Fotografía de Raul I.G. (Sacada del Facebook de Semana Santa Priego.) |
Los custodios del Yacente, es decir, de Cristo muerto y sepultado, somos sin duda, criaturas de otro tiempo, no puedo afirmar si pasado o futuro, donde el culto a la muerte formase parte natural de la crianza de los hombres, hombres que se saben duros y quieren cumplir escuetamente como hombrtes, esos seres que no conocen más destino que la muerte y que admiran de Dios, sobre todo, el hecho de que se hiciera hombre precisamente para morir. Un Cristo torturado, agonizante o muerto, el madero de sus despojos, la corona de espinas, el recipiente de su sangre…, estos sonlos símbolos del Dios que amamos.
Por que nunca un hombre es más hombre que cuando sirve a un señor muerto, nunca es más libre ni más generoso. Y nunca un señor es más señor que cuando ya muerto, aún es servido. La muerte da sentido a la vida. Y la Pasión da sentido a la muerte.
No obstante, escatológicas dsquisiciones aparte, Dios decidió realmente que su hijo muriera por todos nosotros cuando se lo imaginó, transcurriendo la primavera de las Españas y, singularmente, la de Andalucía, en un paso de Semana Santa.
De un artículo de El Día de Córdoba que guardo con cariño.
En lo literario, bien hecho. En lo demás, en lo profundo, supongo que solo los creyentes podrán valorarlo.
ResponderEliminarAl final no deja de ser cosa de gustos.
Eliminarde soltera iba cada día, después de cerrar el bar a encerrar pasos... desde que me casé no he vuelto a ir, no por la boda en si, sino porque me quedé al cargo del negocio... ahora los veo desde el sillón en procono, al menos no me estorba nadie...
ResponderEliminarbesos.
Yo sigo viendo alguno que otro. Me gusta, no llego a capillita pero si que hay alguna que otra vez que me he emocionado. No es lo mismo desde el sillón, pero si no queda otra...
Eliminar¡Si! Impresiona. Aunque yo llevo desde los dieciseis años que no la veo así. Es lo que tiene salir.
ResponderEliminar