- Solo me queda para dos rayas.
- ¡No! No. Hace tiempo que ya no...
- ¡Venga! Una chiquita de esas que te gustaban tanto.
- ¡No! Niña. Ya no...
Entonces se agachó, aspiró la raya más gruesa y volví a verla como antes, contenta, feliz, deseando comerse el mundo.¡Espectacular!
- A mi no me puedes decir que no. - Me dijo pasándome el tubito.
Y tenía razón. No pude negarme y aspiré esa raya pequeña, diminuta, una raya que ahora sabía a fracaso, a lástima, a despedida.
- Es una pena que no quede más. ¿Verdad? ¿No tendrías cincuenta euros? ¿O treinta? A ver si puedo llegarme...
No la dejé acabar. Busqué en los cajones y encontré dos billetes de veinte. Se los entregué. Ella se acercó a la puerta y se despidió.
- Hasta luego. - Me dijo.
- No, niña. Ya no. Ya solo... Adiós
Y nunca más volví a querer saber de ella.
Ahora es demasiado tarde, Princesa
ResponderEliminarBúscate otro perro que te ladre, Princesa...
:(
Maldito sea el gurú que levantó entre tú y yo un silencio oscuro. Ya solo sales para decirme vale, déjame veinte duros...
EliminarYo nunca he fundado ni tomado nada.... me tomo la vida en crudo..... pero últimamente creo que voy a empezar a tomar algo para poder soportar todo esto....
ResponderEliminarAunque sea un poquito de Lorazepam ¿noo?
EliminarO myolastan ,jajajjajaj!Bueno a mí cualquier cosas me inspira y las canciones sp un recurso,besos bubo
ResponderEliminarBueno... en este caso no fue solo un recurso. Más bien tiré de memoria. Aunque recuerdo que cuando se fue esa canción estuvo sonando varias veces en el ordenador. ¡Muchas veces! Las suficientes como para que dejase de importarme.
EliminarBueno, una noche con 'algo más' de vez en cuando...
ResponderEliminarSolo si es de vez en cuando y para los que nos ha costado mantenernos en una linea sin salirnos de ella más de la cuenta este tipo de "tentaciones" a cierta edad... mejor obviarlas.
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