En la cama (y 2.)

Me despierto con la luz del sol entrando en la ventana. En la mesilla de noche descansa la mitad del portatil, la otra mitad está suspendida en el aire. Mucho sueño debía tener para dejarlo así. Leo la entrada de ayer. ¿Alguien me puede explicar que coño quería decir? Ahora recuerdo porque llevo tanto tiempo sin traer el ordenador a la cama. Primero porque con la tablet me apayo bien para ver una peli o algún capítulo, para leer o para consultar el correo. Mucho mas cómodo que el armatoste este. Después están los cuadernos. Siempre hay alguno cerca de la cama. Ya no me levanto, casi nunca lo he hecho si una idea se cruzaba a las tres de la mañana. (Bueno... también esta twitter para eso.) El peque se ha despertado también. Lo del peque es una forma de hablar. Con metro setenta y muchos mas kilos de los que tenía yo a su edad se mete en la cama conmigo. Aprovecha su móvil mucho mejor que yo y solo se pega a mi, me pone los pies encima y comienza a ver una serie de zombies. De paso aprovecha para cambiarme la música y que le ponga una de sus playlist en Spotify. (Ahora suena Tequila: Dime que me quieres. Y antes Herido por el Rock and Roll.) No tiene mal gusto y se lo concedo.

El Sol llega al segundo piso de el bloque de enfrente. Va siendo hora de levantarse. Debería borrar la entrada de ayer, quizá no debería escribir esta. El "peque" deja un momento su móvil y empieza a leer lo que escribo. ¿Que es eso de los kilos? Me pregunta. Y dice que borre eso. Será difícil que lo haga. Hoy todas estas tonterías se quedan como están. Que sería un blog si no tuviese todas estas entradas tan estúpidas que no vienen a cuento, que no sirven para nada. 

No. Lo dicho. Se queda como está. 

Mañana la mejoro.