Al finalizar las sesiones los oyentes estaban entusiasmados. Todos se dirigieron al bar del hotel para acabar la jornada. Cuando uno propuso un brindis y levantó su copa de rioja otro, incorporándose de un salto tiró su silla y, colocando un cuchillo de mantequilla en el cuello del brindador, le instó a que no volviese a posar sus sucias manos en el Santo Grial.
(Versión Quijotesca de un comentario con Juana la Loca en la entrada: "La Mujer Madura")
Recuerdo tu entrada y aquel comentario. Buena semana!!!
ResponderEliminarRecuerdo tu entrada y aquel comentario. Buena semana!!!
ResponderEliminarA ver si la enfilo encondiciones. El lunes fue duro, muy duro.
Eliminarhas vuelto a beber??
ResponderEliminarEstoy abstemio perdido.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminarhas vuelto a beber??
ResponderEliminarhas vuelto a beber??
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