Han pasado tres horas, lo sé por que tengo el reloj justo en frente. Tres horas con todos sus minutos, y sus putos segundos que ha marcado una varilla metálica como si fuese un diapasón. Toc, toc, toc, toc... diez mil ochocientas veces. ¡Tres horas!
Tres horas y ella sigue sin aparecer.
Se hace real el dicho de que el que espera, desespera...
ResponderEliminar¿Llegó finalmente?
Besos
Siempre llega. Si no ella, otra.
EliminarEl tiempo es curioso,
ResponderEliminarunas veces pasa muy lento cuando deseamos algo,
y otras demasiado rápido...
Besos
¿Sabías que Mazinger Z duraba lo mismo que una misa?
EliminarEse día se me iba a caer el mundo. ¡Como era posible! Media hora los dos, la misa, Mazinger... ¡Era imposible!
Creo que empecé a aprender como pasar el tiempo sin que fuese una pesadilla. Quizá por eso suelo llevar un libro, genial para las esperas, y últimamente aprovecho el sol. (Estoy cogiendo moreno albañil, pero ya lo igualaré otro día.)
Ese reloj seguramente atrasa. Digo yo.
ResponderEliminarAl final, todos los relojes adelantan.
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