12/4/24

Café del búho.

 Quizá fue por el 2005, o poco antes, cuando se decidió crear un grupo familiar. El café de Pombo estaba pillado y a mi siempre me gustaron los búhos. Estaba libre el Café del Búho y a partir de ahí estuvimos escribiendo durante un tiempo, la tecnología avanza mucho como para retenerte en una plataforma como el Messenger varios meses. Pero quedó el nombre para poner un blog algo mas adelante, un nombre en twitter y otro blog, este mas casquivano, en blogspot. Poca imaginación es lo que tengo para tener el mismo nombre en varias plataformas.

A mi me gusta achacar el nombre a esas noches en las que me dejaban escribir tranquilo a las tantas de la madrugada. Cuando el peque ya llevaba un tiempo dormido y la señora exposa se acostaba después de ver House o Anatomía de Grey, que jartón de médicos teníamos en casa, con la falta que nos hubiese hecho un buen psicólogo. Cuando preparaba un café a media noche y podía disfrutarlo sin prisas y con música decente que me dejaba muchos recuerdos y alguna frustración. (Lástima que ahora me dejan muchas frustraciones y algunos recuerdos.)

El caso es que hoy se ha reproducido esa sensación. Cuando un café y la música suenan en el salón y en casa no hay nadie a quien despertar. Así que esta entrada es un poco como una conmemoración a aquella época. Una etapa que después volvió sin ex, sin gente a quien despertar y con mucho recuerdos de personas que me fueron ayudando a seguir adelante. Nunca podré olvidar aquel Lázaro al que resucitaron en un hotel oxidado. Ni unas lágrimas de felicidad con la máscara del teatro de arrabal. Ni si quiera un martes sin feria.

El café del búho es ese estado, ese lugar, donde uno se encuentra y a veces pide un poco de reconocimiento. Como hoy. 

2 comentarios:

  1. Ufff, hay que ver, Bubo, el blogero incombustible. Hace una docena de años que yo no paso por aquí. Pero te dejo un saludo con cariño.

    ResponderEliminar
  2. ¡Por Dioosss BUBO! Haberme dicho que estabas algo despachurradillo y necesitabas mimos ¡ con lo que me gusta darlos! y recibirlos jajaja A mi también me gusta la noche para escribir, cuando todos duermen y parece que el tiempo se para. Lo malo es que en esos instantes como te ha ocurrido a ti la añoranza ataca duro, pero también están esos recuerdos mullidos donde recostarse y recrearse, la realidad es lo que sucede en nuestra mente, al final se trata de engañar al cerebro hacerle creer lo que necesitamos para sentirlo. te ha quedado un texto redondo y no es coba, de verdad lo pienso ¡ ánimo! peeero ni se te ocurra ver Perfect days así, busca un momento en le que te encuentres un poco más entonado porque si no, quizá te arrastre hacia abajo.. o no, depende como seas, creo que estando así mejor vuelve a ver "la vida es bella" ; ) Un abrazo... me dejaste intrigadísima con ese contraluz que viste de Gijón .. no sé donde ; )

    ResponderEliminar

¿Qué me dices?