Alertagado: Cuando el calor y el sopor te mantienen estático pero esperando algo inminente.
Bubo dixit.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
Alertagado: Cuando el calor y el sopor te mantienen estático pero esperando algo inminente.
Bubo dixit.
Por naturaleza, los seres humanos son tan caprichosos, tan complejos, tan maravillosamente contradictorios, que merecen no solo nuestra consideración, sino también nuestra reconsideración, y nuestra firme determinación de guardarnos nuestra opinión hasta habernos relacionado con ellos en todas las situaciones y a todas las horas posibles.
De Un caballero en Moscú.
Amor Towles
... mientras sentirse puedan en un beso |
Si pudiera elegir, preferiría no confesar, porque con el tiempo ya no sé qué diablos es un pecado. Pero admito que para poder vivir es necesario estar en paz, aunque solo sea con uno mismo.
Gonzalo de Berceo en La Santa Compaña.
De Lorenzo G. Acevedo
Tú debes ver a tu pareja en tu zona de seguridad. Y si no lo ves, algo no va bien. No quiere decir que se acople como pegatina de Heineken pero al menos que no te de reparo que esté allí.
@irenpower dixit.
Si Dios fuera mujer
Solo hay una cosa de la que puede escribir un escritor: lo que está ante sus sentidos en el momento de escribir.
William S. Burroughs
Perderse en una sonrisa... ¡Mucho mejor que en un escote!
Bubo dixit.
Libro IV
12.- Hay que tener continuamente presentes estas dos reglas de conducta: la primera, hacer sólo lo que sugiera la razón que reina y hace las leyes en el corazón de los hombres para mayor dicha suya, y la segunda, cambiar de parecer cuando alguno nos disuade o nos aleja de tal o cual idea preconcebida; pero siempre que este cambio vaya determinado por un motivo plausible de justicia de interés público u otra causa semejante, y de ningún modo por la satisfacción o por la pura vanagloria que pudiera procurarnos.
Esto me ha recordado a una de mis primeras entradas, si no la primera, una referencia de Lorenzo Silva en La Flaqueza del Bolchevique: Convicciones.
Estoy leyendo las Meditaciones de Marco Aurelio. Diría que es como escuchar a mi padre, a mi madre, a la familia en esos momentos en los que las charlas son fluidas y rescatas alguna enseñanza provechosa. Ni una regañina, ni broncas, mas bien como una de esas conversaciones en el coche cuando la música suena a gusto de todos y estas distendido. Quizá, con mas años aún, estas conversaciones podrían ser frente a la chimenea, con un cigarro antes de dormir, o apurando un racimo de uvas y queso en el palatium. El caso es que Marco Aurellio no es el Paulo Coelho del siglo II. ¡Que coño! Fue emperador romano. El tipo mas importante en ese tiempo. Y lo pone tan fácil que no se como esto no se estudia en filosofía de tercero, o en ética, o... ¡Que hay que leerlo, vamos!
Os dejo una Sinopsis que he encontrado de David Hernández de la Fuente:
Tienes entre manos un libro que vale su peso en oro. Es el libro que escribió Marco Aurelio, el hombre más poderoso y sabio de su tiempo. El que influyó en Felipe II de España, Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia o George Washington. El que inspiró el ascetismo cristiano, influyó en la Ilustración europea y condicionó la filosofía contemporánea a través del trascendentalismo de Emerson y Thoreau. El que leyó Roosevelt en momentos de angustia. El que aún hoy Bill Clinton lee sin cesar. El que adoran los ecologistas actuales. El que en nuestro tiempo ha logrado fascinar a los magnates de las grandes empresas tecnológicas. Un libro de oro.
El estoicismo ha irrumpido con fuerza en nuestro tiempo, pues el siglo XXI comparte muchas vicisitudes y dificultades con la Antigüedad tardía. Las Meditaciones de Marco Aurelio, el emperador-filósofo, son una obra de una increíble profundidad intelectual y acaso el mejor manual sobre cómo vivir de forma serena que jamás se haya escrito.
He puesto la cita número doce del cuarto libro por que es la que me ha hecho escribir la entrada, pero desde que leí: Es preciso, pues, aprovechar el tiempo... No puedo evitar leer a Marco Aurelio con la voz de mi padre.
M- «Dentro de unos años, a lo mejor, no hay ni aficionados a los toros, ni siquiera toros. ¿Estás seguro de que las generaciones venideras tendrán en alguna estima el valor de los toreros? ¿Quién te dice que algún día no han de ser abolidas las corridas de toros y desdeñada la memoria de sus héroes? Precisamente, los gobiernos socialistas...»
B- «Eso sí es verdad. Puede ocurrir que los socialistas, cuando gobiernen...»
M- «¡Naturalmente, hombre! ¡Pues imagínate que ha ocurrido ya! No torees más. No vayas esta tarde a la plaza. ¡Ponte enfermo! ¡Si casi lo estás ya!»
B- «No, no. Todavía no se han abolido las corridas de toros.»
M- «¡Pero no es culpa tuya que no lo hayan hecho! Y no vas a pagar tú las consecuencias de ese abandono de los gobernantes.»
B-«¡Claro! —exclama uno, muy convencido—. ¡La culpa es de los socialistas, que no han abolido las corridas de toros, como debían! ¡Ya podían haberlo hecho!»
Esta conversación está extraída del libro Juan Belmonte, matador de toros; de Chaves Nogales. Es una conversación de El Miedo de Juan consigo mismo. Una conversación para salir de la cama el día de corrida, una conversación que ya deja claro quien tiene la culpa.
Para mi el gazpacho es como ser bisexual. ¡Ojalá me gustase! Pero no me gusta por muy bien que me lo vendan.
Bubo dixit.
Me regaló una botella de brandy de Jerez porque dijo que el respeto también se bebía.
Si la ves taciturna y no tienes claro que puede ser: ¡pon la lavadora! La ropa interior que haya en el tambor te dirá si la culpa es tuya o no.
Bubo dixit.
Luciré mi vejez como una joya
de una ostentosa belleza
que después de toda una vida de ahorro
pude regalarme al fin.
De Ana Pérez Cañamero
en El Espejo Discreto.
¿Que pierdo el tren? ¡El tren soy yo! El que quiera que se suba.
Leido por ahí y no recuerdo donde.
"En mi interior tengo todas las edades, y en mi rostro la que me otorgan los demás. No soy yo quien decide. "
Laure Adler.
"Que me entierren con gafas de sol."
Carlos Edmundo de Ory.