Mete primera y casi rompe el embrague. Mi coche no está para dar esos tirones pero ella no ha bebido.
- Vamos donde tú quieras. - Le digo mirándole la liga de la media mientras pisa el acelerador.
Entonces sale del aparcamiento. Veo el coche aparcado en frente más cerca de los que debería. Me agarro al apoyabrazos del copiloto.
- ¿Tienes miedo? - Me pregunta.
- ¡No! - Le miento. Y para convencerla reclino el asiento e intento relajarme.
Pisa el acelerador y pasa un semáforo en ámbar. Sale de la ciudad. Entonces la miro.
- ¿Donde me llevas?
- Me has dicho donde quiera. Relájate y calla. - Entonces me pone la mano derecha en el muslo. Como si eso me fuese a relajar en lugar de ponerme mas nervioso.
Tres, cuatro kilómetros mas tarde , ella gira a la derecha. Hacia la sierra. El coche entra en un camino mal asfaltado. Llegamos a la entrada de una ermita. No hay nadie allí y ella dirige el coche hacía la parte de atrás. Desde el coche se ve toda la ciudad.
- ¿Como conoces este sitio? - Le pregunto
- En clase de historia nos trajeron hace años aquí. Hace poco volví con mi padre. Estaba segura que te iba a encantar.
- Lo que me extraña es que no haya nadie. Este sitio es genial para echar un polvo si no fuera por la ermita.
- Precisamente por eso te he traido aquí.
- ¿Para ir a la ermita?
- Para follarte.
Y es entonces cuando se desabrocha el cinturón de seguridad y se acopla de rodillas encima de mi. Gira la palanca del asiento y me recuesta mas aún. Me dejo hacer mientras su lengua recorre mi boca. Sus manos desabrochan la camisa. Un botón, otro y va bajando hasta el pantalón. Mete la mano por mi bragueta para asegurarse que estoy empalmado. De nuevo mas botones. Yo intento quitarle la camiseta que tiene pero no me deja. Vuelvo a dejar las manos en el apoyabrazos. Desabrocha el vaquero e intenta bajarme el pantalón. No lo consigue aunque yo le ayudo aupando mi culo. Se tira encima de mi, tengo sus tetas en mi boca que muerdo a través de la camiseta y el sujetador. Me da una hostia. No se si por hacerle daño o por hacer algo. Mi polla está apuntándola entre sus piernas.
Le cuesta subirse la falda por encima de la cintura. El tanga es minúsculo y ella está empapada.Controla mi polla para guiarla hasta su sexo. Me embiste tres o cuatro veces. Estoy excitado y mis manos se rebelan de la posición determinada en las que ella las dejó. Me vuelve a caer otra hostia. Ahora se que no debo moverme. Aprendo rápido. Ella comienza a moverse y se gira. Si no fuese tan pequeña no podría hacer esas cosas en la mierda de coche que tengo. Con los pantalones en el suelo del coche, ella se sienta encima. Vuelve a meterse la polla dentro. Se saca por encima de la cabeza la camiseta. Ahora es ella la que tiene toda la vista de la ciudad mientras se mueve. Se desabrocha el sujetador. y entonces me coge de las manos. Me las pone en sus tetas. Son pequeñas y tienen los pezones de punta. Ella sigue moviéndose. En su espalda muchos lunares. Una linea los une formando la constelación de Leo. Pienso en las estrellas porque estoy a punto de correrme. Tauro, Géminis, Virgo... las imagino en su espalda pero ella agiliza el ritmo y olvido las constelaciones, los horóscopos y los planetas y me corro convulsionando y apretando sus tetas fuertemente. Ella sigue moviéndose y respira profundamente, con rabia. Pone las manos en la luna del coche y aún le da tiempo para unas cuantas embestidas mas antes de que mi erección se pierda. Después para. Se relaja. Yo he dejado sus tetas para seguirla en su ritmo en las caderas. Su coño se aleja de mi polla pero se para un momento, como si mirase lo que ha hecho. Un líquido resbala y cae encima, semen, y fluido que empieza a derramarse encima de mi. Abre la puerta y sale del coche. Me quedo en el asiento del copiloto, ridículo, con el pantalón bajado, la camisa desabrochada y un líquido en la entrepierna que empieza a resbalar hacía la tapicería del coche. Me coloco malamente el pantalón y cojo un pañuelo del bolsillo. Intento arreglar el desaguisado. Cuando salgo del coche ella ya está perfecta.
- ¿Nos vamos? - Me pregunta.
- Bien. ¿Conduces tú?
- ¡No! Conduce tú. El coche es tuyo.
Y meto primera torpemente, El coche se resiente. No. No está para estos traqueteos.
Para conducir iba a estar yo...
ResponderEliminarPara conducir y lo que haga falta.
EliminarPara conducir iba a estar yo...
ResponderEliminarufffff yo esos meneos hace años luz que no me los pego, creo que desde mucho antes de casarme...
ResponderEliminarya estoy vieja y prefiero la comodidad de una cama o mínimo un sofá.....
Por su puesto, uno prefiero una cama y si me apuras en un hotel. Amplio, con baño, con vista a un lugar especial... Pero me juego lo que quieras que no le haces asco a un "meneo" de esos. Así, sin venir a cuento, con las ganas al máximo. Da igual el tiempo que llevemos sin probarlos, esos... Esos nos quitan las telarañas de la cabeza y nos hacen recordar y disfrutar como antes.
Eliminar