Copy + Paste de una texto de hace dos años. Quizá algun@ lo conozca. Entre la lluvia y que mi nena ha llegado hace poco aún no he visto ninguno. Eso si, de hoy no pasa.
Por fin algo de Córdoba. Después de saltarme las cruces, por causa de fuerza menor; la cata, cosa que siento mucho y espero que me perdone López Alexaindre y su camarilla, no podía dejar pasar los patios de Córdoba.
Ayer a las ocho menos algo, después de dar varias vueltas a la misma calle, entramos en el patio de la calle Humosa. Esta calle, que solo aparece en los callejeros de los patios, es como casi todas las que toca pisar en estas fechas, de memoria limitada. Entran a formar parte de la RAM del cerebro que se pierde en cuanto desconectas del Mayo Córdobes. No es difícil dar con el patio, dos vueltas a la derecha, tres a la izquierda, un empedrado anti-tacones y después de entrar por el andén nueve y tres cuartos das directamente con él. Eso sí, merece la pena, como cualquiera de los patios que ví ayer.
Me hice la ruta tres completa, de Costanillas a Mª Auxiliadora, pasando cerquita de San Agustín y saliendo por Marroquíes. Si no te has enterado con estas calles, que son las fáciles, búscate un callejero de metro por metro y a relieve, que lo vas a necesitar. Cada patio tiene un licenciado botánico especializado en macetas de barro y con master en geranios, gitanillas y claveles. Allí entre molestar la entrada de los demás visitantes, y entretener a la propietaria del patio[1], va ilustrando a los que pegamos la oreja para poder distinguir entre un cardo borriquero, y una rosa de jardín. (Es lo único que llegué a aprenderme y por que uno es símbolo de Escocia, y el otro pertenece a una serie de Maricones que viven cerca de allí).
Disfrutar de los patios es algo relajado, excepto cuando apareces tres veces en la misma calle y no sabes dar con el siguiente, pero hay una serie de normas básicas. Entre otras y así…, como a voleo estan:
- No se fuma. Te puedes ir fumando un caliqueño de patio a patio y tiro por que me toca, pero para entrar, a no ser que conozcas a la familia y tampoco es recomendable, se tira el cigarro. Primero por que entras a una casa, un patio, aunque esté descubierto, es la casa de alguien, y segundo ¿Dónde vás a tirar la ceniza? ¿En una maceta? Si tienes cojones apaga la colilla en la hoja de alguna planta. Vas a ver al botánico y a la propietaria armados con una caña con punta de lata-regaera correteándote por calles que no sabes. Hasta que te arrinconen, por que ellos si se las conocen y terminas metiéndote en alguna que no tiene salida. Yo, no voy a ayudarte.
- Tener una actitud tranquila. Un patio es un sitio relajante, donde se disfruta del fresquito y la tranquilidad. En el concurso, las propietarias son quienes llevan la peor parte, después de tanto tiempo cuidando plantas lo mismo le entra un imbécil que le rompe el tallo. Lo mejor, para estos casos es tranquilizarla con un: “Cipote, que bonitos estan los geranios”. Así damos a entender que somos oriundos y entendemos las normas básicas del patio, lo de Cipote solo se dice en Córdoba, que admiramos la belleza y por tanto vamos a apreciar cualquier detalle que la propietaria haya dado al patio, busca por que hay algunos muy curiosos que solo aparecen en Mayo, y además que entendemos de flores, geranios hay en todos, repito, todos los patios así que no podemos equivocarnos de planta. La propietaria se queda más tranquila y puede seguir viendo Arrayán, con lo que nosotros ganamos también en sosiego para ir de un lado a otro sin una mirada clavada en la nuca. No le vamos a tocar ni un tallito verde aunque sea el “yerbajus asquerosus”.
- Cuidado con las cámaras de fotos y putosmóviles. Desde hace unos años hay un concurso de fotografía con el tema de los patios. Esta bien hacer las fotos que quieras, pero un flash a los ojos es de las cosas que jode a todo el mundo, otra cosa es que, aunque la propietaria se tire en el patio más tiempo que el limonero, no forma parte de él. Es conveniente pedir permiso si queremos que entre en la fotografía. En Córdoba llevar cámara es sinónimo de “otro guiri de mierda”, usar la frase de antes para que vean que eres un oriundo excéntrico solamente.
- Saludar a la propietaria. Esto es, simplemente, educación. Hola, buenos días, buenas tardes, excepto buenas noches, lo que quieras. Descartado también el ¡Que pasa tía! Y cosas así. Lo de buenas noches no es recomendable por que si te lo dicen suelen estar hasta las narices. Normalmente esta frase suele caer los fines de semana a partir de las once, cuando están cansados de gente pisoteando su casa. Es fácil distinguir a la propietaria, suele ser una mujer mayor, que está sentada en una silla de enea. Hay casos en que puede ser una mecedora o incluso un sillón anatómico que le han regalado sus nietos por que ya está muy mayor para aguantar tanto tirón en el patio, de esto me enteré ayer en uno. Suelen ser gente comunicadora, algo así como un cruce entre Belén Esteban y Alfredo Amestoi en versión profesional. Si hay alguna duda puedes fijarte en un tipo con pinta de botánico que estará hablando con ella.
- Cuidado con el alcohol. A los patios se va a disfrutar, así que un medio, o una caña en una tasca de las cuarenta mil que te vas a encontrar no es malo, al contrario, es beneficioso. Los patios cierran por la tarde, a una hora prudente para tomarse algo, o por la noche a las once, donde te puedes tomar algo más. Eso sí, llegar borracho a un patio no es recomendable. Hasta las nueve y media que hay luz, los patios son preciosos, buena temperatura, luz natural…, no es el momento ideal para meterse en una tasca. Para eso esperamos un rato a que se cierren por la mañana o al menos a que el Lorenzo se vaya perdiendo un poco. Al fin y al cabo, pronto llega la feria y ahí, es donde hay que dar el callo.
Hoy me toca la ruta cuatro. Campo Madre de Dios, San Agustín y La Magdalena hasta Lineros. ¡Tampoco hay tabernas por ahí! Creo que no voy a echar en falta nada, si acaso, unos poquitos de lunares.
[1] En Córdoba puede haber propietario de la casa, pero el patio es de una propietaria, o propietarias. Algunos hombres, cuidadores de patios, pasan a definirse con este término. La desigualdad en el lenguaje es a la inversa.