Da igual el calor de fuera.
El frío aún lo lleva por dentro.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
Y las dos empezaron a hablar como si no estuviésemos presentes.
- Al mío le encanta el salmorejo pero odia el gazpacho.
- ¡Como yo! Pero es que el mío es al revés. Le encanta el gazpacho y odia el salmorejo.
Y ríen de las coincidencias que llevan unos minutos comentando de nosotros. Y nos despedimos en el rellano del piso entrando los dos con las bolsas de la compra. Y estoy convencido de que aunque ya nos pilló dentro del piso, en la cocina, recogiendo la compra mientras ellas se besaban los dos pensamos lo mismo cuando bromearon al decir:
- Un día vamos a tener que cambiárnoslos.
A los cuarentones, como los gallos, o los pilla la zorra o caen en manos de la cocinera.
Las hembras del Cimarrón.
Marco Lúbrico.