26/7/19

El perezoso.

El perezoso apagó la alarma del móvil antes de que el sonido aumentase. Y, por su puesto, se pidió cinco minutos mas en la cama. A las 6:20 volvió a sonar el segundo aviso que usaba como nuevo aviso debido a su poca confianza en despertar completamente. Le pillo en la ducha y, haciendo malabarismo entre la cortina y el chorro de agua, volvió a marcar para que dejase de sonar. La tercera alarma de su despertador ya le pilló en bicicleta. Se apagaba sola, el problema era que debía revisarla por que si no podía empezar a marcar números señalados antes de las siete de la mañana. Puntual llegó al trabajo. 
El perezoso abrió su boca como si necesitase todo el café que podía hacer la máquina y mientras subía se frotó los ojos. El líquido amargo parecía recuperarlo como persona pero el día se preveía duro. Así fué. Mucho trabajo, varias cosas pendientes de algún compañero y trabajo extra que, sin entrar en sus competencias, había ido quedando relegado a su actividad. Precisamente por perezoso. Por hacer que las cosas no se repitiesen y funcionaran bien desde el principio le dedicó mas tiempo a algunas plantillas, bases de datos, que solo él trabajaba. 
Al perezoso le costaba volver a casa en bicicleta. El calor del verano era pesado y antes de llegar debía comprar el pan en una de esas tiendas que trabajaban a destajo y abren como si fuese farmacia de guardia. Saludó al dependiente y se alegró de que a las barras le faltasen unos minutos. Una cerveza era una excusa perfecta para esperar. 
Ensalada, ensaladilla, salmorejo, gazpacho... las comidas de verano son rápidas y fáciles, no hay que estudiar ingeniería para poner en la mesa algo fresquito. Los platos quedaron en la mesa un tiempo mas que prudente hasta que se decidió a recogerlos y fregarlos. El sueño volvía a instalarse en sus ojos. Miró el teléfono y descubrió varios whatsapp. 
- Tengo que ir a comprar - decía en uno - ¿te vienes y me ayudas?
Al perezoso le costaba tanto decir que no, que terminó diciendo, por pereza, que si. Y la tarde la paso entre supermercados y bricolaje, entre cocinas y arreglos. Y así fue como la noche, tarde, fue llegando y la cama volvía a recuperar al perezoso que la había añorado todo el día. Un libro en la mesilla le recordaba que en su vida perezosa no estaba haciendo nada y se decidió a seguir la lectura que el día anterior había dejado por pereza o cansancio, ya no recordaba. Aún no eran las once y media de la noche, seguro que algún capítulo le daría tiempo a leer. 

25/7/19

Las musas.

Dentro de una hora y diez, aproximadamente, las musas, esa putas, llegaran como dothrakis en la batalla. Lo harán cuando esté sentado, tranquilo, con el ordenador en frente y con un montón de trabajo por delante. Ahora no, ellas son como esas divas de fiestas americanas que llegan las últimas a la fiesta, cuando todos han preguntado por ellas y por fin pueden contemplarlas. Ahora... ¿Como van a venir ahora que las estoy esperando? Ahora que tengo tiempo. ¡Anda ya, van a venir. 
Así que esta entrada es solo para ponerlas a parir, para mandarlas a tomar mucho por culo y escribir, escribir aunque no estén ellas. Escribir que me queda menos de una hora para entrar en el curro y no tengo ganas de trabajar. Que me encantaría encontrarme uno de esos decálogos donde dice que lo importante de escribir es eso: escribir. Que luego ya vendrán mas cosas pero lo esencial es mover los dedos en el teclado o manchártelos de tinta. Por que uno es de los que sigue escribiendo muy de vez en cuando con bolígrafo y consigue tener dedos rayados azules. (Cuando no es la camisa. Mis camisas blancas, por cierto tienen querencia al chocolate de los helados Magnun y a la tinta de mi parker jotter.)
El caso es que, aunque sigan sin aparecer, esto se está alargando y, al final, tendré que agradecer que no aparezcan. Imagina que empiezan a llegar ahora y cada vez se acerca mas la hora de salir del ordenador, meterme en la ducha y salir zumbando para el curro. ¡Joder que putada! Casi mejor que me pillen encima de la bici. Total... que voy a ir cerrando no sin antes avisarlas. 

¡Iros a tomar por culo cabronas! 

Y ahora si queréis venid que voy a meter en la ducha y verás lo que os voy a dar. Os ponía... 


¡Hijas de puta! Ya han llegado. 

14/7/19

El mitín.

Cogió el micrófono y comenzó una arenga de solidaridad, de igualdad, de abusos y revolución. El público, enfebrecido, lo jaleaba entusiasta. El tipo entonces llevó las manos a su guitarra y siguió con su concierto. 




He puesto la imagen de Roberto Gañan (Ska-P) como podía haber puesto la de Rozalen, Vetusta Morla, Miguel Rios, o Che Sudaka... cualquiera de los últimos conciertos que he visto últimamente. Los solos de guitarra, la introducción a las canciones, la batería enloquecida, o cantar a capella, se van dejando de lado por un discurso partidista, una arenga al público que corea las mismas consignas como se hace un selfie, solo unos segundos de pose, subirlo a la red, y no preocuparse mas hasta al día siguiente compruebas los like que has conseguido. Discursos que mojan pero no calan. No recuerdo quien fue pero hubo alguien en el Weekend al que le gritaron enfervorecidos por varias consignas ecológicas mientras los mismos que lo estaban haciendo habían tirado mas plástico en la playa de Torre del Mar que un ministro con tarjeta black. El caso es que a mi un grupo me gusta por como canta y lo que canta, a veces tiene canciones con las que me identifico y otras no. (Siniestro Total me encanta y no le aguanto el "Alegrame el día". Aunque me la se de memoria.) Lo que no cada vez me cuesta mas aguantarle la superioridad moral con la que se intentan mantener en el escenario, aupados por los gritos de la gente, que muchas veces no tiene ni idea de que están hablando. Pero bueno... quizá es el precio que hay que pagar por escucharlos, por alegrarnos el día, o la noche, siendo tan buenos y creativos. Todo el mundo quiere aportar su "granito de arena" al enriquecimiento personal y tendrán que hacerlo de alguna manera. Luego algunos se mojan de verdad, otros... solo lo sueltan en el escenario como cualquiera de sus canciones que ya tienen manidas. (Estoy convencido de que algunos lo ensayan antes como si fuese un acorde especial.)
Los que vimos a Maradona anunciar eso de "Drogas NO" nos hicimos difíciles de convencer. Queremos hechos, no palabras. 

13/7/19

Mierda de perro. Mierda de entrada.

Bueno... esto se acaba. Por mucho que me guste escribir cada vez lo hago con menos asiduidad. El mes pasado solo una entrada. ¡Joder una entrada! Si me despisto ni hago acto de aparición. Al final el blog se irá a la mierda como casi todo en mi vida, sin darme cuenta. Un día lo intentaré abrir y no recordaré la contraseña, o peor, pensaré que para qué voy a escribir nada. 
Hoy es sábado, la televisión tiene una birria de programación y no tengo ni ganas de ponerme una película, no tengo libros pendientes a los que les tenga ganas y debería estar descansando que la noche de hoy se va a hacer larga (aunque para lo que me espera mañana en el trabajo se va a hacer un anuncio.) 
Llevo días intentando escribir algo sobre un... un perro. Bueno no, la verdad es que lo me gustaría es escribir sobre la mierda del perro. No por que el perro sea un mierda, no, sino por la que va dejando por ahí. Que en mis últimos días mi pensamiento para escribir sea la suciedad que genera un bicho os puede dar una idea de como estoy. Mi cabeza si que es un puré de caca canina. El caso es que me tiene frito ir andando por la calle y encontrarme las farolas, todas las farolas, meadas. No sé si me estoy haciendo mayor, si mi tolerancia es menor, o solo que me he encabezonado y lo veo por todas parte. Pero ahí sigue pendiente de que en los próximos días pueda escribir algo sobre ese tema. 
Lo peor es que con la tontería de la autocensura me voy cortando mucho. A ver... si me pongo a escribir pienso ¿se enfadarán algunos amigos que tienen perros? ¿pensarán que la cosa va con ellos y les sentará mal? ¿el mundo canino y sus representantes en la tierra me mirarán con recelo? Por que... ¡Coño, a mi los perros me gustan! Pero es que cada vez que veo una farola meada me llevan los demonios, y si ya es una mierda en la acera... ¡Joder! Me dan ganas de pedir una prueba forense y descubrir cual es el animal que lo ha hecho, y luego hacérsela tragar a su dueño. ¡Que el perro no tiene la culpa de nada! Por que esa es otra, el perro no es consciente. El perro es un animal, aunque algunos se empeñen en que vote por ellos y lo metan en su cama y les den bistec de ternera cuando lo mismo son veganos. 
Así que... hay voy. Sin escribir y sin escribir de lo que me gustaría. Pero bueno... al menos este mes esta mierda de entrada, esta de mierda de perro se va a quedar en el este mes de mierda. 
O lo mismo la borro cuando me de cuenta de la tontería que estoy haciendo.