25/10/09

Dados


Golpea la pared. Vuelve al centro de la mesa. De nuevo el número seis. Toda la tarde he salido ese número. Pensé que estaba trucado, que era un dado cargado, que solo tenía una cara, pero no. Después me asuste, ¿Cuántas veces puede salir el mismo número? ¿Qué posibilidades hay de eso? Y ahora… se que tengo suerte.
Acaba de entrar Daniel, le he explicado el caso y no lo cree. He vuelto a tirar tres veces delante de él y el número seis ha seguido saliendo. Las tres veces, en el centro de la mesa, como antes.
- Quizá la próxima vez sale otro número. – Dice Daniel sin convencerse.
- ¡No! – Le replico – Es imposible.
- Quizá….
- ¿Qué te apuestas? – Le grito sin dejarle terminar.
- Sabes que ya no…
- ¿Qué te apuestas? – Vuelvo a preguntarle, sabiendo que es la frase que le provoca.
Daniel busca el revolver que hay debajo de la barra. El bar está a nombre de los dos, si a alguno le ocurriese algo pasaría al otro. Dejándolo en la mesa, al lado del dado me dice:
- La vida.
Lo hemos estado esperando desde hace tiempo. Alguno de los dos sobra allí. Quito el revolver de la mesa y cojo el dado. Siempre sale el seis, toda la tarde, en el centro de la mesa.
Tiro el dado, la misma fuerza, la misma dirección que durante toda la tarde, pero ahora cae al suelo.

23/10/09

Hora cervecera...

Es la hora de la cervecita... (13:30)

¿Que coño hago yo aquí escribiendo chorradas?

¡Pedazo de día que hace! Voy a aprovecharlo.

Adios

16/10/09

Smiley




Treinta y cinco minutos. Treinta y cinco minutos viendo como una pelota amarilla me lanzaba besos. Treinta y cinco minutos viendo volar un corazón en forma de beso que nunca me llegaba, de echo ni siquiera pasaba de un recuadro. Treinta y cinco minutos para aborrecer el ordenador, el beso-corazón, y la puta pelota amarilla que ella me envió. Treinta y cinco minutos es lo que tarde en darme cuenta de no me movía, y cuando lo hice fue para golpear el monitor.



¡Me lo he vuelto a cargar!






15/10/09

El favor.


Lo habíamos hablado alguna vez. Mi vecina, siempre que nos despedíamos me lo volvía a recordar. Si necesitas algo avisame. Desde que murió mi esposa se preocupaba por el pequeño y por mí. Nunca tuve que pedirle nada... pero hoy llamé a su puerta.

- Hola Carmen... mira... ¿podrías hacerme un favor? Es que...

No me dejó acabar. Me dijo:

- Por su puesto. En cinco minutos estoy contigo...

Y me cerró la puerta en las narices. Volví a casa, la habría pillado en mal momento.

Seis minutos más tarde llamaba a la puerta. Cuando abrí se había cambiado de ropa. Llevaba un salto de cama y giraba unas esposas en la mano.

- ¡¡Estoy lista!!



13/10/09

Cinco minutos

Cinco minutos... solo pido cinco minutos más. Lo que tarde ese rayo de sol en atravesar la ventana, en llegar a la cama y sentir que eres tú quien entra en ella. Solo cinco minutos para que el día no sea gris, cinco minutos para que me traigas tu sol y juntos disfrutemos cada segundo como hace años que no lo hacemos.

10/10/09

La lectura

El despertador sonaba a ritmo de R´n´R, pero su paso hacía el baño era más bien el de una dolorosa de semana santa. Ya metido en la ducha un chorro de agua fría le hizo recordar:
- ¡Coño la lectura!
Había estado dando la castaña a todo el grupo del taller, que no se os olvide, que lleveis algún relato, que va a estar muy bien. No faltaban más que unas horas y él no había preparado nada.
Al llegar al trabajo conectó el ordenador. Decidió hacer el relato entre consulta y consulta. Aún no se había quitado el chaquetón cuando comenzó a llegar gente. Le costaba concentrarse en el relato entre horarios y preguntas. La estación empezó a vaciarse de viajeros y entonces intentó reanudar el relato. Cuando había conseguido unas cuantas líneas el teléfono interno sonaba con insistencia. ¿Pero que querrán ahora? Se decía mientras devolvía el monitor a su pantalla habitual.
A las tres, la hora de salida, no había escrito más de cinco líneas. Al llegar a casa conectó el ordenador de la habitación.
Tengo que llevar algo, se dijo. Pensó en uno de los últimos relatos que había escrito y decidió imprimir alguno.
- ¿Qué le pasa a la impresora? – gritó desde la habitación cuando el ordenador le mostraba una pantalla de aviso.
- Está rota- escuchó que decía su esposa desde el salón.- Yo llevo intentando imprimir un acta toda la mañana y no hay manera.
- Joder lo que me faltaba. Llego tarde, seguro.
Comenzó a tocar todos los cables de la impresora y de vez en cuando miraba el reloj. Después de comprobar que todos estaban bien conectados siguió probando un programa tras otro. Cuando creyó que estaba todo correcto mando imprimir el último relato escrito varios días antes. La impresora siguió sin hacer nada. Durante un segundó la miró fijamente y desesperado la golpeó en un lateral, ahora comenzaba a escupir un folio tras otro. Mientras se iba imprimiendo se colocó rápidamente los zapatos y recogió de la bandeja los tres primeros folios. Se dirigió hacia el café donde habían quedado mientras comenzaba a leer el relato.
- ¡Me cago en la puta!- gritó.
Se había equivocado, en lugar del relato había cogido el acta que su esposa intentaba imprimir durante toda la mañana. Siguió leyendo:

Convocada reunión en primera convocatoria a las 20:00 se da paso a la segunda convocatoria al no encontrarse ningún vecino. A las 20:30 y encontrándose solamente dos vecinos Don Felipe y Doña Isabel del 1-2 y del 2-1 respectivamente se va a proceder a la suspensión de esta reunión cuando Doña Isabel asomándose al rellano de la escalera grita a los vecinos que bajen, que no tienen vergüenza y que más les vale ir a la reunión para decidir lo del portal
A las 20:35 con mayoría de vecinos comienza la reunión.
1º.- Lectura y aprobación del acta anterior. Una vez leída el acta, baja el vecino del 4-1 y se vuelve a leer para su aprobación. Cuando se dispone a la votación llega el vecino del 3-2 y de nuevo se lee el acta para aprobar. Al oir pasos en la escalera se aprueba el acta inmediatamente, una vez aprobada, llega el vecino del 4-2.
2º.- Presentación de los presupuestos para el portal. Se ofrece a los vecinos tres presupuestos del portal que el administrador ha pedido. Comienza una discusión en la que el vecino del 1-1 no conforme con estos solicita dos más. Desde los pisos se oye un grito: ¡Gol! El vecino del Bajo-1 se ofrece a abrir su casa para ver la repetición. El Real Madrid ha marcado 1-0. Seguimos en el portal de nuevo y la discusión se acentúa al escuchar de nuevo: ¡Gol! Volvemos al Bajo-1, esta vez el Barcelona ha sido quien ha marcado. Los vecinos dan por sentado que ha sido la familia del 2-2 la que ha gritado ya que, según Doña Isabel, son catalanes hasta la médula. Se continúa de nuevo la reunión en el portal y cuando se va a decidir la petición de otros dos presupuestos se vuelve a escuchar otro gol. El administrador se niega a dejar la reunión hasta que se termine el punto. Se aprueba por mayoría el último presupuesto que se ha visto y el vecino del Bajo-1 vuelve a abrirnos su casa. Real Madrid 2- Barcelona 1.
3º Material. Se presentan tres materiales distintos terraza, granito y mármol. Doña Isabel del 2-1 dice que ella quiere cualquier cosa menos el mármol. Se aprueba el mármol por mayoría.
4º Ruegos y preguntas. Se levantan las manos de los vecinos pidiendo la voz todos en grito. Se le da el turno a Don Felipe que durante toda la semana ha estado hablando a los vecinos de una nueva subida de la cuota. Por la escalera se vuelve a escuchar gol. Don Felipe baja la mano rápidamente al igual que los demás vecinos. Se cierra la reunión. El vecino del Bajo-1 nos vuelve a abrir la puerta.

Está llegando al café, la lectura ha empezado, están esperando que lea cualquier cosa y piensa que al fin y al cabo algo es algo. Comienza a leer...

Convocada reunión en primera convocatoria...

6/10/09

Deslomao!


Aparece el sábado pidiendo guerra.
Me decido a subir la loma para besarla y cuando llego... ya está en las nubes.

1/10/09

de limpieza

Estoy limpiando el piso. He puesto dos lavadoras de alegrías que estaban comidas de polvo. Le he quitado la grasa, hay un producto de Stanhome buenísimo, a los sueños. He tirado todas las esperanzas caducadas, me han quedado muchos huecos y tengo que hacerme con más. Tendré que volver al super. Las cortinas dejan pasar la luz, y tambien entran sonidos, risas y chicas que regresan a la facultad.

Pero mañana toca la habitación de los recuerdos y no se donde voy a guardarlos.