A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta.
El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
9/9/09
El sujetador, arreglado con prisas, guardaba la mercancía. Un beso (de Judas) antes de pedirle que se marchara. Volvía a sonar el teléfono. Otro cliente. Ella cada día peor. La papelina en la mesa. Hay polvos de despedida que no terminan en la cama.
Mal aliados, no son buenos compañeros y siempre pasan factura.
ResponderEliminarModeración, Gilda, todo es cuestión de encontrar la medida. Aunque hay que reconocer que a algunos nos cuesta a veces.
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