Se llama Belén. Y ha conseguido que me tome dos cerveza a su salud. De las cinco primeras no recuerdo el motivo, pero la sexta se empeñó en invitarme. Y la séptima la pagué yo que no me gusta dejar a deber.
Se llama Belén. Y hemos coincidido en que mañana no nos acordaremos de nuestro nombres aunque hoy hayamos hecho coincidir lugares y situaciones comunes entre dos generaciones distintas.
- ¡Si! Es fácil que nos olvidemos.
-Varias birras no aseguran la memoria. -Le respondí.
- ¡Tendríamos que follar para acordarnos! - Dijo, o dije.
¡Si! Se llama Belén.
Creo
solo recuerdas su nombre?
ResponderEliminarDesmemoriado que se vuelve uno con el tiempo. Por eso, a veces el blog se convierte en el baúl de los recuerdos.
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