(La otra versión de "
Desvestida para tu fiesta". De Juana la Loca.)
Le gusta provocarme.
La miro de reojo mientras se desnuda. Ella lo sabe
y lo hace lentamente. Como si fuese un premio
que se da. (Que me da.)
Se quita las medias dibujando
lineas en sus muslos, flechas que me indican
el camino a seguir. Las baja como caen
los párpados de sus ojos cuando come helado.
Sin prisas, Con toda la lujuria en las yemas.
Aguanto la respiración, jugando a que no me importa
pero cuando su sujetador cae...
y sus pechos bambolean libres...
es imposible mantener la cordura,
ni la respiración, ni los ojos disimulados
y clavo mi mirada en ellos.
Le gusta provocarme.
Le gusta jugar y los masajea
como si le diese gracias a Dios
por lo grandes que los hizo,
por la liberación que siente ahora,
por que sabe que son mi objeto de deseo.
La lengua me recorre el labio inferior,
lo saboreo
como si fuese uno de sus pezones,
igual que un dulce para un diabético.
Fruta prohibida, deseada, tan cerca.
Ella me sonríe y sigue su juego,
sus dedos viajan a la única prenda que oculta
su piel. Entre los muslos se esconden y la retiran
bailando antes de caer entre sus pies.
Se muestra libre
y la miro con todo el deseo que llevo guardado
desde la última vez.
Es mi cena
y tengo hambre.
Mucha hambre.