Puntito cabrón.

El domingo, haciendo el chorra, me partí la ceja. Bueno, la ceja no, el párpado. A la Comanecci, con un salto parecido, le dieron diez puntos. A mí solo dos y encima me los quitan el lunes en el ambulatorio. Me van a durar menos que a Marta Rodríguez sus medallas.

El caso es que no lo llevo mal, me da un aire así…, así como… como el gilipollas que pierde en la pelea. La verdad es que me da igual. ¡Vale! ¡Tampoco me da igual! Pero eso… que no pasa nada. Veo bien, casi no tengo hinchazón y durante unos días lo más engorroso es que todo el mundo te pregunta. ¡Quillo! ¿Qué te ha pasado? Y uno con su natural simpático, suele comentar el incidente. A veces te lo pregunta alguien a quien no le tienes esa confianza y eres capaz de contarle cualquier historia. En la última salvaba a una chica del león de Nemea llevándome solo este rasguño. La gente se da cuenta de que es un poco cotilla y se van avergonzados. Pero hoy me he vuelto a ganar el apelativo de “Cabrón” cuando le he respondido a uno: Mira… es que yo, en mi casa, le tengo cogida la distancia entre el armario y la cama cuando hago el salto del tigre con una tía, pero en tu casa aún no.

Y es que, hoy, creo que vengo un poco encabronado. Pero se me va pasando. Por si acaso… ¡ojito! ¡Ojito derecho! Que es el bueno.

Rayos

Es de noche,
pero hoy el sol
se empeña en seguir brillando.
Manda rayos nuevos.
naciendo del este.
Los manda por mail.
Por sms o desde facebook.

Hoy el sol sigue brillando
en esta noche
de luna menguante.
Solo porque tú haces posible.

Y sin embargo.

Y me envenenan los besos que voy dando... 

(Para las sabineras)

Entre sábanas.

Desnudo sobre sábana.

La sábana se oscurece cuando estás en mi cama.
Tú silueta las empapa con el ron de tu sudor.
Curvas marcando el territorio de tu culo.
La habitación oliendo a ti.
Y a los pies del colchón
escondidas entre la mantas
unas bragas perdidas.

Memoria.

Una vez me describió la imagen. Se había prometido no olvidarla nunca. Y a veces sonreía sin motivo.
- He vuelto a recordarla – decía.
Su imagen imborrable era de una chica con una combinación muy corta, de color crema, unas piernas interminable y botas altas. Perdiéndose en una mirada sicalíptica mientras lo retenía con un dedo en sus labios. Una chica que conoció hace años y quedó joven, turbadora, bellísima en su memoria mientras él se hacía viejo.

Estoy seguro que esa imagen sigue apareciéndose en su cabeza constantemente. Por eso sigue sonriendo aunque no nos recuerde a ninguno.

Gárgola

 

Gárgola de Modesto Trigo

Mi mujer me dijo que subiera a arreglar el tejado. Que hacía dos días que había parado de llover y seguia cayendo agua. Resignado cogí las herramientas y me dispuse a perder el día de vacaciones encima de la casa. Fue entonces cuando me encontré que una Gárgola se había instalado en nuestro tejado.
- ¿Necesitas ayuda? Me gritaba de vez en cuando desde el suelo.
- No ooohhh... ya me encargo yo.

Santaaaa Que??

¡¡Abstemio de mierda!!

La botella de Glenfiddich estaba en la mesa porque cae todos los días. 


¡¡Devuelvela gordo asqueroso!!

25 dic.

¡¡Feliz Vanidad!!

Trasnoche.

¡¡¡Aaaaayyyyy!!!


Necesito dormir.
Descansar solo en el trabajo no es sano.

Bailes.

Ella baila el tango.
Y se empeña en enseñarmelo,
arrastrando el paso,
a arquear el pie izquierdo.
A besarla cuando se inclina.
Ella baila el tango
y consigue que un pato,
como yo,
se empeñe en seguirla.

Ideales

Nunca debí abandonar mis ideales. 

Debería haberlos vendido.

BUBO

Accidente laboral

Cuando José subía apresuradamente la escalera hasta la oficina tropezó con Elena que hacía su cambio de turno. 
Nueve meses más tarde nació su hijo.

Dama de Corazones.

La dama de Corazones.
De Lluis Pons

   La encontré en una chaqueta que no utilizo. Hacía mucho tiempo que no la usaba, la había olvidado. Desde que tiré la baraja al mar no he vuelto a hacer trampa. Ahora, la dama de corazones, se encuentra en uno de los forros de la camisa. Lista para usarla cuando sea necesario, para ganar la partida a cualquier precio. 

Al fin y al cabo... jugar por jugar, como dicen los imbéciles, es lo que hace que yo gane. 

A la sombra de mi sombra.

   Después de rascarme un rato los huevos decido abandonar la cama. Dormir solo es una mierda y encima hace un frío del copón. El agua caliente de la ducha no quita el sueño, ni siquiera la verguenza, pero hace que me sienta mejor. Es temprano, no se porque me meto en estos berenjenales, pero hoy he quedado. No me hace ni puta gracia. Preferiría seguir calentito en la cama, levantarme a las diez o las once, hacerme una paja y aprovechar hasta el último rato de sueño entre las sábanas. Además, ¿que mierda me pongo hoy? Lo peor es que voy a tener que llevar la misma ropa todo  el día. Hasta que vuelva a casa con mi hijo. Otra vez es fin de semana, esta vez no me pilla con tan mal cuerpo. El crio se merece un padre como el de antes y no un gilipollas de fin de semana como ahora pero al pobre es lo que le ha tocado.
   Intento retrasar la salida, no hay manera, esta costumbre de llegar puntual no la pierdo. Antes de las diez y media estoy en casa de Sofia. Me dice que me espere, que ya baja. Está enorme pero no se lo digo, bastante tiene ya entre el embarazo y haberse quedado parada por culpa de esos hijos de puta. Le digo que está muy guapa,es cierto.

   Sofía me lleva a ver a su abogada. Está buena, tiene pocas tetas pero se le marca un culazo con los pantalones de montar que lleva. Después de darme la brasa un rato con lo que va a preguntarme, como contestarle y algún pego de  horarios que conozco de sobra me deja marchar.

No se porque me meto en estos berenjenales. Supongo que va siendo hora de que deje de mirarme el ombligo y levantar la cabeza, despacio, sin prisas, lo justo para no terminar mareandome. Lo justo para que pueda mirarme a la cara sin darme asco. Sabiendo que hay cosas que hay que hacer... aunque prefieras tragar alfileres.

Una de cal y otra de arena... o quizá es la misma y no se distinguirlas.

M-Clan

- ¿Sabes que hoy toca M-Clan?
- Algo había escuchado. Pero es en el Teatro. ¿No?
- ¡Si! ¡Una mierda! No se como esos grupos se dedican a ir a un Teatro.
- A mi me gustan, pero no ahí. ¡Con lo bien que sonarían en un estadio!
- ¡O incluso en la Axarquía! ¡En la plaza de Toros! ¿Pero en el Teatro…!
- ¡Si! ¡Una pena! Aunque aquel acústico….
- ¿Sin enchufe?
- ¡Si, ese! No sonaba mal.
- Si… ese estaba bien. ¿Sabes si quedan entradas?
- ¡No! Están agotadas desde hace una semana.
- ¡Que putada! Ahora que acabo de cobrar la extra…
- Tampoco yo tenía dinero.
- De todas formas… es que es en un teatro. Ni saltos ibamos a poder dar.
- ¡Si! ¡Una mierda de concierto va a ser!
- ¡Seguro!

Postre.

   Acabo de llegar del Mercadona. Me he comprado una cajita de cafés Nestlé, para la cafetera de la Estación. El cabrón de Carlos ha llegado antes. 

- Te iba a preguntar si querías uno. - Me dice el tío- Pero era el último que te quedaba en la caja. 

- ¡¡Serás cabrón!!

   Así que cuando he ido al supermercado iba estudiando un papel que traigo de Madrid. Además de dos teléfonos, uno no se de quien es, y los horarios de los autobuses, como si no me los supiera, me he encontrado con una receta:

1/2 Litro de leche.

1/2 Nata

2 Sobr Cuajada.

50 gr. Azúcar (Vaso)

Queso Philadelfia

Galletas al fondo y caram líqui en la base. 

Bueno, esto es lo que he sacado en claro. La letra está... como decirlo... borrosa. Más o menos como estaba yo el día que lo apunte. Porque entre caminatas, vinos, cervezas, whisky y mucha gente a mi Madrid me ha dejado aplatanao. Eso si... ¡que bien me lo he pasado! El caso es que viendo la receta me he acordado del postre que pusieron el domingo, la tarta de queso que hizo la poli de Oviedo, no me preguntéis nombres que no me acuerdo.  ¡Que me ha dado hambre!  Me he traído un bocata, que ya ha caído, una bolsa de hojaldrinas y una caja de bombones, además del café, se supone iba para eso. 
Las hojaldrinas se están poniendo tontas y me están provocando. La serie es que, por cada dos, me como un bombón, y lo peor es que ya llevo tres noir. 
Le diré a Carlos que si quiere algo, más que nada para no pensar que me lo estoy zampando todo yo solo. 

Creo que se impone un cafelito de nuevo. O mejor... un irlandés.

P.D. Echo de mucho de menos el tiramisú de Aury. (Niña... enróllate un día ¡No?)
P.D. 2. Juana... tú que eres la cocinera de los bloguers... ¿Porque no te decides y ya nos dices como te sale? Y si acaso... me planto donde me digas media hora.

¡Que la vida es un sueño!

Hoy me han recordado que llevo varias entradas lacrimógenas. Para colmo la anterior, esa a la que no sabía ponerle título, la remata. Estos días me he echo "la picha un lío". Algo así como el síndrome pre-menstrual, que dice gatuna. Si me preguntan suelo decir que no se que me pasa, pero si lo se. Llevo unos días muy buenos, días de puente, de salir, de estar muy a gusto con gente. A algunos llevaba tiempo de no verlos, a otros los veo más a menudo, pero durante unos días he estado... ¡como Dios! Sin trabajar, con la cabeza donde me apetecía, incluido el regazo de algún guayabón, y sin preocupaciones. Eso se me acabó el viernes. Ese día volvía mi peque. Estoy acostumbrado a tenerlo casi todos los fines de semana, solo uno al mes se queda con su madre y cuando vuelve es cuando suelen plantearseme muchas dudas. (Ahora que estoy escribiendo creo que esto ya lo comenté una vez. Pero, claro, es lo que tiene. A uno las preocupaciones no se le van de un día para otro y esta tiene visos de estar conmigo mucho, mucho, mucho tiempo.) La verdad es que estoy más perdido que el barco del arroz. Pero supongo que no se me van a ir ni las dudas ni las preocupaciones por el "churumbel" así que... Intentaré llevarlas lo mejor que pueda. Mientras tanto, como el blog es mío, os fastidiais si os cuento toda esta morralla. Y ahora, para que todo no sea tan penoso y lacrimógeno, os dejo con lo que estoy escuchando:


Cuidaros. Y cuidadito con los excesos en los próximos días. (Esto, más que por vosotros, es por mi. A ver si me aplico el cuento.)

...

Hoy deberías venir.

Ni siquiera tienes que avisarme, el pequeño no está. 

Dejaré la puerta abierta. Te esperaré desnudo en la cama para hacerte el amor. 

Hoy no dejaré que te marches al amanecer. Me iré contigo. Donde me digas. Solo quiero seguirte, besar tus labios frios y susurrar tu nombre: 

Muerte.

Ain´t no sunshine.

Cajones llenos.

El cajon de recuerdos está completo.
Hay que decidir cual descartar para poder cerrarlo.
El cajón está completo...

o quizá soy yo quien no quiere atesorar más.

Despertar

Siempre es agradable despertar en casa. Sin nadie en la cama a quien molestar. Encender todas las luces y encontrarlo todo como lo dejaste el día anterior. Mirarte en el espejo con la puerta abierta y... 

llorar a gusto.

Querida Ana:

Querida Ana:
Sinceramente no se como exponerte mi caso. La verdad es que después de diez años de matrimonio y con dos hijos ya crecidos aún me sigue apeteciendo, como cuando estabamos de novios, acostarme contigo.
Comprendo que despues de los primeros años quizá el fuego se apaga y entonces es cuando el amor que te tengo sigue manteniendo ese deseo.
Supongo que tú, tan tradicional, despues del viaje de novios cambiaste tu forma de pensar, o quizá no la cambiaste y eso forma parte de las sorpresas de la vida o del matrimonio. Lo cierto es que a partir del nacimiento de Luis, nuestra relación fue enfriandose poco a poco.
Las camisetas cortas y los camisones sexy dieron paso a pijamas de franela que duraban todo el invierno. Lo reconozco, tambien yo tuve que claudicar y dejar de dormir desnudo. El frio de aquel Enero, las anginas del pequeño, y esas interminables sesiones frente a su cama esperando que volviese a dormir, no me dejaron otra opción. Pero te recuerdo que el pequeño tiene ya cinco años, que duerme de un tirón y no hay Dios que lo despierte.
Aún no se para que pusimos la calefacción en las habitaciones. Vas a conseguir que te salga un salpullido con tanta ropa.
Recuerdo que antes te gustaban las cosquillas. De novios te ronreias cuando te tocaba, te contorneabas y ahora... ¿Cómo es posible que solo se te ocurre darme un manotazo y gritarme que me este quieto? ¿Acaso no te aptetece que estemos juntos? ¿No te apetece hacer el amor? ¡Como antes! Sin preocupaciones, porque si,  sin pensar en el día de mañana. Además, ¿a ti que más te da? Si soy yo el que tiene que madrugar.
¿Desde cuando me consideras un maníaco sexual? ¡Que siempre estoy pensando en lo mismo! Te equivocas, no siempre, normalmente pienso en Luis, en el trabajo. Pero si estoy contigo, solos, de viaje, o como anoche en la cama tranquilos, sin tener que hablar de proyectos de futuro,  ni cuentas de banco, ni médicos de niños, ni nada pendiente. pienso en ti. En hacerte el amor, en comerte todo el cuerpo en disfrutar contigo y de ti.
Creo que tu sexo a dejado de ser parte de tuya,  lo llevas contigo,  pero ya no te pertenece. No has querido valorarlo y no sabes aprovecharlo.Creo que lo buscaré en algún lugar perdido entre bares o simplemente en la pantalla del ordenador.
No se como exponerte mi caso, pero simplemente... te necesito entera.

In vino veritas

César, completamente borracho, le pregunto a su hijo:
- ¿Me quieres, Bruto?
Y este, levantando su copa, respondió:
- Muuuuuchooo



¿Y a que vienen todo esto? ¡Ahhh si!.
Que han abierto otra tienda de vinos, "In Vino Veritas", en Claudio Marcelo.  Dani... habrá que pasarse ¿no?