Cuando viene a casa alguien que quiero, limpio el piso, lo dejo todo preparado, en perfecto estado de revista. Cuando se va disfruto encontrandome cosas por ahí, platos que no uso, tazas de colores para fregar, peinetas o pillapelos, quizá otro cepillo de dientes más en el cuarto de baño. Las sábanas se quedan en la cama lo menos una semana. A veces cuando digo que vivo no lo creen.
Cuando viene alguien solo para follar... me harto de limpiar cuando se va.
¡Ya he puesto dos lavadoras!