Se supone que hoy es el fin del mundo. Algún erudito de la cultura maya comentaría algo de que no había más horóscopo a partir del día 21 de Diciembre de 2012 y el de la limpieza, que estaba por allí con la oreja pegada, sacó el bulo de que ese día se terminaba el mundo. A partir de ahí y como nos gusta una catástrofe, sobre todo cuando está por venir, más que comer con los dedos la historia se ha expandido más que la crisis.
El caso es que yo por mi parte, he comenzado el día muy bien. Anoche pude acostarme pronto, con ganas de besos, abrazos y de hacer el amor. Después, además, cayó un polvo de esos que molan a media noche, de los que te despiertas medio durmiendo y terminas follando con unas ganas que no te explicas como se sacan a las cuatro de la madrugada. Un polvo como lo que se supone que es, el último día del mundo. Después me he levantado temprano, he dejado a mi chica en la cama durmiendo, está preciosa cuando duerme, (no me malinterpretéis, despierta también.), me he duchado y me he puesto un café de esos que dejan al osito perezoso de peluche con unos ojos de cocainómano habitual.
Ayer, entre otras cosas, hubo visita familiar. En Navidad no nos vemos y nos desperdigamos todos hasta fin de año. Besos, abrazos y no te olvides comprarme un regalo. Vamos que por mi parte ya está todo hecho. Así que me he sentado en el sofá, terminando el segundo café mientras escucho como comienza a desperezarse Córdoba. Ahora solo me queda seguir con el día, que por cierto tiene pinta de hacerse largo y esperar a ver como acaba.
De momento, voy a dejar la entrada aquí. Estoy escuchando al Rey Lui en mi habitación, síntoma de que mi chica está despertando y voy a darle los buenos días como se merece.
¡¡Felices Fiestas!!
(Por si no coincidimos antes. Y esto se acaba pronto.)