El tipo la sienta entre sus piernas. Ella le muerde el labio mientras el pelo le oculta la cara. Las tetas pegadas a la camisa blanca de él. Muy pegadas. Hasta que comienza a mover la mano. La palma abierta manosea su culo. Ella da un saltito, casi imperceptible, en las piernas de él que consigue introducir su mano debajo. Su dedo índice es la frontera entre los cachetes que aprietan el pantalón de ella.
Los demás solo miramos, animamos la búsqueda de ese dedo. Ansiamos ser la uña del índice que, viendo las contorsiones de la chica, acaba de encontrar su lugar en el mundo.
Ahora estamos de mirones?
ResponderEliminar¿Ahora? No creo que sea algo nuevo. En mi defensa decir: que se pusieron en medio, más o menos.
EliminarEl que busca, encuentra.
ResponderEliminarYo creo que la chica ayudó bastante. Le faltó poner señales luminosas.
EliminarEl dedo lazarillo
ResponderEliminarAsí es fácil seguir el camino.
EliminarMmmmmomentazo...
ResponderEliminarNo te voy a decir que sea el gol de Iniesta pero si una triple en una prórroga.
ResponderEliminaresa búsqueda precipita todas las demás, no podría ser de otra forma
ResponderEliminarLo importante es seguir buscando y encontrar tesoros donde no llega la mano.
EliminarAdoro ese dedo indice tan travieso y seguro...
ResponderEliminar¡Si! Es encantador cuando se pone en plan juguetón.
EliminarÑAM!
ResponderEliminarPues si, porque hay culos que más que tocarlos lo que apetece es morderlos.
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