Ya no creo en las esperas para un día
ni en las cuentas atrás,
ni en vísperas
ni en calendarios mercados.
Ahora cuento los minutos
como victorias
y si en un despiste mato
siete del tirón
como el sastrecillo lo festejo.
Y es tiempo que no pudo conmigo.
Batallas tontas ganadas al reloj,
lucha de guerrillas
sin esperanza en la eternidad.
Luchar y disfrutar cada día de victoria
sabiendo que la guerra está perdida.
No, solo batallas.. la guerra la ganamos cuando deja de existir el tiempo y el que hemos consumido ha merecido la pena. Gracias!
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