- Ya voy, ya voy. - Grito mientras me pongo un pantalón corto.
Confiado en que solo mi madre y la gente que me quiere llama así abro sin mirar.
Tres tipos esperan en la puerta. Uno con un traje de rebajas, otro con mono de faena y el siguiente con un pijama de hospital.
- ¿Que desean? - Pregunto algo asustado mientras miro al tipo de la chaqueta.
- Buenos días somos Los Problemas y veníamos a...
- Pero, yo no los he llamado. Debe ser un error.
- Ah no. No se preocupe. Los Problemas venimos solos, sin que nos llamen. Usted empiece a preocuparse que ya nos encargamos nosotros del resto. - Me dice mientras me echan a un lado y entran en casa.
Ves! eso es lo que necesito ahora, que me digan tú tan sólo preocupate, del resto me encargo yo, y que entren hasta la cocina, aunque sean problemas. Una cosa te voy a decir, pueden venir problemas, pero llega un día que no te pueden venir más.
ResponderEliminarPuede que haya un día en que no puedas ni levantarte a abrir la puerta. Pero entrar, entran.
Eliminarjajaja, esos tipos ya han pasado por mi casa!! últimamente pasan amenudo..... y cm se han convertido en parte de la familia no se quieren ir.... ya se sabe q el pescado y las visitas al tercer día huelen!
ResponderEliminarLo peor es que a veces se turnan, consigues que uno salga y entra otro. ¡Serán hijos de puta!
EliminarY yo que me sentia rancia por no abrir la puerta si antes no me han avisado el que sea, que va a venir.
ResponderEliminarPero veo que hago bien...
Aunque esos tres te pillan en cualquier rincón sin avisar...
Y si no les abres te echan la puerta abajo. O esperan que salgas, pero no te libras.
EliminarYo contesté un ligero...no estoy y esta vez se esfumaron pero como sé que andan rondando pues mientras, me dejo llevar y no les dedico demasiado tiempo
ResponderEliminarTendrá una vida organizada, pero como digan de venir... el "no estoy" les va a dar igual.
EliminarA los problemas... la importancia justa. Pero si ellos se empeñan es imposible dejarlos de lado.