con una hipoteca a plazos
con caricias y arrumacos
bajo sábanas de franela.
Con un lavavajillas que friega a ratos
y una cuenta corriente con pinta de vulgar.
También tenía para prestar
un sucedaneo de mi a medias
con alguien de ayer.
Yo quería encender la luz cuando despierta
asustada y con un rimel de marathón.
Llevarle manzanillas a espuertas
tender su ropa, doblar sus bragas y coserle un botón.
Esperar en una piedra
como se pone el Sol
y girarnos las caras para repartir amor.
Yo quería darle mi vida entera
con mis dudas y sin certezas
con el café de la mañana y la
música en listas de spotify.
Yo quería...
...pero ella no.
La culpa es siempre de la hipoteca,no te tortures.
ResponderEliminarHoy me gusta lo melancólico, acompaña el día y mi memoria. Te invito a un café sin azúcar.
Llevamos unos dias... ¡Cualquiera diría que esta uno de vacaciones!
Eliminarbueno, es que eran demasiadas medias....
ResponderEliminarTienes razón, muchas medias. Y la hipoteca es mía enterita.
ResponderEliminarEs que son raras las condenás
ResponderEliminarY ya deberíamos estar acostumbrados. Pero no hay manera.
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