Suena el teléfono.
La pantalla se alumbra
con una cara que parece infantil.
¡Los 22 lo desmienten!
Antes de contestar
se pierde la alegría
que anuncia la melodía.
Me toca a mi marcar ahora.
Conversaciones inconexas.
Juegos, música, rap.
Algún cómic que nos une
ninguno de mis favoritos.
Cambio el tercio.
¿Qué tal las clases?
Y se oyen las dudas,
la incomodidad.
Algún reproche y
tengo que colgar me dice.
Aún queda tiempo para
un reproche mas.
Un consejo que no llega.
Que difícil es decir
¡te quiero!
La preocupación queda
en el aire. El móvil
a oscuras.
¡Puta manía de hacer de padre!
Una manía que nunca se aprende cómo llevar adelante sin tropiezos.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Pues esa manía nunca te la vas a quitar...
ResponderEliminarBesos.