Los tres miramos el campo.
El abuelo aún sigue viendo a sus compañeros muertos. Papá se seca el sudor esperando la hora de recoger el trigos. Yo, casi puedo oler el pan.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
Y mañana habrá que volver.
ResponderEliminarSaludos,
J.
¡Ni pensarlo quiero!
EliminarLindo brevecuento.
ResponderEliminarSaludos
¡Tiempo sin verle por aquí Carlos!
EliminarGracias.