(Para @FeoMontes,
que me dio un tirón de orejas el otro día
y ya tocaba un relato en este plan.)
Busco al camarero para pedir la tercera cerveza. Mi hermana se levanta de la mesa y llama a una tía que acaba de salir de un coche mal aparcado.
- Marga - Grita.
La tal Marga se acerca con prisa. Le da dos besos. Yo me levanto, me presenta, y le doy otros dos.
- ¿Que haces aquí? Pensaba que hoy no venías a recoger a Jaime.
A Marga se le abren los ojos. Le cambia la cara.
- ¡Hostia! Es verdad. Hoy lo recogía Nicolás. ¡Me cago en...
- Bueno... ya que estás aquí... ¿Te tomas algo?
- ¡Joooder! - Exclama Marga.
El camarero se presenta. Pido mi tercera cerveza, mi hermana otra caña y Marga, después de dudar un rato, se pide un tercio de Heineken. Se sienta con nosotros. Nos comenta el día tan estresante que lleva. Mira su coche varias veces.
- No te preocupes. - Le digo - El coche que bloqueas es el mío.
Marga le da un trago generoso a su tercio dejándolo en poco mas de la mitad. Suena el timbre del colegio.
- ¡Hostia! - Mi hermana se levanta de la mesa. - Me voy, que ya están saliendo los niños.
Nos deja a Marga y a mi en la mesa mientras el camarero trae tres tapas. Se las ofrezco a Marga. Que sigue hablando de su trabajo y del despiste que tiene en los últimos días. Por fin se ha mudado a un piso mas pequeño. Aún tiene las cosas por medio y ya que no va a tener a Jaime hasta mañana aprovechará para colocar las cosas.
- Lo peor es el ordenador. - Me dice - Necesito conectarlo a la televisión y a los altavoces y odio tanto cable suelto.
Me ofrezco a ayudarla si me invita a otra cerveza mientras lo conecto. Marga acepta. La casa está cerca y los dos nos montamos en su coche. Piso un peluche y ella se inclina para cogerlo y tirarlo sin miramientos a la parte de atrás. Ver su cabeza entre mis piernas me he excitado. Ella sale con el coche sin mirar el retrovisor. Un tipo nos saluda con un pitonazo. Marga levanta el brazo. No distingo si es una disculpa o un aspaviento.
Su casa es como su coche. Todo está patas arriba. Entra y recoge una camiseta, algún juguete suelto y mientras me dice que me siente la veo huir por el pasillo. Cuando vuelve ya no trae la cazadora de cuero. El jersey se le queda pegado a su talle. Tiene buenas tetas y tardo en darme cuenta que las miro mas de lo que la elegancia permite. Ella me sonríe. Me señala la televisión, un ordenador portátil con varios años y un equipo de música y un amasijo de cables que es imposible distinguir cual es cual. Vuelve a perderse mientras voy curioseando el equipo y regresa con dos Heineken. Se sienta en el brazo del sofá, está tan cerca que puedo oler su pelo. Deja una de las cervezas en la mesa y a la otra le da un buen sorbo. Sus tetas se le marcan cuando levanta la cerveza. Gira el cuello y se duele. Me esta poniendo nervioso con tanta actividad.
- Marga, siéntate y te tomas la birra tranquila. Esto es solo un momento.
Empiezo a organizar el cableado y ella se sienta en el sillón. Vuelve a darle un sorbo a la cerveza que la deja tirando. Se levanta. Se acerca de nuevo y me trae la que ha dejado en la mesa. Le doy un sorbo y se la vuelvo a entregar. Ella le da otro trago. Verla desde el suelo es aún mas impresionante. Se pega y mira como voy conectando los cables.
- ¿Ves? ¡Es fácil! Aquí tienes que conectar estos y este último a la televisión.
Y entonces me levanto haciendo que Marga derrame mi cerveza en la camisa.
- ¡Dios! Encima te pongo perdido. Anda quita y te limpio esto antes de que quede mancha.
. ¡No! Si no...
Pero Marga ya me está desabrochando los primeros botones. Es entonces cuando me doy cuenta de lo que está haciendo. Con la camisa desabrochada le cojo las manos, está tan cerca. Y me lanzo a su boca. Marga se sorprende, solo un segundo, como si la hubiesen pillado en falta pero después es ella la que se lanza buscando la mía. Nuestras manos empiezan a bailar por el cuerpo del otro, la ropa va desapareciendo, la camisa, su jersey, un zapato vuela por el salón, mientras seguimos como ciegos furiosos tanteando la piel. Paramos un segundo para coger aire, para reconocernos y ser conscientes de lo que hacemos y con quien. Solo un segundo. Yo la vuelvo a besar, ahora mas pausado, y empiezo a buscar su cuello. Sus pechos. Voy bajando con mis labios por su costado, y me sitúo de rodillas con los ojos en su ombligo, allí meto la lengua. Marga se contrae, tiene cosquillas. Mis manos desabrochan un cinturón y empiezo a bajar sus vaqueros. Tiene unas bragas de cuadros rojos, casi infantiles. ella sonríe, y susurra algo así como: si lo llego a saber. Mis dientes muerden la tira de arriba mientras mi lengua juega con los cuadros. Sus vaqueros, con mas apuros de los previstos, terminan en el suelo. Ella me coge de la cabeza mientras sigo jugando con la tela de sus bragas cuando mis manos se disponen a retirarla ella me gira la cabeza para que la mire. Me obliga a levantarme. Vuelve a besarme. y ahora es ella la que juega en mi cuello. De un empujón me tira en el sofá. Su lengua se entretiene en uno de mis pezones. Mientras sus manos desabrochan el cinturón. De un tirón desabrocha tres botones de los Levi´s. Empieza a retirar el vaquero y doy un respingo en el asiento para facilitarle la labor. Los vaqueros siempre son un engorro para el sexo rápido, Los zapatos se interponen pero ella los quita con facilidad. Se incorpora y tira de los perniles, me quedo con un boxer de lunares. Disfruto mirándola y se recrea mientras ser quita las bragas. Les estaba cogiendo cariño pero me excito mas si cabe cuando veo que está totalmente depilada. Su sexo se muestra sin pudor y me adelanto para saborearlo plenamente. Marga ya está mojada y me lengua disfruta jugando con sus labios. Me coge la cabeza, me aprisiona entre sus muslos y durante unos segundos casi no puedo respirar. Entonces me empuja. Coloca mis piernas entre las suyas y se pega a mi cuerpo. Con su mano derecha coge mi polla y juega unos segundos con ella antes de introducirla suavemente en su
coño. La primera embestida es dulce, la segunda hace que sea un acople perfecto, la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta, son rápidas y ágiles. Le agarro el culo para marcar un ritmo mas lento. y ella me retira las manos, me las coloca sobre la cabeza y sigue con sus embestidas. Sus tetas están a la altura de mi boca y busco un pezón. Lo chupo, Ella sigue con mis manos cogidas y un ritmo frenético. Va a conseguir que me corra en momentos. ¡No! No puedo permitirlo, Me está gustando mucho. Con un esfuerzo recupero mis manos y agarrándola de la cintura la tumbo en el sofá. Ahora soy yo quien marca el ritmo. Mi polla baila en la puerta de su sexo. Me sonríe. Con la punta le acaricio el clítoris. Me recupero pero ella me coge el culo y lo aprieta contra sus piernas. Otra vez dentro. Me marco un ritmo lento. Entro y salgo de ella con la facilidad que da estar lubricados. Me coloca sus piernas encima de mis hombros, entonces la penetro con fuerza. Vuelve a marcarme el ritmo con sus manos en mis nalgas. Una embestida, otra, otra. Su cara se contrae y una mueca refleja su orgasmo. Sigo embistiendo y cuando estoy a punto de correrme es ella la que separa sus piernas y se separa. Me coge la polla fuerte con la mano izquierda y me levanta del sofá. Tira de mi hacía la mesa. Como si fuese un perrillo faldero la sigo. Se tumba en la mesa. Me ofrece su coño de nuevo. La misma facilidad para volver a entrar dentro de ella. Mis manos van a sus tetas. Mientras sigo empujando, la mesa y Marga gimen a la vez. Mi aguante no llega a mas. Saco la polla de su coño y me derramo entre sus muslos. Marga sonríe. Me mete un dedo en la boca. Me mira y me pregunta...
- Una ducha?