20/1/10

Préstamo.

Nos cambiamos los corazones
yo usaba el suyo
grande, caliente, con el ritmo acelerado.

Ella se acostrumbró al mío
y durante días paseamos,
nos amamos y lloramos
con un corazón prestado.

Pero en la prisa por vivir,
por evitar la despedida,
olvidamos volver a cambiarlos.

Ella se fué.
Ahora mi corazón,
   el suyo,
la echa de menos y se empeña
en volver.
Y corre para encontrarla.

Dice que, a ella, le pasa lo mismo.
Que su corazón,
   el mío,
coge la carretera de Córdoba
y, hasta que la cabeza
no lo obliga a parar,
mantiene apretado el acelerador.

Hemos quedado para volver a
   cambiarlos.
Habrá que esperar.

Pero cuando nos encontremos
ninguno querrá cambiar.
Y volveremos a caminar de la mano,
a hacer el amor,
a llorar y a reir.

Olvidando que tenemos

un corazón prestado.

5 comentarios:

  1. Mucho mejor que el anuncio que ví hoy en el peródico;

    Cambio corazón caliente, sin estrenar, por no poder atender, por cabeza bien amueblada en pleno funcionamiento.

    ¡Qué pena!

    ResponderEliminar
  2. ...por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tómalo, tómalo, tuyo es, mio no!!

    ¿¿De qué me suena a mi esto??

    ResponderEliminar
  3. Bubo me has dejado de piedra, no tengo palabras, un cambio radical, pero muy bueno.Tendras que coger esa carretera a cordoba.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Tesa... ¿no se si el "que bonito" es algo bueno o no?

    Lo único que tengo bien amueblado es el salón. La cabeza... tendrá que esperar hasta la siguiente reforma, y el corazón... hace poco salió del taller.

    No Gilda... si en Córdoba ya estoy. Lo que tengo que hacer es salir más.

    ResponderEliminar

¿Qué me dices?