Kilómetros de tela
Una plancha sin vapor.
La arruga es bella.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
Se agacha con todo el dolor de sus rodillas y parte del alma para coger una pelota pequeña. Se incorpora lentamente y vuelve a tirar la pelota poco mas lejos de lo que sus brazos le dan. Son unos metros los que recorre el perro que está a su lado para volver a recoger su juguete y ponerla a sus pies. Lo mira como una madre cansada que ya no tiene ganas de mas hijos. Mira a un lado y a otro del parque. El ansioso perro corretea a su lado, ladra, se tumba, se levanta, se sienta, se revuelve a su alrededor y con el hocico le acerca la pelota. Ella se gira un poco. Ni se agacha esta vez. Le da un puntapié al lado contrario, el perro corre, esta vez no la pilla tan pronto, la ha disparado con ganas y la pelota, con su perseguidor detrás, cruza la carretera.
Tres gintonics me mandan a la cama. Piensa.
Se nota cansado. Acaban de dar las nueve de la noche y tiene hambre. Como algo y se decide por una película chorrosa para dormirla cuando se aburra. No lo hace y ya van por las diez y media.
Joder con tres gintonics solo. Vuelve a recordar la tarde y los cubatas que ha tomado en un bar casi cerrado con una de esas charlas entrañables. Tres gintonics y ni ganas de volver a pusar la calle.
Y eso que ha comido mucho mejor que bien con unas migas y casi tres cuartos de botella de Ribera. Que los dos tercios de cerveza que cayeron, nada mas salir del curro,venían.con tapita.
Y luego con tres gintonics te amorras. Vuelve a pensar. Como para salir a la calle ahora aunque sea sábado. ¡Ni loco! Vuelve a pensar.
Pero casi a las once de la noche, como si fuese el espíritu de las navidades pasadas, un fantasma de hace años suena en su móvil.
Noviembre, aunque el Sol siga apareciendo todos los días, trae días tristes. Empieza con un Halloween festivo que los viejos como yo rechazamos por que aún nos recuerdan las velas rojas y las mariposas en aceite que ponían nuestras madres para recordar a los difuntos, madres que ya no están y la comodidad nos predispone a no encender un cabo por nadie.
Tenemos pocas lluvia pero jodida. De las que matan gente. Aunque aquí en Córdoba el agua ha venido genial para campo y llenar pantanos. Lluvia de la que trae telediarios y acusaciones entre políticos imbéciles. El agua no debería traer nunca dolor.
Noviembre también trae el estancamiento de la rutina. Esa que tanto nos gustó en su momento cuando llegó septiembre y ahora nos ata a la cama temprano. Nos hace mas hogareños por que el Sol, ese que sigue apareciendo, va pidiendo una retirada. Se va al sur a brillar decentemente, no como aquí que lo hará como amateur y dejará de calentar en unos días.
Se nos va quedando un mes gris, con unos colores otoñales preciosos, que también hay que reconocérselo. Un mes para pensar un poco y ver que en breve se nos tiñe de rojo y navidad los escaparates, un mes cómodo para adecuarnos y terminar todo ese que se va quedando pendiente, para empezar o encarrilar lo que nos gusta, o lo que queremos acabar. Noviembre es la contancia, el mes de transición, noviembre es neutro, gris. Y si nos organizamos bien... un gris perla precioso para conjuntar con todo lo que queramos. Queda mes, hay ganas. Noviembre es el mes clave. ¡Toca aprovecharlo!
Quiero hacer de todo. Menos trabajar. Salir, follar, comer, hartarme de comer y escuchar mil conciertos, visitar todas las exposiciones a 100 km a la redonda, y planear algún viaje para las que están mas lejos. Vivir y escribir y leer, leer mucho.
Si tuviese dinero estaría comprándome una moto, cambiando todo el armario y me conocerían en los aeropuertos de media España. Sería el sibarita del gourmet y comenzaría a deslizarme con squies por las pistas de nieve y con zodiac, lo menos, por los puertos de Huelva a Valencia.
De momento mi crisis tiene que quedar en stand by. Pero sigue ahí, esperando que encuentre el tiempo, que tenga el dinero, esperando mientras ve como llega la de los sesenta y pueda viajar con el Imserso al menos.
Mirar por la ventana cuando llueve.
Esperar tu paraguas.
Tu andar pausado
y tu ritmo cansino
del trabajo.
Mirar por la ventana
y verte llegar.
¡Eso es Felicidad!
Tú debes ver a tu pareja en tu zona de seguridad. Y si no lo ves, algo no va bien. No quiere decir que se acople como pegatina de Heineken pero al menos que no te de reparo que esté allí.
@irenpower dixit.
El caso es que hoy me he acordado de esas fotografías, casi todas sustraídas de internet sin ningún pudor, cuando la web era ese sitio donde todo estaba permitido y apropiarse de cualquier cosa no estaba tan mal visto. Bueno... como ahora. En algunas fotografías ponía el autor, la web de donde la había sacado o... ¡Ni caso! Casi ninguna lo tiene y ya no voy a cambiarlas a no ser que alguien me lo pida.
Hoy me hubiese gustado poner una de esas fotos, una mujer (es curioso ya casi nunca pongo chica) casi desnuda y sugerente, en blanco y negro por su puesto, algo erótico que me hiciese pensar en como era antes. Casi no me conozco de los primeros post cuando en un año había cerca de 200 entradas. ¡200! ¿De donde sacaba el tiempo? ¡Ah si, ya! Era lo único que tenía. Bueno que he estado buscando y al final me he dicidido. ¡Ninguna mujer! Pero el recuerdo de esta luna de Noviembre me ha puesto a mil. Quizá algún día escriba por que. Pero es que ya... este blog es también para menores, o me estoy amariconando. (Que ya lo dijo una amiga cuando empecé con la fotografía.)
Si Dios fuera mujer
- ¡Que te parta un rayo! - Le dijo Carmen al hijo de la grandísima puta que acaba de violarla.
- Que te parta un rayo, cabrón. - Volvió a repetir mientras el tipo se recomponía y salía silbando de la celda donde la habían retenido sabe dios por qué.
Y llegó un día, veintitantos años mas tarde, en que por fin se sintió bien. El agua caía abundante en el pueblo y los truenos se escuchaban cada vez mas cerca del rayo. Se sorprendió de lo agradable que le resultaba la vida en ese momento y entonces Angelita llegó a casa empapada. El chaparrón le había pillado en la calle pero el sobresalto lo traía en el cuerpo.
- Se ha muerto Domingo Guzmán. Lo ha fulminado un rayo. Por Dios que pena de hombre.
Pero Carmen respiró profundamente y sin decir nada comenzó a sonreír para el resto de su vida.
(A partir de un relato que ha leído hoy Francisco A. Carrasco.)
Solo hay una cosa de la que puede escribir un escritor: lo que está ante sus sentidos en el momento de escribir.
William S. Burroughs
Llueve, me he perdido en Valencia y solo sé que estoy cerca de Mestalla. ¡Joder que feo es el campo! Recuerdo hace año, la primera vez que vine, que también me perdí. Ahora hay móviles y parece mas fácil encontrar el sitio. ¡Los cojones! Ha pasado dos veces por la misma calle. ¿Dondé coño estaba esta mierda de pub? ¡Paso! Lo dejo. ¡A tomar por culo el móvil y el sitio!
Me decido a volver a la avenida y parar el primer taxi que vea. Y entonces alguien sale de un tugurio oscuro para fumar, tres notas le acompañan antes de cerrar la puerta. ¡Ahi! Ahí estaba. Solo había que escuchar. Como si fuese un marinero tras la sirena sigo la música que sale con tres fumadores mas.
Entro y una barra sugerente me enfila al escenario. Tres tipos están tocando. Un piano, un tenor y un batería. Tienen a los parroquianos estáticos, con el movimiento de un pie llevando el compás, la cabeza adelante y atrás y alguno con los dedos martilleándose la pierna como si fuese el teclado. A mi me sube una sonrisa nada mas verlos. Me esquino en la barra y me sorprende, además, una morena con el pelo recogido que me pregunta que quiero. Por un segundo creo que lo tengo todo pero la costumbre me hace pedir un whisky solo. Le señalo la botella de Glenfidich, la noche lo merece después del aguacero que he padecido por culpa de esta gente.
Ritmos cambiantes, solos, y tres whiskys después salgo del BlackNote con una sonrisa de oreja a oreja. Ha parado de llover pero aún chispea. ¡Joder, creo que hasta se ven las estrellas! Si el Turia no estuviese seco sería ideal ver reflejarlas en el agua. Da igual. La última copa me acompaña dentro de un vaso de plástico y aún puedo escuchar ese poquito de jazz que retumba en el whisky.
Acabo de borrar del mail de CafeDelBúho una infinidad de conversaciones. La mayoría son de principios de la década anterior. Comentarios, charlas, gente con la que me unía, o sentía que me unía una feeling especial. Nos leíamos, nos animábamos...
Gente como Gatuna, Charlotte Sometimes, Gilda, El Paseante, gente a la que no conocí nunca pero estaba deseando de que apareciese una de sus entradas para leerlos.
Conocí a otros, con algunos sigo teniendo alguna relación, a otros les perdí la pista. Echo de menos aquellos días en que escribir era tan relajante y leer lo mejor que podía hacer en las noches de café y whisky.
Hoy, el correo se ha quedado mas que limpio, desmemoriado. Espero que no me ocurra a mi y pueda volver a encontrarlos en este puto blog, en las entradas antiguas, quizá algún día vuelvan y me den un alegrón.
En aquel arroyo de purita mierda era imposible que viviese una ninfa. Yo lo sabía pero papá se empeñaba en ir cada noche de San Juan para buscarla.
Pasé años sin volver por allí cuando mi padre murio. Pero este año la añoranza me hizo llevar a mi Juanito a aque paraje que afortunadamente había ganado en esplendor. Mas salvaje pero mas limpio.
Se nos hizo de noche cuando acabé de preparar una hoguera y empecé a contarle a mi hijo que allí podía vivir una ninfa.
- ¡Yo la he visto! -Me dijo.
Y empezó a describirla tal y como me la describió mi padre la primera vez.
- Tráeme una botella de whisky para la echarle al sorbete de limón.
- ¡No queda!
- ¿Cómo no va a quedar si tienes lo menos tres botellas en el mueble?
- ¡Si pero de whisky para la cocina no hay! ¿Y no querrás que te deje el Lagavulin o el Glenfidich para echarle a eso?
¡Y si! Si quería.
Perderse en una sonrisa... ¡Mucho mejor que en un escote!
Bubo dixit.
Se acerca con un carrito de bebe y tres churumbeles que le corretean como satélites. El mas pequeño corre sin rumbo y vuelve. Es ancha de caderas, con un escote mas que llamativo y hace tiempo que perdió una figura que debería ser de niña guapa, aún conserva la sonrisa y los ojos cuando habla.
Después de unas preguntas sobre un autobús me pide el precio. Se lo digo y me vuelve a preguntar por el precio de familia numerosa. ¿Normal o especial? Le pregunto. Para ir con todos mi niño, la especial. Parece encantada cuando le digo lo que se ahorra y entonces caigo. ¿Perdona? Le llamo la atención cuando empieza a recoger niños para salir. ¿Tú tienes lo del verano joven? Y me dice que no tiene ni idea de que es. Así que le comento que si es menor de treinta años puede beneficiarse de otro tipo de descuento. Con los ojos tipo manga me mira asombrada. Me dedico a hacerle muecas a uno de sus satélites mientras tecleo en el ordenador.
En cinco minutos le he conseguido el código de descuento del verano joven para ella. No llega a los treinta años que solo lo confirman sus ojos y cuando terminamos las gestiones para comprar sus billetes los coje entusiasmada. Se los guarda en el escote y me da un abrazo que me ruboriza como si fuese treinta años menor.
Los satélites me dicen adiós mientras salen por la puerta. No puedo evitar pensar que con ese abrazo puedo volver a ser padre y ni me he dado cuenta.
Nunca entenderé cómo hacen para caber estos días cada vez mas largos
en estos años cada vez más cortos.
Gonzalo de Berceo en La taberna de Silos, de Lorenzo G. Acebedo.
Había que escribir rápido. Frases cortas. Las interrupciones constantes no le permitían oraciones de muchas palabras. No quería olvidar. Ni a la chica con rabillo en el ojo tan largo como serpiente. Ni al tipo con calcetines blancos impolutos y un bañador rosa. Ni al vigilante que bailaba salsa cuando pensaba que nadie miraba. Todo era fugaz. Pasaba por su vista, por su mente. Y no quería olvidar. Tenía que escribirlo rápido. Antes de que la memoria volviese a fallarle. Antes de olvidar esa historia que los unía a todos. Escribir, sabía que quería escribir esa historia, ese relato, quizá un micro.
Escribir pero... ¿de qué?
- Dios se lleva a los mejores ¿no es así?
Me preguntó tu padre, sujetándome la cabeza en la nuca, mientras me miraba a los ojos. Y pensé que Dios solo es un hijo de puta que se nos lleva a todos y un cabrón por llevarse a unos antes. Lo malo ni si quiera es dejar viudas y huerfanos. ¿Como coño se llaman los que pierden un hijo antes de morir ellos? ¿Desgraciados? Pensaba eso y en que me dejaste a deber 20€ por que el Madrid volvió a ganar la Champions. Pense en eso pero solo fui capaz de aguantarle la mirada un segundo mas a aquellos ojos acuosos y responderle: Si. A los mejores.
Ya estaba escrito. Un año para acabarlo. Quizá un poco mas para pasarlo al ordenador. Ahora solo quedaba corregirlo, editarlo, volver a corregirlo...
Le iba a parecer mas duro que un año en el gym.
Quizá fue por el 2005, o poco antes, cuando se decidió crear un grupo familiar. El café de Pombo estaba pillado y a mi siempre me gustaron los búhos. Estaba libre el Café del Búho y a partir de ahí estuvimos escribiendo durante un tiempo, la tecnología avanza mucho como para retenerte en una plataforma como el Messenger varios meses. Pero quedó el nombre para poner un blog algo mas adelante, un nombre en twitter y otro blog, este mas casquivano, en blogspot. Poca imaginación es lo que tengo para tener el mismo nombre en varias plataformas.
A mi me gusta achacar el nombre a esas noches en las que me dejaban escribir tranquilo a las tantas de la madrugada. Cuando el peque ya llevaba un tiempo dormido y la señora exposa se acostaba después de ver House o Anatomía de Grey, que jartón de médicos teníamos en casa, con la falta que nos hubiese hecho un buen psicólogo. Cuando preparaba un café a media noche y podía disfrutarlo sin prisas y con música decente que me dejaba muchos recuerdos y alguna frustración. (Lástima que ahora me dejan muchas frustraciones y algunos recuerdos.)
El caso es que hoy se ha reproducido esa sensación. Cuando un café y la música suenan en el salón y en casa no hay nadie a quien despertar. Así que esta entrada es un poco como una conmemoración a aquella época. Una etapa que después volvió sin ex, sin gente a quien despertar y con mucho recuerdos de personas que me fueron ayudando a seguir adelante. Nunca podré olvidar aquel Lázaro al que resucitaron en un hotel oxidado. Ni unas lágrimas de felicidad con la máscara del teatro de arrabal. Ni si quiera un martes sin feria.
El café del búho es ese estado, ese lugar, donde uno se encuentra y a veces pide un poco de reconocimiento. Como hoy.
Se llama Belén. Y ha conseguido que me tome dos cerveza a su salud. De las cinco primeras no recuerdo el motivo, pero la sexta se empeñó en invitarme. Y la séptima la pagué yo que no me gusta dejar a deber.
Se llama Belén. Y hemos coincidido en que mañana no nos acordaremos de nuestro nombres aunque hoy hayamos hecho coincidir lugares y situaciones comunes entre dos generaciones distintas.
- ¡Si! Es fácil que nos olvidemos.
-Varias birras no aseguran la memoria. -Le respondí.
- ¡Tendríamos que follar para acordarnos! - Dijo, o dije.
¡Si! Se llama Belén.
Libro IV
12.- Hay que tener continuamente presentes estas dos reglas de conducta: la primera, hacer sólo lo que sugiera la razón que reina y hace las leyes en el corazón de los hombres para mayor dicha suya, y la segunda, cambiar de parecer cuando alguno nos disuade o nos aleja de tal o cual idea preconcebida; pero siempre que este cambio vaya determinado por un motivo plausible de justicia de interés público u otra causa semejante, y de ningún modo por la satisfacción o por la pura vanagloria que pudiera procurarnos.
Esto me ha recordado a una de mis primeras entradas, si no la primera, una referencia de Lorenzo Silva en La Flaqueza del Bolchevique: Convicciones.
Estoy leyendo las Meditaciones de Marco Aurelio. Diría que es como escuchar a mi padre, a mi madre, a la familia en esos momentos en los que las charlas son fluidas y rescatas alguna enseñanza provechosa. Ni una regañina, ni broncas, mas bien como una de esas conversaciones en el coche cuando la música suena a gusto de todos y estas distendido. Quizá, con mas años aún, estas conversaciones podrían ser frente a la chimenea, con un cigarro antes de dormir, o apurando un racimo de uvas y queso en el palatium. El caso es que Marco Aurellio no es el Paulo Coelho del siglo II. ¡Que coño! Fue emperador romano. El tipo mas importante en ese tiempo. Y lo pone tan fácil que no se como esto no se estudia en filosofía de tercero, o en ética, o... ¡Que hay que leerlo, vamos!
Os dejo una Sinopsis que he encontrado de David Hernández de la Fuente:
Tienes entre manos un libro que vale su peso en oro. Es el libro que escribió Marco Aurelio, el hombre más poderoso y sabio de su tiempo. El que influyó en Felipe II de España, Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia o George Washington. El que inspiró el ascetismo cristiano, influyó en la Ilustración europea y condicionó la filosofía contemporánea a través del trascendentalismo de Emerson y Thoreau. El que leyó Roosevelt en momentos de angustia. El que aún hoy Bill Clinton lee sin cesar. El que adoran los ecologistas actuales. El que en nuestro tiempo ha logrado fascinar a los magnates de las grandes empresas tecnológicas. Un libro de oro.
El estoicismo ha irrumpido con fuerza en nuestro tiempo, pues el siglo XXI comparte muchas vicisitudes y dificultades con la Antigüedad tardía. Las Meditaciones de Marco Aurelio, el emperador-filósofo, son una obra de una increíble profundidad intelectual y acaso el mejor manual sobre cómo vivir de forma serena que jamás se haya escrito.
He puesto la cita número doce del cuarto libro por que es la que me ha hecho escribir la entrada, pero desde que leí: Es preciso, pues, aprovechar el tiempo... No puedo evitar leer a Marco Aurelio con la voz de mi padre.
M- «Dentro de unos años, a lo mejor, no hay ni aficionados a los toros, ni siquiera toros. ¿Estás seguro de que las generaciones venideras tendrán en alguna estima el valor de los toreros? ¿Quién te dice que algún día no han de ser abolidas las corridas de toros y desdeñada la memoria de sus héroes? Precisamente, los gobiernos socialistas...»
B- «Eso sí es verdad. Puede ocurrir que los socialistas, cuando gobiernen...»
M- «¡Naturalmente, hombre! ¡Pues imagínate que ha ocurrido ya! No torees más. No vayas esta tarde a la plaza. ¡Ponte enfermo! ¡Si casi lo estás ya!»
B- «No, no. Todavía no se han abolido las corridas de toros.»
M- «¡Pero no es culpa tuya que no lo hayan hecho! Y no vas a pagar tú las consecuencias de ese abandono de los gobernantes.»
B-«¡Claro! —exclama uno, muy convencido—. ¡La culpa es de los socialistas, que no han abolido las corridas de toros, como debían! ¡Ya podían haberlo hecho!»
Esta conversación está extraída del libro Juan Belmonte, matador de toros; de Chaves Nogales. Es una conversación de El Miedo de Juan consigo mismo. Una conversación para salir de la cama el día de corrida, una conversación que ya deja claro quien tiene la culpa.
Primero le escribimos a un ciego. Después le gritamos a un sordo. Con ayuda de un sindicalista jodimos las carreteras a quien se mueve en tren. Nuestras reivindicaciones caían en saco roto una y otra vez.
Echo de menos aquella época en que uno podía salir con un arma y descerrajar un disparo en la cara de aquel que tantos problemas genera.
Creo que he perdido las metáforas. Hoy, precisamente hoy que iba a hablar de ella. Que es lista como... como... vamos que no es tonta. Y guapa, guapísima, es bella como... como... ¿una flor? Como explicar la elegancia, el porte, el estilo que parecía... estilosa, si, estilosa. Sus pechos eran redondos y su boca era... era... tenía dos labios. Y cuando se los pintaba deslubraban como... como el rojo, un rojo.. G de Guerlain.
Y la amaba, la amaba tanto que era un cielo de estrellas, una playa de junio, un autobús directo, una siesta de dos horas. Si, la amaba de rosa, de verde y azul.
Todos los personajes que creé en cuentos inconclusos se unieron con el firme propósito de asesinarme. Sus destinos habían quedado en el aire infinidad de veces. Algunos incluso habían servido para diversos cuentos que nunca llegaron a nada. Se armaron con los cuchillos de cocina que encontraron en los cuentos, con hachas, espadas toledanas y alguna sierra (supongo que de mi etapa de ver pelís de miedo). Pocas armas de fuego hay en mis relatos, pero una criada con voz chillona tenía una pistola, soy muy fan de las Astra y alguien consiguió encontrar el revolver del Virginiano que quedó en aquel relato del oeste. Lo hicieron con premeditación, alevosía y nocturnidad. Llegaron a mi cama sin hacer ruido, algunos salieron de mi cabeza, muchos del ordenador y varios de un cuaderno que nunca tenía tiempo de corregir. Todos alrededor de mi cama esperando darme el golpe definitivo pero el miedo de verlos tan cerca de su propósito me despertó. Y volvieron a quedar estáticos en sus cuentos, salvándome de una muerte atroz pero con la congoja de buscar todos esos relatos perdidos y acabarlos de una vez por todas.
Ya no creo en las esperas para un día
ni en las cuentas atrás,
ni en vísperas
ni en calendarios mercados.
Ahora cuento los minutos
como victorias
y si en un despiste mato
siete del tirón
como el sastrecillo lo festejo.
Y es tiempo que no pudo conmigo.
Batallas tontas ganadas al reloj,
lucha de guerrillas
sin esperanza en la eternidad.
Luchar y disfrutar cada día de victoria
sabiendo que la guerra está perdida.
Yo soy de meter la pata bien. Mucha pata tengo para meter y a veces me llega hasta la cadera. Hoy también la he metido. A primera hora me han hecho una invitación. ¡No, no! Nada de copas o salir a cervecear. La invitación era para primera hora. Para hacer una ruta a las Ermitas. Así, a bote pronto, son unos siete kilómetros de subida y otros tantos de bajada. Yo me he animado y he decido aceptar. Total... Catorce kilómetros es mas o menos factible para hacerlo en dos horas y media, como mucho tres. Y la partner estaba en cama con idea de no levantarse hasta la hora del gimnasio. O eso pensaba yo. Por que antes de ponerme la ropa para subir montañas de Córdoba ya se había levantado. ¡Chungo! Por que si se levanta temprano es que tiene intención de ponerse a limpiar, a hacer comida y yo me voy a escaquear.
Le pregunto, me dice que me vaya. Al menos no me dice tú verás. Y me voy.
Quince kilómetros, dos horas o dos horas y media no deberían ser problema. Para las once estoy de vuelta y nos ponemos con la lavadora. Pero uno piensa una cosa y después sale otra.
La subida es penosa pero vamos bien de tiempo. Pero cuando llegamos a las Ermitas nos da por empezara a olisquear. Entonces nos damos cuenta de la veces que hemos subido y no hemos visto todo lo que había que ver. La ermita de San Pedro, el noviciado de San Andrés, la cúpula o el Cristo de los Milagros. Las vistas han estado ahí siempre pero le damos una vuelta de tuerca y pensamos en como serían hace cien o doscientos años. Cuando nos damos cuenta, el desayuno que pensabamos tomar tenemos que dejarlo por imposible, es tarde.
La vuelta la hacemos a paso redoblado y llego a casa a las doce y media. La partner está haciendo comida para varios días. Ha recogido el piso, ha ido al gimnasio y ha subido a tender. Todo eso, creo, con el firme propósito de que me de cuenta que el escaqueo de hoy ha sido de los grandes. Cuatro horas un sábado por la mañana cuando lo de "hacer sábado" era la opción del día es cuando menos reprobable.
Con la mirada me lo deja caer y tengo que reconocer que la he cagado. Que he metido la pata con el senderismo. Ni si quiera puedo reconocer lo que me duelen los gemelos después de la caminata que ha pasado de lo 20km. Lo que si hago es disculparme, pedir perdón por el escaqueo y recordar que no puedo poner ninguna justificación. Que si yo pensaba... que hemos descubierto y por eso... que el cinturón verde esta... ¡Nada!. Disculpas y propósito de enmienda. El lunes estoy de descanso, el curro en casa es todo mío.
Como buena partner no ha podido evitar lanzar alguna pulla. Nada que no mereciese.
Y esto... ¿a que viene? Pues que suelo quejarme de los tontos, de los cabrones, y de gente que no sabe valorar lo que tiene cerca. Y esta vez todo eso se ha concentrado en este tipo que, cada vez, escribe menos, y peor, que va acumulando años y espera disfrutarlos con esa Santa Partner. Que coño santa. Un pedazo de tía a la que tengo que agradecerle enormemente la paciencia que se gasta conmigo.
Vamos con los libros. Este año habrán caído poco mas de cuarenta. Creo que alguno se me ha pasado anotarlo en el cuaderno, aunque este año he apuntado muchos de los comics que he leído, que antes no solía hacerlo.
El caso es que, mas menos ha sido esto:
Nada es lo que parece, de Vicente Raga, pertenece a la saga 12 puertas. Unos libros entretenidos sobre Valencia y como ha ido desarrollandose un secreto desde la judería del siglo XIV hasta ahora donde un grupo va desentramando algunos de estos. Entretenido, sin pretensiones, pero este es el cuarto y tendré que conseguir el resto.
Mr. Milagro, El alma del controlador aéreo, que para tener orígenes granadinos me esperaba algo mas, o 9 minutos, cayeron sin pena ni gloria.
Pero recuperé para finalizar enero un imprescindible: Momo y también uno de esos que llevaba tiempo con ganas y se había quedado en el tintero: Córdero, de Christian Moore fué un descubrimiento. El amigo de Jesús cuenta su evangelio y es divertido e instructivo.
Willian Faulkner trae su Oso, que no llegó a entusiasmare en febrero. Y después, para entrar la primavera leí: Totalidad sexual del cosmos y Ligeros libertinajes sabáticos, títulos mas sugerentes que interesantes fueron los libros. Pero acabé marzo con un buen sabor de boca al leer La brevedad digital, un libro de VVAA que traía los premios Cardenal Mendoza, donde participé y no conseguí nada mas que un buen libro, que ya es algo.
Sherlock y la sabiduría de los muertos, de Rodolfo Martínez, A la hora que cierran los bares, que era un pendiente de hace tiempo de Soledad Puertolas y El extasis de Fleur, libro que podía haberme ahorrado, fueron los referentes de abril. Eso si, lo mejor de ese mes fue la novela gráfica de Joker. También cayó por ese tiempo, Catwoman, en comic, otro de micros, Donde queremos estar, y otro de esos libros que se quedaron en el tintero hace casi treinta años: Ella, (la que debe ser obedecida) de Henry R. Haggard.
En junio, por culpa de un bono regalo de Netlé, me compré El Asesino, una novela gráfica de Matz y Jacamon, del que después cayó la segunda parte y estoy esperando que los RRMM se porten bien y traigan la tercera, si no tendré que comprarlo yo. También de Neville, Riesgo Calculado, Días enteros por las ramas de Yourcenat y Bosques de Polonia, una excelente antología de Antonio Luis Ginés.
Por fin cayó uno de esos libros que se fueron eternizando en la mesilla de noche pero no por ello desmerece nada. Una recomendación de una chica en La Casa del Libro que me trajo a Angel Gonzalez y su Antología y he disfrutad tanto como la de de Wislawa. Pero es que además segí con varios que me dejaron muy buen sabor de boca: Lolita, si el de toda la vida de Nabokov. Y una sorpresa que encontré en la calle y no va a volver a salir de casa, Nombre de Torero, de Luis Sepúlveda.
Volví a leer 1984 en versión novela gráfica. Días de lectura de Proust, y La Juventud de Pratt y Corto Maltés. Para seguir cn algo mas liguertio como Todo está oscuro, otro de las 12 puertas, Hombres, de Quino y un ensayo de Garcí: Beber de cine.
Después de varios aciertos llegaron las de arena acabando las vacaciones: Historia de un hombre contada por su esqueleto, de Manuel Fdez; Ella fue buena de Philip Rot me dejaron un poco chafado. Afortunadamente entre estos libros estaba El gran golpe, de Catwoman, regalo del hijo y Cazadores de nieve, de José Luis Muñoz. Y otro de Salvador Gutierrez Solis que seguí en la trama por eso del tema Huelva, Amantes Anónimos.
Revolución y El búfalo de la noche me metieron de lleno en México, con dos grandes escritores: Reverte y Arriaga.
Entre noviembre y diciembre ha habido poca lectura. Adios muchachos de Daniel Chavarría que había recomendado Arriaga en su libro de antes y la colección, estupendísima, de grapas de Nightwing. Para darme la réplica con X-Force que fue degenerando y con el último libro del año, el premio Planeta de 2023: Las hijas de la criada, de Sonsoles Onega que, sin dejar de ser entretenido, crees que mereces algo mas. Pero bueno... Ahí se queda la lectura. El año que viene mas, o eso espero, por que a 5 de enero no he leído nada aún.
Reeding is sexy |
Quizá este año no ha sido tan difícil hacer la selección como en otros. La verdad es que la mediocridad ha estado presente en la mayoría de las series que he visto. Muchas han pasado sin pena ni gloria, pero entre las destacadas voy a escoger para esas cinco...
1. Derry Girls.
2. Kalifat.
Kalifat, mejor se queda en inglés que en español el califato es de los Omeyas, es un drama sueco actual donde se introduce a adolescentes en la radicalición islámica. El tema principal son dos familias, una en Siria y otra en Suecia, la relación con el islam, los miedos y la esperanza. Todo entrelazada con una policía con mas problemas que una hoja de cálculo que hace lo que puede para ayudar.
3. Traición.
4. La banda del guante verde.
Original y divertida. Esta serie polaca cuenta como unas septagenarias ladronas tienen que refugirarse en una residencia de ancianos para pasar desapercibidas.
5. Días mejores.
Entre Poquita fé y Días Mejores, estaba la elección de la quinta serie. Quizá por ser españolas eran las que quería meter en este Top 5. El caso es que Días mejores se queda, entre otras cosas, por que estoy viendo su segunda temporada y parece tan buena como la primera. Una terapeuta, Blanca Portillo, dirige un grupo de duelo con unos personajes variopintos que no te dejan indiferente. Es una serie de hace unos años pero que a mi me me ha pillado tarde.
También han caído este año:
Machos Alfa, The Witcher: Origen, Emily in Paris (T3), Willow, Girls, Chuck (T1-5), La Chica de la nieve, Four more shots please, Vikingos Valhalla (T2), Clarkson´s Farm, Okupas, Las reglas del juego (T1-5), Sombra y hueso, Operación Palermo, Sherlock (T1-4,otra vez), Carnival Row (T2), Yellowstone (T1-5), Mrs. Maisel (Final), El Grifo, Lost girl (T1-4), Obsesión, The Withcher (T3), Jack Ryan (T4), Cuento perfecto, Este mundo no me hará mala persona, Citadel, Instituto Voltaire (Si no hubiese puesto las Derry, esta entraría en el Top 5), El principe dragón (T5), Lidia Pöet, Ciudad Invisible, DeatBeat, Lupin (T3), Tulsa King, Sex Education (T4), Irreductible de Baker Street, Fringe (T1-5), Gen V, Upload (T3), Loki (T2), Adictos al amor.
En amarillo las que se pueden ver, en rojo las que puedes saltarte para no perder tiempo. El resto...bien, entretenidas sin mucho que aportar que no sea divertirte y conocer alguna cosa.