7/8/11

Barrio de Hospital

Es domingo, las obras están paradas. Apetece pasear ahora que no hace calor. No son la nueve pero ya hay gente en la calle. No es que sean tempraneros, no. Estos no llevan el periódico en la mano, ni el pan, no van en bermudas y camiseta. Estos, los paseantes que tengo bajo mi ventana, llevan una noche de jarana. Pero no de esa que me gusta a mi, si no, todo lo contrario. Caminan despacio, no conocen el barrio y buscan un lugar para desayunar. El hombre más joven tiene los ojos ojerosos, una barba que le despunta y una camisa arrugada. Como de haber pasado una mala noche en el sillón del hospital. La pareja que le acompaña van aseados, impolutos, pero con el mismo gesto de cansancio. 
Caminan despacio y en la cara se les mezclan las sensaciones. Llevaban semanas sin verse y en esos ojos caídos tiene cabida la alegría por encontrarse. Bien o mal, pero ahí, por verse unidos. También en esos ojos les coge la tristeza, porque saben que uno de los suyos, probablemente, no vea el próximo día.

2 comentarios:

  1. los hospitales son muy jodidos.... yo que por mi padre pasé media vida en ellos, no quiero ni verlos! pero que le vamos hacer...
    juana la loca

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  2. A mi tampoco me gustan. Pero eso de estar cerca pues... en cuanto te enteras de que hay alguien sueles pasarte por si la familia necesita algo, o si quieren pasarse por casa para cualquier cosa. Buena vecindad que le dicen.

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