina nueva. Otro lugar, o solo gente con la que reencontrarse después de un verano de diversión y alegría,  quizá una vida nueva. Pero el despertador sonó a la misma hora. Su habitación seguía con aquel cuadro que no se atrevió a tirar. El café era el mismo de todos los días y empezó a vestirse con la ropa que había dejado colocada por la noche después de ver una película repetida. La ruta hacia el trabajo la hizo como de costumbre. Y al llegar fue capaz de acertar los veintecuatro segundos que tardaba el ordenador en arrancar y volverse operativo. Estaba tan centrado en su desdicha que no pudo descubrir los  ruidos nuevos en el mundo, como la calle se llenaba de alboroto, de vida, no llegó a ver que los geranios, de nuevo florecían. 

31/8/13

La mataré.

"Yo hubiera muerto por su risa. Hubiera sido su feliz esclavo."

Loquillo y Trogloditas.
La Mataré. 

Hace tiempo, en concierto del Loco, un tipo le solicitaba desde la valla una canción: La mataré. Algún que otro descontento de la vida, yo mismo, y algunas chicas alrededor, le coreábamos esperando que Los Trogloditas comenzasen a tocar los primeros acordes de esa canción. Entonces Loquillo, dirigiéndose al tipo, al coro, les soltó: Ya no canto esa canción. 
¡Fríos! Nos dejó fríos.
Entonces empezaron los acordes de Cadillac Solitario. Dignos seguidores de Jose Mª Sanz la memoria nos devuelve a otros derroteros y nos vemos borrachos en aquel Seat Ronda que de vez en cuando le quitábamos a nuestro padre sin que lo supiese, o al menos sin que pusiese el grito en el cielo. El Cadillac era impensable pero las sensaciones las mismas. 
Quizá ese día nos dimos cuenta que nos hacíamos mayores. Que era políticamente incorrecto jalear que mataríamos a nuestro amor. Que no estaba bien querer así. Quizá ese día empezamos a morir y a darnos cuenta que ya nunca amaríamos como antes. Que nos lo estaban prohibiendo. Años de tangos, tirados por la borda. Se que esa canción es la de mucha gente, la de algún amor que nos dejó tirados. Es la canción del desespero. De las traiciones. Es la canción que hemos cantado todos. Puede que solo le sobre los últimos cinco versos pero entonces no sería una canción completa. Quizá nunca seamos capaces de matar a quien tanto quisimos pero si que enloquecimos con su contacto, que hubiéramos muerto por su risa, que fuimos su esclavo fiel con la más grande de las sonrisas solo por cumplir lo que nos mandaba, y deseamos que algo haga conmover a esa persona que le produzca tanto daño como ella a nosotros. Aunque también queramos que se refugie en nuestros brazos al segundo siguiente. 
Al fin y al cabo es solo una canción, ni una declaración de intenciones, ni un futuro predecible. Solo la canción que nos recuerda que una vez amamos a alguien y no fuimos correspondidos como nos hubiese gustado. 


29/8/13

La cena.

Chirlas de SanLucar al ajillo, Dorada de Huelva a la sal con patatas a lo pobre, un René Barbier Kraliner para acompañar, paraguayos y melocotones, helado de chocolate para terminar. Dos horas largas entre supermercado, plaza de abastos y cocina para preparar la comida. Escucha como sube las escaleras, enciende la vela y comienza a servir el vino. Cuando ella abre le sonríe y mostrando la mesa le dice:

- La cena ya está preparada. Como me pediste. 

Y una serie de sensaciones se mezclan en su cuerpo cuando ella le replica:

- Solo tenías que ducharte y esperarme en la cama. 


Las noches...

Las noches huelen a jazmines,
a ron y a sudor rancio.
Huelen a colonia desgastada
a cigarros aliñados y
cuando ella sonrie
huelen a albahaca.
Las noches traen olor de la calle
mojada, del diesel de camiones de basura
y también el del sexo bien pagado.
También huelen a velas portuarias
a lunas gordas de queso
y a veces, si el día ha sido lo suficiente claro,
siguen oliendo a fritura de pescado.

Las noches huelen y saben
a olvidos, a sinsabores,
a nostalgias pasadas y
cuando el insomnio nos desvela
las noches siempre traen el olor
de aquella madre que te acurrucaba
hasta que volvías a dormir.

23/8/13

Whisky

"Así que allí estaba yo, otra vez deprimido. Regresé a casa, entré y abrí una botella de whisky escoces. Había vuelto a mi viejo amigo, escocés con agua (con hielo). El whisky escocés es una bebida a la que no se le coge el gusto inmediatamente. Pero después de trabajarla un poco su magia te atrapa. Encuentro que tiene un especial toque tibio que el whisky americano no tiene. De todos modos, estaba deprimido y me senté en un sillón con la petaca a mi lado. No encendí la tele, sabía que cuando nos sentimos mal esa hija de puta hace que nos sintamos peor. No era más que una cara insulta tras otra, era interminable. Una procesión interminable de idiotas, algunos famosos. Los cómicos no tenían gracia y los dramas eran de 4ª categoría. No tenía mucho con que distraerme, excepto el whisky escocés."


En Pulp. De Charles Bukowski.

22/8/13

No olvides...


- ¿Has comido bien? Mira que luego llegas a la playa y estás más delgado. Que vienes muerto de hambre y yo no tengo ganas de meterme en la cocina. - Le pregunta a través del teléfono.
- Si, cari. - Responde él meloso. 
- Te habrás emborrachado ¿no? Que después llegas al chiringuito y entre cervezas, tintos y cubatas te pasas allí todo el tiempo. Y me he traido a los niños a la playa para estar en la arena, en el sol,que no tengo ganas de estar al lado de una barra todo el día. 
- Bueno... un poco. Pero hoy he quedado con unos amigos a la salida y...
- ¿Y no te habrás ido a echar un polvo por ahí, no?
- ¡No, cari! No. 
- Lo imaginaba. ¡Este hombre! En el cajón de la mesilla te he dejado dinero y unos condones. Pásate por el club que hay saliendo del pueblo. Pero no te vayas con cualquier pelandrusca. ¡Que sea española! Y te llegas "descargaito" que estoy de vacaciones y yo no tengo ganas de estar todo el día dale que te pego en la cama porque tú no sepas estar de Rodríguez.

21/8/13

de @ZjChris sobre Twitter.

@ZjChris es un colega que de vez en cuando le da por poner parrafadas. Como aún no lo he convencido para hacerse un blog no puedo enlazarlo como me gustaría pero no quiero dejar pasar la de hoy sin que la pudieses ver. 

No me vas a convencer de que eres la polla por más que retuitees cada puto piropo que te hacen.
¿Te imaginas que Al Pacino retuiteara cada vez que alguien dice que “El padrino” es la hostia?
¿A que te caería mal?
¿A que llegaría un momento que dirías: “Hostia, Al Pacino! Que pesado eres cabrón. Ya sabemos que estás super bien en el padrino. Para de retuitearlo. ¿Otro retuit? ¡Unfollow!”?
Al Pacino ni siquiera tiene tuiter.
No tiene la presión de “¿habré ganado followers o los habré perdido?”
Al Pacino no se levanta por la mañana en plan:
“A ver si consigo ser TT con #AlPacinoforpresident”
No.
Al Pacino se levanta por la mañana y se hace un café que se toma leyendo algo.
Y si la taquilla de su última película ha sido espectacular no corre a ponerlo en twitter.
“Mi peli lo ha petado!! Gracias a todos!”
Es Al Pacino.
No necesita convencer a nadie de que es bueno.
Aunque sus últimas películas digan lo contrario en algunos momentos.
Que por cierto:
También lo sabe.
Si Al Pacino tuviese twitter no necesitaría que un desconocido con la foto de perfil de un gato con una metralleta le dijese:
“Tu última peli es puta mierda”
Ya lo sabe.
No entiendo a la gente que aprovecha twitter para insultar.
Todos los tuits con insulto deberían llevar por ley la ubicación desde donde se ha escrito para que el insultado pudiese ir a romperte la cara.
Una aplicación nueva que detecta que si hay un insulto en tu tuit, sin que tú puedas evitarlo ponga tu ubicación exacta en el tuit.
Ya veríamos cuantos valientes quedan.
Me fascina esa gente que se pone un nombre falso, una foto falsa y aprovechan para insultar.
“Soy tan valiente que me he disfrazado para decirte lo que pienso de ti”
Tampoco entiendo que te piques.
Si alguien te insulta bloquéale y a tomar por el culo.
“Es que luego se hacen otra cuenta y siguen insultando”
Pues le bloqueas otra vez.
¿quién crees que se cansará antes?
¿El que solo tiene que clicar un botón o el que tiene que crearse una dirección de correo nueva, otro perfil en twitter e insultarte una vez?
Se rendirá.
Y si no se rinde, mejor.
Al menos sabes que es una persona que está encerrada en casa y no en la calle estropeando el planeta.
No quiero que parezca que no me gusta twitter.
Me gusta.
Mucho.
Todo lo que me pueda gustar algo que no tiene sentimientos, claro.
Pero me gusta.
Es solo que creo que hay cosas que deberían moderarse.
Puede que lo de retuitear piropos sea lo que más nervioso me pone.
En segundo lugar la gente que insulta.
En tercer lugar el repetir una y otra vez lo mismo.
Si no he querido ir a tu cosa la primera vez no iré a la segunda y mucho menos a la tercera.
Este último error yo lo cometo constantemente.
Estoy tratando de corregirlo.
No prometo que sea rápido.
Pero si te molesta infinito bloquéame y ya está.
Échale un vistazo y si te gusta o estás de acuerdo… compartelo, anda.
Ahórrame tener que retuitearlo todo el rato.

Esto si que es un copy+paste en toda regla. @ZjChris... no me lo tengas muy en cuenta. La próxima birra corre de mi cuenta.

20/8/13

Recuerdas...

¿Recuerdas que mal lo pasamos?
¿Como salió el sol al día siguiente?
 Parecía una inmensa mandarina
que se había puesto a nuestro alcance
para morderla. Con insistencia,
con ansia, parecía pedir que la probásemos.
¡A gritos!
¿Recuerdas aquellas caricias?
¿Aquellos días de pedirnos perdón?
Ni siquiera supimos por qué,
fué después, más tarde
cuando empezamos a entenderlo todo.
¿Recuerdas el viaje de la playa?
¿Como nadamos hacía mar adentro?
Sin importarnos lo que quedaba atrás
solo porque tú y yo seguíamos juntos.
Tumbados en las olas,
mirando el cielo.
¿Recuerdas el cumpleaños del pequeño?
¿Como consiguió apagar las velas él solo?
Con tarta de chocolate y flan
y la punta de la nariz manchada de nata.
Con la sonrisa creciéndole en la cara
cada día más. Disfrutando de todos.
¿Recuerdas como anoche hicimos el amor?
¿Como nos comíamos a besos?
Con las sábanas estrenadas del Ikea,
con la ventana abierta
sin importarnos que dirán,
quien nos vió. Sin importarnos
nada ni nadie. Solo nosotros.
¿Recuerdas...?
¡No! No recuerdas.
Porque te quedaste en el primer renglón
no quisiste ver como llegaban los problemas
como salió el sol.
Como siempre, generosa,
lo dejaste para mi.
para pasar la eternidad
en un ataúd.

19/8/13

...

Se despertó temprano esa mañana. El sol se filtraba por la ventana con un suave tono anaranjado. Al levantarse miró afuera, en el cortijo empezaba a verse los primeros brotes verdes, al fondo la montaña, aún nevada, llegaba un arroyo que se acercaba a la casa sigilosamente, suave, susurrando vida.
Había aguantado bien el invierno, los días grises, la lluvia incluso el bullicio de los nietos jugando en la nieve. Pero ahora la primavera volvía a ofrecer nuevas oportunidades. Oportunidades que él ya no estaba en condiciones de disfrutar.
Mecánicamente se vistió. Se dirigió a la biblioteca y ordenó que no le trajesen el desayuno. Abrió uno de los cajones con llave y sacó un revolver. Comenzó a limpiarlo, le gustaba introducir la baqueta por el cañón y darle vueltas una vez dentro. Lentamente buscó las balas en el cajón, solo las había usado una vez. Cuando Luna, la vaca castaña, se partió una pata y tuvo que descerrajarle un tiro en la sien.
Recordaba los ojos de Luna, brillantes, llorosos antes de acercase y acariciarla con la mano izquierda un segundo antes de dispararle con la derecha a bocajarro. Los recordaba húmedos y grandes, muy grandes mientras un hilillo de sangre le bajaba de la cabeza hasta el hocico.
Cogió el revolver con las dos manos y se lo acercó a la boca. Respiró profundamente, y sacó la lengua para humedecerse los labios, cerro los ojos y se lo introdujo hasta dar con el cañón en el cielo de la boca. Con el pulgar derecho acariciaba el gatillo, mientras el izquierdo rozaba el tambor, volvió a respirar con lentitud, llenándose los pulmones con todo el aire que podía. Volvió a abrir los ojos y miró las fotografías que se encontraban frente a él en la biblioteca. Las fotografías le reflejaban su pasado, días gloriosos, con una juventud que dejó atrás hacía mucho. Vio a su hijo y a sus nietos mientras seguía acariciando el revolver dentro de su boca.
Como una vaca, fue lo que pensó al bajar la pistola y enjuagarse una lágrima que se le empezaba a formar en el ojo izquierdo. Siguió mirando las fotografías con el revolver apoyado en la mesa. Carmen su mujer, lo miraba desde la pared con ojos tiernos. El corazón le latía más rápido y se echo la mano al pecho, le dolía y se lo frotó fuerte con la mano. Esa foto se la hizo él con la primera cámara que compraron juntos. Se le clavaba en el alma cada vez que la miraba después de su muerte.
Volvió a coger el revolver con la mano derecha, y lo apoyó en la sien. Cerró los ojos para no ver la cara de Carmen al dispararse. Entonces una serie de imágenes empezó a acudir a su mente, su madre, sus amigos, perdidos todos hacía ya varios años. Empezó a sudar un poco, le costaba tragar la saliva que iba produciendo y se extrañó al ver que estaba asustado.
La imagen de Tano, un caballo alazán, hizo que volviese el revolver a la mesa, se levantó de un salto y apoyó las manos en el escritorio. Pensó en todo aquello que había perdido, todo lo que echaba en falta.
Ni huevos me quedan para descerrajarme un tiro, musitó en voz baja. Volvió a mirar el revolver, frío, oscuro, acercó la mano para tocarlo la retiró rápido como si un calambre acabase de recorrerle el cuerpo.
A voces, con la fuerza que había comenzado el día, pidió que le ensillasen a Tano. El caballo le tranquilizaría, una carrera hasta las montañas con el único amigo que le quedaba aún.
El capataz trajo el caballo hasta la puerta de la casa, al ir acogerlo se encabritó y no pudo controlar las riendas. Solo cuando el capataz logró serenarlo fue hacia él y golpeándole el hocico dijo que se lo llevaran. 
Cabizbajo se dirigió a la biblioteca.

18/8/13

El Secreto.

-¿Y nadie lo sabía?
- Nadie. 
- Pero tú, ¿como te enteraste?
- A mi me lo dijo el carnicero, al parecer él se entero por la mañana cuando el cartero le trajo la correspondencia, había tenido que entregar antes una postal al lechero y fué él  quien le puso al corriente, pero eso... sin llamar mucho la atención. 
- Entonces nadie lo sabe aún. 



(Esto me lo he encontrado por ahí y no estoy seguro de haberlo publicado.)

Truman Capote


"Dejó de ser divertido cuando descubrí la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alucinante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal"

Truman Capote.

Cuando tú no estás.




Dejaste llena la nevera y solo la abro buscando cerveza. Cuando tú te vas las ganas de comer es lo último que echo en tu maletero. Y la fruta que era apetecible empieza a tener un color verdoso. Tu lado del sofá te echa de menos y apilo los cojines para que no llore. 

Cuando tu no estas la casa es como la del terror. Los bares con tapas y cubatas son los que encienden sus sirenas para anclarme en sus barras. Vagando por la ciudad sin mapa hasta una cama enorme que me espera aburrida. 
Cuando despierto sin ti las mañanas son de café y resaca sin rebanadas de pan ni periódicos. 
Y nunca sale el sol. 

16/8/13

El pijama.

Llegábamos temprano. Todo lo temprano que se podía en verano y con dieciséis o diecisiete años. Don Miguel, es al único tabernero que he tratado de "Don", charlaba con los parroquianos que parecían un anexo a la barra de madera. Cuando le pedíamos un pijama teníamos que dejarle el dinero en la barra para que empezase a prepararlo. Cogía una de las botellas vacías de "La Casera" y un embudo. Primero echaba el referesco de Cola de una de las botellas llenas hasta la mitad, después lo rellenaba con el vino que bebían los perennes de la vieja barra. Siempre había alguna cara de asco en aquel rincón cuando Don Miguel nos preparaba el pijama.
Tardamos varios años en poder optar a uno de esos rincones privilegiados de la ancianidad y cuando Don Miguel trasladó la cuesta al local de en frente, con sus barriles, con sus botellas de Casera y sus sillas de enea, fuimos nosotros quienes ganamos el lugar. El rincón de "La Cuesta" era nuestro.

(Pero nos duró poco porque había algunos inconscientes que empezaban a beber )

Sunrise.

Otro día en el que Norah me despierta diciendo que amanece, que es más tarde de lo que esperaba. ¡Madre mía! Las nueve y cuarto y dice hoo, hooo, hooo. Y me lo dice a mi. Pero hoy estoy perezoso y no me apetece ver el Sol. Solo quedarme en cama, con su voz, con el olor que dejamos en las sábanas de una noche caliente, con el recuerdo de días en los que amanecía solo con el triste canto del despertador. Riiiiiiinnnngggg. Sonriéndole a días pasados de los que tanto aprendí y espero que no vuelvan. 
Las sorpresas ya no existen porque su cara no puede ocultar nada. Al fin y al cabo levantarse es solo una manera de llegar a la tarde, de encontrarnos otro vez. 

Sunrise, sunrise couldn´t tempo us if it tried cause the afternoon´s already come and gone.