Jueves de Tertulia.

Salieron como cualquier jueves. Unas visperas de fiesta donde los demás se desmarcaron en previsión de "el día grande". Y entonces  una cerveza sin prisas les marcó el ritmo de la tertulia. Una de estas conversaciones que no tienes nunca porque el tiempo apremia, de esas que tampoco son adecuadas un día de jarana. Donde se mezclan las ideas, y los sentimientos, saliendo fortalecidos. Una charla que ni siquiera interrumpe un escote o por unas piernas largas. Salieron como cualquier jueves, pero se encontraron algo más.