Nos cambiamos los corazones
yo usaba el suyo
grande, caliente, con el ritmo acelerado.
Ella se acostrumbró al mío
y durante días paseamos,
nos amamos y lloramos
con un corazón prestado.
Pero en la prisa por vivir,
por evitar la despedida,
olvidamos volver a cambiarlos.
Ella se fué.
Ahora mi corazón,
el suyo,
la echa de menos y se empeña
en volver.
Y corre para encontrarla.
Dice que, a ella, le pasa lo mismo.
Que su corazón,
el mío,
coge la carretera de Córdoba
y, hasta que la cabeza
no lo obliga a parar,
mantiene apretado el acelerador.
Hemos quedado para volver a
cambiarlos.
Habrá que esperar.
Pero cuando nos encontremos
ninguno querrá cambiar.
Y volveremos a caminar de la mano,
a hacer el amor,
a llorar y a reir.
Olvidando que tenemos
un corazón prestado.
Qué bonito, Bubo.
ResponderEliminarMucho mejor que el anuncio que ví hoy en el peródico;
ResponderEliminarCambio corazón caliente, sin estrenar, por no poder atender, por cabeza bien amueblada en pleno funcionamiento.
¡Qué pena!
...por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tómalo, tómalo, tuyo es, mio no!!
ResponderEliminar¿¿De qué me suena a mi esto??
Bubo me has dejado de piedra, no tengo palabras, un cambio radical, pero muy bueno.Tendras que coger esa carretera a cordoba.
ResponderEliminarUn beso
Tesa... ¿no se si el "que bonito" es algo bueno o no?
ResponderEliminarLo único que tengo bien amueblado es el salón. La cabeza... tendrá que esperar hasta la siguiente reforma, y el corazón... hace poco salió del taller.
No Gilda... si en Córdoba ya estoy. Lo que tengo que hacer es salir más.