29/3/15

Fotógrafos de Semana Santa.

Esta entrada la escribí en marzo del 2013. Vuelvo a rescatarla que estamos a tiempo de evitar que una serie de degenerados con flash vayan interrumpiendo procesiones.

Me gusta llevar la cámara a las procesiones. Creo que hay fotografías con un puntito mágico. Instantáneas que se han realizado un día, a una hora especial, un momento de meditación, de reflexión, no se… también hay morralla, mucha morralla. Pero ya digo, a mi me gusta llevar la cámara.

Para hacer fotografías suelo ir pronto a los sitios. Es difícil coger un lugar acertado y que no esté ocupado por la gente. Tengo suerte, soy alto y no me cuesta enfocar por encima de la cabeza de los demás. Si tengo espacio, busco ángulos poco conocidos. Fotografías desde el suelo, a media altura, desde los dos metros y medio que alarga el brazo… Ya digo, si dispongo de espacio, de tiempo y el lugar me deja, busco todas las posibilidades.

Lo que no hago, lo que no tengo intención de hacer, es meterme en medio de la procesión y empezar a disparar como si fuese el OK Corral. Últimamente los concursos de fotografías de la Semana Santa han prosperado, las cámara digitales, ahora al alcance de cualquier, ya digo, hasta yo tengo una, permiten fotografiar una y otra vez desde la Cruz de guía hasta el último bombo de la banda pero no solo una vez. Setecientas cincuenta fotos puede tirar una persona, sin tener ni puta idea de fotografía, a una procesión. Y si a esto le ponemos que no es solo una persona la que dispara… La procesión nos recuerda más bien a alguna discoteca con bailes sicodélicos. (Esa es otra, también me gusta disparar sin flash, pero eso es otro cantar.) Vamos que veo lógico que la gente quiera tener sus fotos, que las ponga donde le de la gana, que las mande a los concursos que quiera, pero… ¡No me toques los cojones con la procesión! A la procesión se va, se ven los pasos, se hacen las fotos que quieras pero, no te metas en medio. Vamos a ver… Uno puede cruzar, yo no lo hago, pero bueno, siempre hay causas de fuerza mayor, de fuerza mayor, no que seas un imbécil y tengas que estar dando por culo en mitad del paso, pero lo que no se puede es quedarse en medio con la cámara enfocando y disparando a capiruchos, costaleros, hermanos mayores, pasos, pero ¿que coño te crees que haces? ¿te crees que un photo call? ¿que puedes decirle pon la mano aquí o allá? ¡Que esa gente está haciendo penitencia! Que además de cargarte el ritmo, estás destrozando la procesión, que no es una jarana. (Y mira que de esto se bastante porque me gustan mucho.) ¡Coño! Que si no llevas túnica o perteneces a la procesión… ¡Ya estás saliendo de aquí!

Pero no. No se si es que tienen algún tipo de prebenda o simplemente le echan un morro que se lo pisan. Después les salen unas fotos preciosas, hay que reconocerlo. Lo que no quita que yo me cago en los muertos de todo aquel que como estos, siguen disparando la cámara a troche y moche en medio de una procesión.

Fotografía del Diario Cordópolis, de Madero Cubero.





La cola.

de Suzanne Valadon.
Le sonríe a su interlocutora y comienza a recogerse el pelo. Las manos arriba. Haciendo una larga cola. Engomillándola una vez y otra mientras los brazos desnudos muestran sus axilas. Brillan. Su pecho se adelanta y se agita en cada movimiento de las manos buscando la goma. 

Son solo siete y ocho segundos. Ella lo hace tan natural y para mi abre un mundo de cosquilleos. 
No hay nada tan erótico como una mujer arreglándose el pelo. 

28/3/15

Sábado sabadete.

Mi compañera en el trabajo me pidió un cambio. Empezaba un curso y durante unas semanas estaría mas liada. No tuve problemas. Después fueron los niños. ¿Qué me costaba a mi recogerlos cuando pasaba a esa hora de camino a casa y llevarlos con la abuela? ¡Nada! 
Pero ahora creo que se está aprovechando un poco. Por que digo yo... ¿Que hago este sábado metiéndome en la cama con su marido?

27/3/15

El león.

Es la última vez que dejo entrar un león a casa. Lo destrozan todo, revuelven la cocina y desperdician la pasta de dientes solo por ver como se derrama en el suelo, dejan mas huellas en la pared que un día con el Cascamorras y después no hay manera de encontrar nada. 
Y lo peor... cuando se cansan, vuelven a meterse en tu corazón y son capaces de dormir durante años. 

22/3/15

Rostro de vos. Benedetti.

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

Mario Benedetti. (En el amor, las mujeres y la vida.)

20/3/15

Paso al loco de la calle.

Mi vida no es de nadie, ni yo le pido a nadie nunca que haga algo que yo mismo jamás haría sin dudarlo.Y solo sé que no puedo estar;si tú te vas, mi casa voy a quemar.

De:  El último de la fila.  



El Eclipse. (De Augusto Monterroso.)

Mucho se habla de los eclipses de luna o de sol. Poco del de Estrellas.

Bubo dixit. 

[El Eclipse]

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.

Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.

Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.

Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.

-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.

Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.

Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.

De Augusto Monterroso. 

19/3/15

Lista de regalos. Día del padre.

Hace tiempo que no hago una lista de regalos. Es lo que tiene no necesitar nada. Pero ahora, la sonrisa mas bonita de Córdoba y parte del extranjero, no está en casa. Y eso es algo que llenaba mucho. 
El caso es que me he dado cuenta que necesito un montón de cosas. Iba a esperar para mi cumpleaños, o que llegase San Bubo, pero aprovecho el día este y... por pedir que no quede. 

- Equipo de música. En casa la música es imprescindible. Es necesario un guitarrista que recorra el baño, la cocina y se meta en las habitaciones. Una voz suave, o ronca, que le acompañe. Me gusta el ruido, perdón, el sonido rondando por la casa. (Incluso soy capaz de escuchar un rap si viene de la mano del hijo ese que tengo  y tiene mas variedad musical que Radio3.) El caso es que la radio y el ordenador se me queda corto. Básicamente porque el ordenador va a pedales. Spotify me dice que, o actualizo el Sistema Operativo o les diga adiós en los próximos meses. Ni siquiera necesito un reproductor de LP, que tampoco le hago ascos porque llevo lo menos tres años de no poder escuchar algunos discos de vinilo que siguen pululando por la casa, me conformo con algo básico. Con poquita potencia, en mi caja de cerillas la música llega bien a todos los rincones sin dar mucha caña. Además mi vecina y yo no coincidimos en gustos musicales y no es cosa de imponerlos. Algo que suene bien, que sea capaz de poner música y a ser posible no me ponga triste. 


- Una sonrisa nueva. La mía se la han llevado entre algún libro o se ha roto. Supongo más la segunda opción que la primera. El caso es que me cuesta mucho sonreir. Consulté con el Joker pero las opciones que me daba para tener una permanente las veía excesivas. A fin de cuentas tampoco necesito hacerlo todo el tiempo. Solo de vez en cuando. Pero que sea creíble. 


- Ordenador. ¡Imprescindible! Este regalo, además, creo que va a ser de esos que si no llegan el día diecinueve lo va a hacer en breve. El último ordenador lo compré hace mas de 20 años. Un pentium, acababan de salir, de 75Mhz. ¡Un maquinón! A tomar viento los 486. Me duró ese ordenador un montón. Después... he ido aprovechando todos los que la gente iba arramblando. Tengo mas accesorios en casa que una gitana de feria con todas las computadoras que he montado y desmontado. ¿Sabeis eso de en casa del herrero cuchillo de palo? ¡Pues eso! ¡Que ya toca! Además necesito memoria, la mía cada vez va a peor y tengo que guardar miles de fotografías, de entradas, de besos que no quiero que se olviden. Que no puedo permitir olvidarlos. (Y otro disco duro para copias de seguridad.)

- Caja de herramientas. A ser posible con libro de instrucciones. Nunca me han gustado las manualidades. El bricolaje, los talleres de decoración, y cualquier cosa que haya que hacer con las manos, que no sea escribir o hacer fotos, no me llaman la atención. La electricidad, serrar madera, apretar tornillos, pelar cables y taladrar... ¡No! No entran entre mis gustos. Así que mi "caja de herramientas" se basa en una navaja suiza, fixo  y chinchetas de colores. Me he vuelto a quedar algo perdido en esa materia. Por cierto... una cosa es que no me guste y otra que no sepa. (Tampoco se me da mal, sobre todo con la ayuda de los tutoriales de youtube.)

- Flexo. Resulta que, entre otras cosas, he recuperado la costumbre de leer hasta las tantas. Y vuelvo a necesitar una luz que no venga de una linterna comprada en los chinos con una bombilla led. 

- Manos expertas. Como dice el gran Ariel Rot: Voy perdiendo tolerancia. Necesito manos expertas. Ni masajes, ni masajistas, ni nutricionistas, ni entrenadores personales, ni psicoanalistas ni cremas faciales... Lo que necesito son manos que me ayuden a caminar, que sepan acariciar cicatrices porque también ellas las tienen. Manos expertas que sepan señalar los caminos, manos expertas que también se dejen guiar. Esto lo necesito como agua de mayo. (Incluso más que la música.) 


- Almohada. En los últimos días duermo con cojines. A mi siempre me ha importado poco el grosor de la almohada pero parece que me he acostumbrado mal. Quizá eso forme también parte de mi insomnio. (¡Ojalá fuese eso!) Cuando te giras por la noche y la cabeza se precipita por un barranco de almohadones el cuerpo, que ya estaba en standby se pone alerta y el respingo nocturno es alarmante. Eso por no hablar de lo fríos que están entre unos y otros. Vamos que tampoco pido tanto. Una cosita normal. Por cierto, mi cama es de metro cincuenta, pero tampoco hago ascos a una almohada mas pequeña.

- Líbido. Resulta que la tenía tan concentrada en una persona que ella era la que hacía que se expandiese al resto de chicas/mujeres. Las demás eran guapas porque se parecían a ella. Bueno pues resulta que, ahora que no está, se ha quedado con toda la líbido que tenía. Vamos que el otro día vi a una chica de veinticinco años con unas tetas impresionantes y en vez de babearle en el escote, como estaban haciendo el resto de maromos del pub, en lo que pensaba era en los problemas de espalda que debía tener la pobre. ¡Coño! Y así no se puede ir por la vida.

- Un Gandalf. ¡Si! Lo has entendido bien. Un Gandalf, un mago que me saque de mi ostracismo y me lleve
Arwen - Liv Tyler.
de viaje para conocerme o conocer el resto. Algo que me de vida. ¡Oye! Y que si tiene que ser Arwen... ¡No pasa nasa! 


De momento me planto. Esta entrada se está haciendo larga aquí solo hay deseos, o deseos de planes. O... tonterías varias. El regalo que quiero, el que de verdad necesito no he sido capaz de agregarlo a la lista. Quizá por que ese es cosa mía y me lo tengo que currar yo. 

18/3/15

Runrun

Suena el runrun de mi mundo marrón.
Estopa.


Un tipo está haciendo arreglos en su casa. Se da cuenta que su taladro no funciona y decide pedírselo al vecino. Por el camino va pensando en lo que llamará a la puerta le pedirá el taladro, volverá a casa pronto y en menos de un día se lo devolverá.
Pero también le da tiempo a pensar que quizá el vecino no quiera prestarle el taladro. ¡NO! Su vecino es un tipo simpático. ¿Por qué no iba a prestarle el taladro? El no le haría ningún estropicio, y en caso de que sufriese cualquier percance lo pagaría. ¡Seguro! No iba a devolverle un taladro roto. Aunque quizá el vecino se niegue. ¿Y si no se fía de él? ¿Por qué no iba a fiarse? El no ha tenido nunca ningún problema. Al contrario siempre se ha ofrecido para lo que necesitase. Pero… y si el vecino no es igual. Y si no quiere prestarse. Da igual el motivo. Si no quiere no quiere. ¡Será cabrón! ¿Por qué no va a querer prestarle el taladro?
El tipo se encuentra en la puerta del vecino. Casi sin darse cuenta llama mientras sigue con su runrun. Su vecino abre la puerta con una sonrisa pero antes de que pueda preguntarle nada el otro le espeta:
- ¡TE METES EL TALADRO EN LOS COJONES!



Bueno pues así estoy yo. Haciendo cábalas. Pensando, repensando y ni siquiera me han abierto la puerta. Y temo, que cuando la abran me salga algo parecido a lo que contestó el tipo.

Five More.

Le  pidió cinco minutos mas.
Apagó el despertador y se giró.
No se los concedió.
Ella ya se había marchado
de su cama.
De su vida.

17/3/15

La caja fuerte.

Revolvió toda la casa. Los estantes, aquel baúl de madera que guardaba tantos secretos, miró bajo las camas, los armarios y altillos, incluso los cajones de la cocina. ¡Ni siquiera lo encontró en aquella cacerola que no había usado en años! 
- ¿Donde coño la pondría? 
Se lo habían devuelto y no sabía que hacer con él. Pero recordaba que tenía una caja ideal. Estuvo allí mucho tiempo, casi pudriéndose, pero a salvo. Y ahora no la encontraba. La iba a volver a necesitar. Estaba perdido sin ella.
¿Donde coño dejaría aquella caja? 
Era el  ideal para guardarlo. Para que nada, ni nadie le hiciese daño. Era el lugar ideal ahora que volvía a recuperar su puto corazón.


Patrick,s day.


Pues eso... ¡Felicidades!

15/3/15

Ancianas encantadoras.

Hay personas que tienen todo el tiempo del mundo. Pueden decidir lo que les vendrá mejor dentro de quince años. Da igual que hoy estén llorando todo el día porque saben que después su vida será maravillosa.Solo es necesario que pasen las horas, los días, los años y el mundo empezará a ser como ella quieren. Entonces serán ancianas encantadoras.
Hay personas que tienen todo el tiempo del mundo.
Yo solo dispongo de este día
y creo...
que lo estoy desaprovechando
escribiendo.

(En vez de amando.)

13/3/15

Quemaduras

Apagó el cigarro en su piel y lo lanzó lejos.
Tardaría en olvidar ese día.

(Pero hoy, ya no recuerda ni siquiera con que mano cogía el cigarro cuando fumaba.)

12/3/15

Hasta la polla.

Hoy estoy hasta la polla. Me doy por una persona medianamente comprensible pero hay que cosas que no entiendo. No me sale de los cojones comprender como alguien puede hacerse daño gratuitamente así mismo. 
Vamos a ver.. Si hay algo que te gusta y no es ilegal, ni inmoral, ni te sienta mal, si no todo lo contrario. Si es algo que te viene de puta madre... ¿Por qué coño lo vas a dejar pasar? ¡Aprovéchalo! Pues no. No contento con no aprovecharlo lo dejas de lado. Pero... ¿por qué? ¿Por qué te puedes acostumbrar a que te guste? ¿Y qué? ¿Que se puede acabar y luego va a ser peor? Pero y si se acaba de todos modos y no lo disfrutas como deberías. ¿No es eso hacer el gilipollas? ¡Además! ¿Por qué tiene que acabarse? Lo mismo dura toda la vida. O un montón de años y resulta que te hartas mucho antes. Pero mientras... ¡Coño, aprovéchalo! 
Hay gente que tiene en su cabeza un chip de disfrute limitado. Piensa que si una cosa la disfrutas mucho algo estás haciendo mal. Como si fuese pecado, o malo, ser feliz. Gente que se fustiga con responsabilidades que no le corresponden, con amigos o familia que ya tienen su vida resuelta pero... ellos siguen ahí, pendientes de que no vayan a dar ningún tropezón. 
(Más o menos lo que se hace con los niños hasta que ya tienen una edad y, no es que te descuides, pero si que te da igual que se den una leche. Que se levanten ellos solos, se limpién el pantalón y sigan jugando. Eso que aprendemos los padres cuando el corazón nos sale por la boca constantemente viendo jugar a los infantes en un columpio o en la puta barra esa de equilibrio.)
El caso es que de tanto dormir con alguien así se me ha ido pegando algo. Y ahora mismo estoy mas que preocupado por como está. Por la equivocación que no ve y en la que perdura y... ¡Que coño! Por mi. Que me está sacando de quicio. Que duermo fatal. Que la casa se ha hecho enorme desde que no está. Que la vida es una mierda si no están sus caricias, sus besos, que por mucho sol que tengamos estos días en Córdoba no calienta ni la mitad de lo que lo hace ella. 

El caso es que llevo unos días jodido. Voy a tener que empezar a hacer algo.

9/3/15

Costurera.

Recogiste agujas, hilos, costurero... todo quedo como lo encontraste. Pero has olvidado un alfiler en mi corazón. Me estoy acostumbrando a su punzada. Ya, casi no duele. 


Solo lo hace cuando late. 


8/3/15

Stand by.



Me enervan los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.

Robe Iniesta. Extremoduro. Stand By.

Vive mirando una estrella
siempre en estado de espera.
Bebe a la noche ginebra
para encontrarse con ella.
Sueña con su calavera
y viene un perro y se la lleva,
y aleja las pesadillas
dejando en un agujero
unas flores amarillas
pa' acordarse de su pelo.

Sueña que sueña con ella
y si en el infierno le espera...
quiero fundirme en tu fuego
como si fuese de cera.

Antes de hacer la maleta
y pasar la vida entre andenes,
deja entrar a los ratones
para tener quien le espere.

Sueña con su melena
y viene el viento y se la lleva,
y desde entonces su cabeza
sólo quiere alzar el vuelo,
y bebe rubia la cerveza
pa' acordarse de su pelo.

Sueña que sueña la estrella
siempre en estado de espera;
vuelve a coger la botella
y pasa las noches en vela,
...siempre en estado de espera.

6/3/15

Tictac.

Tictac, tictac, tictac
no recordaba el ruido del reloj.
¿Siempre se ha escuchado tanto?
¿O solo lo hace por joderme?
Por que sabe que hoy no escucharé
su risa.
Por que toda la música que brota
de los altavoces, lo hace en mute.
Por que ni siquiera el frigorífico vuelve
a arrancar.
Tictac, tictac, tictac.
Puto reloj de mierda.
Sabía que debía comprar
uno digital.

3/3/15

...

A veces todo va bien y otras no tan bien, la cuestión es aprender a aceptar los malos momentos y no buscar una explicación clínica, simplemente convivir con nuestros propios mal estares.

De Pensadora

2/3/15

Ataque de angustia.

La escuchaba desde la entreplanta. Unas veces pedía, otras suplicaba, algunas exigía. La conversación con el móvil duró poco más de siete minutos en los que entraba y salía de su habitáculo de trabajo. Después el silencio se apoderó del lugar, el tiempo de tomar un café. Con el último sorbo un grito desgarrador rebotaba en las paredes. Siguieron otros gritos, llantos, voces. La chica cayó. Sse revolcaba en el suelo. Pataleaba. Se llevaba las manos a a la cara, al pelo. Tres segundos duró esa  escena. Solo tres segundos hasta que llegó el primer compañero y la agarró de las manos. Ella seguía gritando, un llanto desconsolado. Desde la entreplanta veía como se iba agolpando gente a su alrededor. Los gritos cesaron, ya solo había llanto. Un llanto que se quedó agarrado en el corazón. 

Un ataque de angustia, o de pánico, lo llamaron. No recuerdo. Lo que si recuerdo es la falta de aire, la respiración cortada, la misma que me falta ahora. La que me hace recordar esa escena. No la entendí aquella vez y después… Después no sé como yo mismo no la he vuelto a repetir. Quizá porque vuelvo a escribir una y otra vez aquellos gritos antes de empezar a darlos yo. Antes de que el aire se quede estancado en la garganta y no pase por la traquea. Antes de que las lágrimas comiencen a asomar y no pueda pararlas.

1/3/15

La Carretera


Arranco el coche.
Como en algunos textos
es mejor borrar los primeros párrafos que escribes.
Conduciendo pasa lo mismo.
La carretera es larga.
Lineas continúas y discontinuas,
igual que la vida.

Parece que hay menos árboles
desde que dejé de mirarlos
como si cada uno fuese
mi asesino.