Voy directo:
Dolmen. De Manuel Pimentel. Un libro al que tenía ganas de hace tiempo y, de hecho aparece en el último listado del 2020, pero lo acabé el día 1 de enero. Me han dado ganas de patearme Andalucía para ver todos los que nombra el escritor en el libro, por su puesto solo he visto uno y tengo pendiente muy a mi pesar el de Gorafe y el de Antequera. Recomendable por que Artafi es uno de mis personajes favoritos y este año he podido subir el puerto de Artafi en Córdoba.
Antología Poética de Wislawa Szumborska. Una de esos libros de poesía que se me eternizan en la mesilla de noche. Por fin lo acabé, la culpa, desde luego, fue mía que me dosifiqué sus poema.
Estrella Distante. De Bolaño. Creo que volví a releerlo por que uno de mis sobrinos tuvo que hacer un comentario y de paso aproveché para volver a echarle un ojo. Lo mismo que A sangre y fuego de Chaves Nogales. Otro que recomendó uno de mis sobrinos y fue una acierto. Me ha encantado este autor al que por reaparecer en un momento político controvertido no le hice mucho caso. Error mío que intento subsanar.
Los Asquerosos. Libro divertido de Santiago Lorenzo que tiene obra de teatro. Precisamente la semana que viene la traen a Córdoba. Alguien dice tu nombre, de Luis García Montero. Uno de esos autores que llevaba tiempo en pendientes y me ha alegrado de leer. Al contrario que Desátame, de Noe Casado. ¡Como coño tengo estómago para leer estas tonterías!
Córdoba Golfa. Desde hace años le tenía ganas. Lo pedí en la biblioteca por que no ha sido fácil de encontrar. Un ensayo de Córdoba que ya he tardado en leer. Por cierto hay segunda parte y no pasa que lo vuelva a pedir en breve. Animalitos de Dios, de Lorenzo Covalto. O Clandestino, de James Elroy han sido libros que estando entretenidos me han defraudado un poco. No recomendables para todo el mundo. Todo lo contrario que El enigma del Evangelio Triana, de Muñoz Gijón, otro desternillante libro de El Rancio.
El arte de la prudencia, de Baltasar Gracian. Un libro que algunos deberían de tener en la mesilla de noche para echarle un ojo de vez en cuando. Un compendio político social del siglo XVII que sigue vigente. Al igual que Ensayos Literarios de Stevenson. Un acierto, a ratos hasta divertido, de como aconsejar al hijo de un colega para que deje la escritura, aunque a veces la fomento y de unos valiosos mensajes que duran en el tiempo después de varios siglos.
El asesinato del profesor del matemáticas de Jordi Sierra, o Indigo Mar, de Ignacio del Valle (con lo que me gusta Arturo Andrade) no fueron especialmente interesantes. Pero después llegó El desorden de tu nombre de Millás que, como de costumbre, sorprende.
El Prisionero del cielo, de Ruiz Zafón, fue una vuelta al Corazón del Angel, aquella película de De Niro y Mickey Rourke, nada de sorpresas. Es lo que tiene ver y leer mucho. Pero me encontré con Ana Simón y su Feria que me llegaron un poquito. Además pude terminar por ese tiempo Sopa de pollo para el alma, una serie de relatos faciles y adoctrinantes para la moral que me la estaban comiendo.
Julio fue excelente en lecturas. Salvar el fuego de Guillermo Arriaga, que no se corta nada y una recomendación por parte de Antonio Luis Ginés, El niño que comía lana, de Cristina Sanchez. Además de terminar los Cuentos de Jose María Roa.
Después de mucho twitter por fin le dí tiempo a Salvador Gutierrez y El lenguaje de las mareas. Pero creo que por ese entonces me harté de detectives lumbreras y me decidí por leer algo bueno y cayó La Historia de Elsa Morente. No me equivoque con este libro, es muy bueno. Y además seguí con un intermedio de libros por otra italiana, Gioconda Belli y El intenso calor de la luna. Libro que he recomendado por algún sitio y me felicitaron por eso.
Dioses menores, de Terry Pratchett y Mares de Sangre y bajo cielos rojos, de Scott Lynch han sido recomendaciones de Mónica. El primero divertido, muy del estilo de Tom Sharpe, el segundo era continuación de la Saga Los caballeros bastardos. Creo que se quedará aquí la saga, al menos hasta que no publiquen en castellano el resto.
Los últimos pasajeros de Manuel Laureiro, autor que le gusta a Christian pero no entiendo como ha conseguido que me lea dos libros de este hombre. Y un Houllebeack como Plataforma, no se puede criticar lo que no se conoce y ya lo conozco. Y lo peor es que ahora no se si criticarlo, o no. Por que ese libro en esta década es denigrante pero también es esclaredor cuando se publicó.
Acabé la Antología poética de Bukowski, faltan muchos y sobraban otros en ese libro. Y me leí la continuación que Juan A Mañas hizo de su Historias del Kronen: La última juerga. Creo que el hombre tiene que tener su ratito de gloria y sus finanzas saneadas por lo que no le puedo reprochar nada pero este libro no es, para nada, una continuación de nada.
Luis Landero me abrió su Balcón de invierno y me gustaron sus vistas. Ya llevo dos de este tipo y hay ganas de mas.
Para finalizar pondré una de las novelas gráficas que me han gustado mucho de los últimos años: Noviembre. Una adquisición de Rafa que me ha prestado y ha sido toda una sorpresa. Aunque por culpa de el vástago también han caído otros comics como La materia de las leyendas, Toda una vida (Spiderman), Todo Lobezno, Spawn, Entre los muertes (Spierman), Secret Wars, y alguno más que seguro que me he despistado y no recuerdo.