13/1/24

De vuelta de las Ermitas.

 Yo soy de meter la pata bien. Mucha pata tengo para meter y a veces me llega hasta la cadera. Hoy también la he metido. A primera hora me han hecho una invitación. ¡No, no! Nada de copas o salir a cervecear. La invitación era para primera hora. Para hacer una ruta a las Ermitas. Así, a bote pronto, son unos siete kilómetros de subida y otros tantos de bajada. Yo me he animado y he decido aceptar. Total... Catorce kilómetros es mas o menos factible para hacerlo en dos horas y media, como mucho tres. Y la partner estaba en cama con idea de no levantarse hasta la hora del gimnasio. O eso pensaba yo. Por que antes de ponerme la ropa para subir montañas de Córdoba ya se había levantado. ¡Chungo! Por que si se levanta temprano es que tiene intención de ponerse a limpiar, a hacer comida  y yo me voy a escaquear. 

Le pregunto, me dice que me vaya. Al menos no me dice tú verás. Y me voy. 

Quince kilómetros, dos horas o dos horas y media no deberían ser problema. Para las once estoy de vuelta y nos ponemos con la lavadora. Pero uno piensa una cosa y después sale otra. 

La subida es penosa pero vamos bien de tiempo. Pero cuando llegamos a las Ermitas nos da por empezara a olisquear. Entonces nos damos cuenta de la veces que hemos subido y no hemos visto todo lo que había que ver. La ermita de San Pedro, el noviciado de San Andrés, la cúpula o el Cristo de los Milagros. Las vistas han estado ahí siempre pero le damos una vuelta de tuerca y pensamos en como serían hace cien o doscientos años. Cuando nos damos cuenta, el desayuno que pensabamos tomar  tenemos que dejarlo por imposible, es tarde. 

La vuelta la hacemos a paso redoblado y llego a casa a las doce y media. La partner está haciendo comida para varios días. Ha recogido el piso, ha ido al gimnasio y ha subido a tender. Todo eso, creo, con el firme propósito de que me de cuenta que el escaqueo de hoy ha sido de los grandes. Cuatro horas un sábado por la mañana cuando lo de "hacer sábado" era la opción del día es cuando menos reprobable. 

Con la mirada me lo deja caer y tengo que reconocer que la he cagado. Que he metido la pata con el senderismo. Ni si quiera puedo reconocer lo que me duelen los gemelos después de la caminata que ha pasado de lo 20km. Lo que si hago es disculparme, pedir perdón por el escaqueo y recordar que no puedo poner ninguna justificación. Que si yo pensaba... que hemos descubierto y por eso... que el cinturón verde esta... ¡Nada!. Disculpas y propósito de enmienda. El lunes estoy de descanso, el curro en casa es todo mío. 

Como buena partner no ha podido evitar lanzar alguna pulla. Nada que no mereciese. 

Y esto... ¿a que viene? Pues que suelo quejarme de los tontos, de los cabrones, y de gente que no sabe valorar lo que tiene cerca. Y esta vez todo eso se ha concentrado en este tipo que, cada vez, escribe menos, y peor, que va acumulando años y espera disfrutarlos con esa Santa Partner. Que coño santa. Un pedazo de tía a la que tengo que agradecerle enormemente la paciencia que se gasta conmigo. 

4 comentarios:

  1. El problema es sincronizar los tiempos y la "cantidad aceptable de porquería". Siempre hay una parte de la relación que lo quiere todo mejor hecho y otra parte que es capaz de comer un bocadillo y seguir con la ropa sucia a cambio de poder tener una escapada a la montaña...

    Creo que no pasa nada mientras las dos partes puedan escaquearse de vez en cuando. Si todo recae en el mismo lado se acaba rompiendo.. ten cuidado ;)

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    1. Este lunes ha sido de dedicación plena. Y, bueno, la semana en general. Mañana toca finde y no hay nada pendiente que no sea ocio y diversión.

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  2. jaja Que sepas que te honra esta entrada .. ¡ ojalá la lea ella! estoy por mandarle un mail, con el enlace jaja No creo que por hacer una caminata hayas metido la pata, en absoluto, más allá de que haya resultado ser más dura de lo que imaginabas…Además lo tienes fácil, compénsala durante la semana haciendo algo que ella no espera que hagas … Un abrazo!!

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    1. Hecho. Semana de expiación. El finde es para nosotros.

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