He terminado un artículo en el que una chica nos cuenta ocho cosas que los hombres no debemos hacer en el momento de follar. So pena de cagarla.
Los tíos solemos ser muy básicos. (Digo solemos para no generalizar, cosa que odio, pero me incluyo). Cuando aprendemos un camino lo seguimos a pies juntillas. (Hay gente que vive en ciudades y no saben más de diez calles.) Ya digo, una vez que nos enseñan... es difícil desaprender.
Mi generación, los que rondamos los cuarenta, tuvimos un padre como ejemplo nuestros primeros años. Padres currantes que rara vez veíamos por casa y que si aparecían era para dejar que fuese su esposa quien se encargaba de ellos. Poquitos se metían en la cocina y, estoy convencido de que si alguno sabía coser era porque ejercía de sastre. Las madres por el contrario eran la reinas/proletarias de la casa. Abnegadas señoras que se encargaban de todo. O al menos de todo lo que a nosotros nos dejaban ver.
En los setenta, cuando no veíamos dibujos animados y los Picapiedra era otro ejemplo de lo que había en casa, podíamos ver películas que eran una prolongación de nuestra vida. "La Guerra de Papá" o "Toby" con el Lolo García, que si llega a ser moreno podía ser nuestro vecino, mantenían esa tónica. "Con ocho basta" era el ejemplo americano de una familia feliz y grande. Y si queríamos en plan español ahí teníamos las reposiciones de "La Gran Familia", "La familia y uno mas" y todas esas que se hicieron varios años antes que veníamos como nuevas cada navidad. Si desde el paelolítico picapiedril hasta los americanos de familia numerosa era siempre igual lo teníamos fácil. Solo teníamos que crecer, reproducirnos, encontrar una chica como la de "Los Angeles de Charlie" y vivir con nuestros hijos hasta que les comprasemos un coche mientras eramos felices con nuestros pequeños problemas el resto de la vida.
El problema llegó en los ochenta. Resulta que primero empezamos a gustarles a las niñas, aunque de eso nos enteramos mas tarde, y a nosotros empiezan a gustarnos ellas. Hasta ahí bien si no fuera porque además quisimos hablar con ellas y tocarlas. Empiezan nuestros primeros escarceos amorosos y estamos mas perdidos que Espinete en un burdel de Bankok. Los que tienen hermanos mayores quizá se enteren de algo y lo compartan, los demás solo podíamos ver películas y pillar a cachos. ¿Que pasa? Pues que en los ochenta había mas variedad. Podías quedarte hasta mas tarde para ver la tele y vimos gente de mucha diversidad. Desde un tipo con gafas de Nueva York que terminaba comiéndose a pivones hasta las primeras películas de Indiana Jones. ¡Coño, nosotros no íbamos a ser mas tontos! ¡Había que probar! Aunque empezábamos nuestras conquistas como Indy parecíamos mas bien el neoyorkino. Daba igual. Tímidos y aventureros todos se llevaban algo al huerto. Lo que seguíamos teniendo claro era que la chica siempre estaba en un nivel superior. Loas a las niñas que había que conquistar con cariño, amor, inteligencia, fuerza y un montón de cosas siempre y cuando pudiésemos meterles mano.
Llegaron los noventa. Había un bagaje en los noventa y ganas de aprender mas. Unos mas pronto, otros mas tarde, en los noventas todos desvirgados. (Bueno, la mayor parte, ya digo que no me gusta generalizar.) Aquello era Jauja. Todas con las hormonas hasta las trancas. Fue en esa década cuando aprendimos a follar. Los tíos nos quirramos con una puta de Hollywood Boulevard, las tías se enamoraron de
un fantasma que hacía vasijas de barro. Parecía que queríamos cosas distintas pero probábamos a ver si encontrábamos la media naranja. Nos enteramos que el "para toda la vida" era mucho tiempo que en la variedad era más fácil coincidir de vez en cuando. Algunos hasta nos dio tiempo a casarnos.
Ya que no el mundo no se acabó en el 2000 nos tocaba aprender a currarnos la estancia. Quizá no sería para siempre pero la pareja que teníamos había que establecerla. Con hijos de por medio o algunos en proyecto el sexo podía volverse rutinario. Nos leíamos tanto el Cosmopolitan, el Elle, como el Clara, mujer de hoy, para poder entender a nuestra media naranja. Aprendimos que además de I+D (Investigación y Desarrollo) había que añadir: Innovación. Aunque la variedad teníamos que hacerlo siempre con la misma persona. Las pruebas con casera, como decía mi tío. Dejamos un poco el cine de lado para apoltronarnos en el sofá y ver muchas series. Desde Los Serrano a Anatomía de Grey. Series de gente que empezaba una nueva vida, y que a la larga se parecía poco a la nuestra. Con mentalidades destintas. (Estos gringos siempre jodiendo la existencia a los demás.) El éxito, el dinero, el poder, parecía que era lo único importante. Quizá también nos dio tiempo a ver alguna película como Love Actually o Serendipity. Pero ya nos había picado el gusanillo. Había que ir por mas. Solos o en compañía.
Y así entramos en la década actual, 2010. Si ya sabemos que no hay un trabajo para toda la vida... ¿Por qué vamos a tener una pareja? Quién mas quien menos se buscó un rollo por ahí. Algunos se divorciaron, otros lo están pensando. Ya sabemos que las ganas de follar no se nos han ido. Y que además lo hacemos cada vez mejor. Que duran más de lo que pensábamos con quince años. Que aún hoy se nos revolucionan las hormonas con una minifalda o un paquete bien puesto. Que lo mas importante para follar y que nos guste no es lo que venga en las películas, porque hemos visto de todo. Que lo mas importante es conocer con quien lo haces, o si no lo conoces preguntar. Que lo mejor para follar no es hacerlo de una manera o de otra, si no comunicarse.
El artículo que escribió la chica con lo que dice que no debemos hacer es solo una opinión. Supongo que si algún día tengo que follar con ella sabré lo que no debo hacer. Pero también se que hay gente que le va todo lo contrario. (Que por cierto he puesto varias veces que el artículo es una chica y me he dado cuenta que no lo tiene firmado, lo mismo es un maromo.) El caso es que para gustos, como dice ERDANI, están los colores. Así que cada uno haga lo que quiera siempre que no moleste.
Por cierto, el 13 de febrero del próximo año se estrena "50 sombras de Grey". A ver que aprendemos o desaprendemos ahora.