Vamos con los libros.
Este año habrán caído poco mas de cuarenta. Creo que alguno se me
ha pasado anotarlo en el cuaderno, aunque este año he apuntado
muchos de los comics que he leído, que antes no solía hacerlo.
El caso es que, mas menos
ha sido esto:
Nada es lo que parece,
de Vicente Raga, pertenece a la saga 12 puertas. Unos libros
entretenidos sobre Valencia y como ha ido desarrollandose un secreto
desde la judería del siglo XIV hasta ahora donde un grupo va
desentramando algunos de estos. Entretenido, sin pretensiones, pero
este es el cuarto y tendré que conseguir el resto.
Mr. Milagro, El alma
del controlador aéreo, que para tener orígenes granadinos me
esperaba algo mas, o 9 minutos, cayeron sin pena ni gloria.
Pero recuperé para
finalizar enero un imprescindible: Momo y también uno de esos
que llevaba tiempo con ganas y se había quedado en el tintero:
Córdero, de Christian Moore fué un descubrimiento. El amigo
de Jesús cuenta su evangelio y es divertido e instructivo.
Willian Faulkner trae su
Oso, que no llegó a entusiasmare en febrero. Y después, para entrar
la primavera leí: Totalidad sexual del cosmos y Ligeros
libertinajes sabáticos, títulos mas sugerentes que interesantes
fueron los libros. Pero acabé marzo con un buen sabor de boca al
leer La brevedad digital, un libro de VVAA que traía los
premios Cardenal Mendoza, donde participé y no conseguí nada mas
que un buen libro, que ya es algo.
Sherlock y la
sabiduría de los muertos, de Rodolfo Martínez, A la hora que
cierran los bares, que era un pendiente de hace tiempo de Soledad
Puertolas y El extasis de Fleur, libro que podía haberme
ahorrado, fueron los referentes de abril. Eso si, lo mejor de ese mes
fue la novela gráfica de Joker. También cayó por ese
tiempo, Catwoman, en comic, otro de micros, Donde queremos
estar, y otro de esos libros que se quedaron en el tintero hace
casi treinta años: Ella, (la que debe ser obedecida) de Henry
R. Haggard.
En junio, por culpa de un
bono regalo de Netlé, me compré El Asesino, una novela
gráfica de Matz y Jacamon, del que después cayó la segunda parte y
estoy esperando que los RRMM se porten bien y traigan la tercera, si
no tendré que comprarlo yo. También de Neville, Riesgo
Calculado, Días enteros por las ramas de Yourcenat y
Bosques de Polonia, una excelente antología de Antonio Luis
Ginés.
Por fin cayó uno de esos
libros que se fueron eternizando en la mesilla de noche pero no por
ello desmerece nada. Una recomendación de una chica en La Casa del
Libro que me trajo a Angel Gonzalez y su Antología y he
disfrutad tanto como la de de Wislawa. Pero es que además segí con
varios que me dejaron muy buen sabor de boca: Lolita, si el de
toda la vida de Nabokov. Y una sorpresa que encontré en la calle y
no va a volver a salir de casa, Nombre de Torero, de Luis
Sepúlveda.
Volví a leer 1984
en versión novela gráfica. Días de lectura de Proust, y La
Juventud de Pratt y Corto Maltés. Para seguir cn algo mas
liguertio como Todo está oscuro, otro de las 12 puertas,
Hombres, de Quino y un ensayo de Garcí: Beber de cine.
Después de varios
aciertos llegaron las de arena acabando las vacaciones: Historia
de un hombre contada por su esqueleto, de Manuel Fdez; Ella
fue buena de Philip Rot me dejaron un poco chafado.
Afortunadamente entre estos libros estaba El gran golpe, de
Catwoman, regalo del hijo y Cazadores de nieve, de José Luis
Muñoz. Y otro de Salvador Gutierrez Solis que seguí en la trama por
eso del tema Huelva, Amantes Anónimos.
Revolución y El
búfalo de la noche me metieron de lleno en México, con dos
grandes escritores: Reverte y Arriaga.
Entre noviembre y
diciembre ha habido poca lectura. Adios muchachos de Daniel
Chavarría que había recomendado Arriaga en su libro de antes y la
colección, estupendísima, de grapas de Nightwing. Para darme
la réplica con X-Force que fue degenerando y con el último libro
del año, el premio Planeta de 2023: Las hijas de la criada,
de Sonsoles Onega que, sin dejar de ser entretenido, crees que
mereces algo mas. Pero bueno... Ahí se queda la lectura. El año que
viene mas, o eso espero, por que a 5 de enero no he leído nada aún.
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Reeding is sexy |