10/10/19

Retén el tiempo.

¡Retén el tiempo! ¡Aprovéchalo! ¡Presta atención a cada día, a cada hora! Pues sin vigilancia se deslizan con demasiada facilidad y premura.

Thomas Mann

9/10/19

Loli

Gime y lagrimea. Cuatro brazos la aupan de un sillón donde ha estado las últimas dos horas.
- Venga Loli, venga. Levanta el culete que hay que moverse un poco.
Le dice un hombre mayor que la sujetas. La chica que le ayuda coloca un cojín de un lado a otro en la silla de ruedas que se mueve un poco. A Loli, lo único que se le entiende, es un "no" repetitivo. Como si levantarla de su ataud/sillón fuese la peor de las condenas, como si le diese igual morir en la silla de ruedas o en el desgastado sillón azul, como si le diese igual morir agarrada a uno de los barrotes de su cama o en mitad del paseo, en cualquier sitio siempre que no la obliguen a moverse, a sentir. Por que ella solo siente dolor. Y ni las pastillas ni las inyecciones la dejan tranquila. Para eso está su marido. Es él quien siento por los dos. Sus dolores, su congoja, su pena y su rabia. Es él quien siente y  por eso cuando le habla lo hace como si fuese una niña pequeña. Por que él si siente y aún intenta recordarle que la quiere.

4/10/19

Republica Irizar.

La niebla se hacía pesada en la parada del autobús. Cobijados en la marquesina esperábamos somnolientos a Robles, el conductor que diariamente nos llevaba al instituto. Cuando veíamos las luces del Irizar abriendo la noche, el nerviosismo se hacía patente. Los monederos abriéndose buscando la tarjeta de transporte, algún despistado ocasiona juntando monedas para el pasaje, las miradas a un lado y otro  identificando la posición de subida. 
Cuando el autobús frenó en la parada nos fue engullendo como un gigante hambriento, pero una vez dentro nos cobijaba en sus asientos como una madre amorosa. Dentro, cada uno daba rienda suelta a su gustos para comenzar el dí. Algunos volvían a dormir tan plácidamente como si solo hubiesen girado en la cama que abandonaron hacía unos minutos, otros charlaban del tiempo, del partido del día anterior, los nuevos miraban por la ventana descubriendo un paisaje que para otros era monótono y sin secretos, otros, yo por ejemplo, copiaba los deberes de algún compañero. 
Comenzaba un nuevo curso y allí, en la república Irizar se gestaban revoluciones, viajes o travesuras. El autobús era a el lugar ideal para alimentar los sueños que deberían empezar día a día.