La conoce desde hace años. Cuando el tipo que entró en la cafetería los vio se dirigió a su mesa. Él era un hombre tranquilo, sabía que hacía tiempo, mucho le parecía, habían tenido una historia donde ella salió herida. Se lo había contado antes de que los cafés que tomaban terminasen terminasen siendo diarios. Cuando los dos aun se besaban en la mejilla para saludarse.
- Estas muy guapa. ¿Puedo hablar un momento contigo?
- Mejor no Jaime. Eso se acabó.
- Es importante.
Y ella contrariada le cede la silla que tiene en frente. Su pareja es un hombre tranquilo, alguien que cree que ella puede hacerse entender por el tal Jaime, alguien que confía. El tipo ve como levanta para dejarlos solos y sonríe. Entonces antes de abandonar la mesa la mira y le dice:
- Estoy en la barra, si necesitas algo... un café... un dulce...
Jaime se ha sentado, piensa que tiene ganada la partida. El chaval parece darle vía libre para conquistar de nuevo a su chica. Alarga la mano para coger sus dedos pero la retira rápido cuando el hombre tranquilo termina su frase.
- ... o que le meta una puñalada a alguien, no tienes más que decirlo.
Ya se sabe que los más modositos y tranquilos son los peores...xD
ResponderEliminar1besico!
a mi me gustan las cosas así.... claritas!! y el chocolate espeso....
ResponderEliminarjuana la loca
fiona... de peores nada. Es solo ser coherente con lo que piensas sin necesidad de aspavientos ni alteraciones. Si alguien se merece una puñalada se la das, pero sin voces.
ResponderEliminarJuana... a mi el chocolate me gusta de cualquier manera.