14/11/22

Recopilación de servilletas.

 De vez en cuando ha salido por ahí un micro, o un post, de algo que en su momento escribí en servilletas, facturas, o cualquier hoja suelta. Esta mañana, al ponerme la sahariana, me he encontrado una cantidad increíble de ese tipo de escritura. Dos servilletas, tres cuartillas del curro escritas por completo y un ticket de un bar donde no recuerdo haber estado. El caso es que este post viene a cuento de esas ideas, esos micros, que se originan en un momento donde no te pille ni el ordenador, ni cuaderno, y solo puedes echar mano de lo que tienes alrededor. Esta mañana, cuando he encontrado todo lo que había escrito el sábado por la tarde, me ha hecho mucha ilusión y no quería dejar pasar sin escribir un post. 

Así que... Aquí está. Un entrada para recordar que tenía un montón de papelajos escritos con un jartón de morralla. Lo que había escrito no me ha servido ni para reciclar por que de las tonterías que tenía me ha dado tanto coraje que han ido a la primera papelera. 


Y es que está bien tener ideas, pero todas no pueden ser buenas.

11/11/22

La venencia.

 Después de las mil quinientas veintisiete fotografías, dos arriba o abajo, que le ha hecho el venenciador invita al japones a que pruebe él. El tipo declina la invitación pero desde atrás lo alientan y a la segunda insistencia del morilense acepta. 

El tipo se acerca y le hace tres reverencias a Rafael, famoso en el mundo de la bodega por ser uno de los venenciadores mas ilustres. Rafael asiente y le pasa con mucho mimo la venencia. El japones copia los gestos del venenciador. Coge la copa con la mano izquierda, introduce el latiguillo en el barril con el mismo arte que el morilense y comienza a sacar el líquido. La gente al rededor está espectante cuando sube la venencia. ¡Ni una gota! Al japones no se le cae ni una gota de vino. La ha tirado cerca de la copa y mientras iba subiendo y alargando el chorro que ha cortado como si usase katana en vez de venencia. 

Los aplausos de los visitantes de la exposición contrastan con la cara de Rafael que retira su venencia al japones que vuelve a hacer tres reverencias mientras sigue disparando su cámara.