mientras escucho al Cabrales.
De casualidad que miré el día
y va para más de un año
que me pediste desaparecer de tu vida.
Que España ganó el mundial y
tu alegría no estaba conmigo.
Que me den asco los viajes en autobús,
y que las siete y cuarto nunca vuelva a ser
solo una hora.
De casualidad que ayer volví a repetir tu nombre
en una cama que desconocía.
Para regresar a casa con los ojos
inyectados en whisky y sal.
Pero no es casualidad que ahora
busque en las carpetas
fotografías con tu sonrisa
mientras el último traguillo
no consigue abrirse paso
por el nudo de la garganta.
Cuando juego con el móvil
intentando evitar que
aparezca tu número en la factura.
De casualidad nada. Hay cosas que no se olvidan.
ResponderEliminarcasualidad que la hora exacta de tu entrada sean las 07:15 (no creo).
ResponderEliminarla casualidad, la suerte y la desgracia son muchas veces sinónimos.
COmo pasa el tiempo!!!
ResponderEliminargatuna
no creo en las casualidades, más bien en las causalidades... dicen que " a rey muerto, rey puesto!!"
ResponderEliminarMuy bonito, el lamento. Pero será mejor que no aparezca el número del móvil, ya sabe que el hombre es el único animal que tropieza varias veces en la misma piedra. Hay más piedras por ahí, hombre.
ResponderEliminarCharlotte... será eso, que no hay casualidades.
ResponderEliminarneko... pues va a ser que no es casualidad.
gata... quien lo diría. Hace un año que ganamos el mundial. ¡Toma ya!
Juana... yo si creo, pero tambien creo que hay que aprovecharlas.
Rick... no me hable de tropiezos que tengo el pie izquierdo hecho leña de dos seguidos. Esta manía de andar descalzo...
Estamos apañaos...
ResponderEliminarTesa... creo que necesito una juerga. Me hace falta como el comer.
ResponderEliminarEsto me suena muy familiar, casi en primera persona. Es cierto que los recuerdos bombardean donde antes no había ni siquiera un punto de mira. Un año no es nada; esa cicatriz sanará, pero llegarán días de frío, de humedad, de soledad, en los que esa puta cicatriz picará para decirte que sigue ahí. Curada... pero ahí.
ResponderEliminarCreo que me comprendes tanto como yo a ti. Me ha encantado esta entrada, curiosamente ahora mismo también ando escuchando al Cabrales.
Cuídate. Un abrazo.
Feomontes... al menos no tenemos miedo de que vuelvan a producirse otras cicatrices y lo mejor... seguimos teniendo el betadine a mano.
ResponderEliminarMe ha gustado su blog: escribe, le gusta la fotografía, me verá por ahí de vez en cuando.
Un abrazo.