Lo habíamos hablado alguna vez. Mi vecina, siempre que nos despedíamos me lo volvía a recordar. Si necesitas algo avisame. Desde que murió mi esposa se preocupaba por el pequeño y por mí. Nunca tuve que pedirle nada... pero hoy llamé a su puerta.
- Hola Carmen... mira... ¿podrías hacerme un favor? Es que...
No me dejó acabar. Me dijo:
- Por su puesto. En cinco minutos estoy contigo...
Y me cerró la puerta en las narices. Volví a casa, la habría pillado en mal momento.
Seis minutos más tarde llamaba a la puerta. Cuando abrí se había cambiado de ropa. Llevaba un salto de cama y giraba unas esposas en la mano.
- ¡¡Estoy lista!!
Wooww ...la continuación de este micro, de haberla, promete un buen rato. Como la vecina.
ResponderEliminar:)
Me encanta la foto.
A si que...cuando mis vecinos me dicen que para lo que quiera es...
ResponderEliminarPues oye, el del segundo no está nada mal.