Que su novia era medio bruja lo sabíamos todos. Menos él. Así que cuando decidió cortar con ella y aquella pelirroja le propuso un polvo de despedida, Álvaro aceptó.
Empezó como una carraspera. Una tos nerviosa que al día siguiente, celebrando de nuevo su soltería, Álvaro tenía en cada brindis. La primera semana era una sensación de picor en la garganta. Como cuando el ansia te hace tragar un vello púbico y no consigues bajarlo. Ni pan, ni agua, ni que comas jamón, es una sensación que se queda en la garganta y no hay manera de perderla, así nos explicaba Álvaro su molestia en la garganta.
Alguien lo convenció para ir la médico. Cuando le auscultaron, vieron asomar por detrás de la campanilla un "felpudo" pelirrojo le nacía tras la campanilla.
Este micro está sacado de una de esas "servilletas" que uno no se decide a tirar. En este caso no es propiamente una servilleta sino una hoja de un cuaderno que ya he desahuciado y al que tenía ¿cariño? Estaba escrito a lápiz y recuerdo perfectamente cuando empecé a hacerlo. Una tarde en un pueblo de Granada. Orientando a una adolescente para hacer un relato en clase. El micro no es ni mejor ni peor que otros, estaba por ahí y he decidido rescatarlo, no por el relato, si no por recordar esa tarde.