Obelix pedalea con la lengua fuera. El sudor le baja por el pecho descubierto como si fuese una cloaca en la roca. El monitor le hace un gesto para que baje el ritmo pero él se niega. Está al borde del infarto cuando interrumpe la clase de spining. Terminamos por hoy, dice a falta de cinco minutos para la hora el tipo que está cubierto con mallas de nylon. Los demás bajan de sus ciclstatic, recogen las toallas pequeñas y beben un sorbo de agua. Obelix simplemente se deja caer. Una chica le saluda desde la entrada de la clase. Yo también me dejaría infartar si con ello consiguiese el abrazo que recibe.
Él
Hace 5 horas
La motivación es el quid de todas las cuestiones.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
Eliminarjajajja Obelix en esos sillines tan finos...eso hay que verlo.
ResponderEliminarBesos.
En invierno de 18:00 a 18:50 en el gym de Vistalegre.
EliminarNo sé si un infarto compensaría... pero estoy de acuerdo con Tracy, la motivación es fundamental.
ResponderEliminarLa imagen de Obelix es genial.
Besos
Este micro era mas bien para eso, describir a alguiem con pocas palabras.
EliminarDespués de eso, todo lo demás es sencillo.
ResponderEliminarSaludos,
J.
La primera vez que estuve en una clase de spinning pensé eso. Sobre todo con la costumbre de ir siemrpre en ella por la ciudad. LUego... tuve que retractarme. La gente está loca con tanto ejercicio. ¡Pero si hay vehículos a motor!
EliminarEl que la sigue, la consigue...
ResponderEliminarUn beso acrobático para ti y otro para Obélix.
Encantado de recibirlo. Te preparo un café.
EliminarNo tienes nada nuevo y me vengo a esta otra entrada.
ResponderEliminarTodo tiene su recompensa en la vida.
Muchas gracias por el Haiku, lo puse junto con otros en la entrada.
Besos.
Gracias Maria Sun. La imaginación y el tiempo están en mi contra. A ver si me voy organizando un poco. Cada día tengo mas abandonado el blog.
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