El móvil estaba en la mesa. Ella lo había olvidado. Durante los últimos meses había sido su entretenimiento nocturno. No había charlas, ni lecturas, ni siquiera aquella interminables noches de sexo. Entonces empezó a sonar. Se acercó. En la pantalla aparecía un número desconocido. Durante unos segundos su mano se fue acercando poco a poco, pero quiso contestar. Sabía quién era. Hacía años que él también había olvidado el móvil, que una llamada sonó cuando no estaba, que ella había llamado para hablar con su mujer.
VEINTIDÓS DE DICIEMBRE: LOTERÍA
Hace 22 minutos
q traicioneros son los móviles, verdad?
ResponderEliminaryo les tengo un respeto horroroso últimamente....
Pues yo paso. Lo que esté en el móvil lo puede ver cualquiera, forma parte de mi, de mi vida, de mi presente o de mi pasado. Y al que no le guste... ¡Que no mire!
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