El hombre de la fotografía lo observaba dar un sorbo detrás de otro. Alargó la botella y brindando con el cristal, le dijo:
- ¡Por tí!
Sabía lo que le contestaría de tenerlo cerca.
- Y por todos tus muertos. ¿Acaso no me piensas poner un vino?
Hay que brindar, pero siempe con todos teniendo las copas llenas.
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