Ya casi puede dormir de pie. Con un zapato del 44 y unas piernas anchas no debería tener mucho problema. Pero decide hacerlo en el sofá con una postura de contorsionista hindú. Solo hay una condición: parte de su cuerpo tiene que estar encima de mí. Da igual que sea la cabeza, una de las manos, alguna pierna o la espalda. Vale cualquiera y además, como esas estatuas vivientes con monedas en la base, de vez en cuando, cambia de posición.
Me digo que quince años son muchos años para tenerme bajo su presión, Que en el trabajo aguantaría bastante menos. Que ya es hora de que se eche una novia y le de la brasa a ella. Me digo todo esto mientras me acomodo a sus piernas y las dejo colocadas como si pudiese tenerlas encima toda la vida.
Eres muy grande (en el sentido humano de la expresión), Buho
ResponderEliminarQue nos pilla el mes sensibleros Feo! (A los dos.)
EliminarY las tendrás... y él las tuyas!!!
ResponderEliminarBueno pero no es necesario que sea todo el tiempo.
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