La dama de Corazones. De Lluis Pons |
La encontré en una chaqueta que no utilizo. Hacía mucho tiempo que no la usaba, la había olvidado. Desde que tiré la baraja al mar no he vuelto a hacer trampa. Ahora, la dama de corazones, se encuentra en uno de los forros de la camisa. Lista para usarla cuando sea necesario, para ganar la partida a cualquier precio.
Al fin y al cabo... jugar por jugar, como dicen los imbéciles, es lo que hace que yo gane.
O sea, que sigues con la vocación de tramposo...
ResponderEliminarBueno, de un modo u otro todos lo somos.
Paseante, me hago trampas constantemente. Depende de el día, unas veces gano y otras...soy el que pierde. (Jugar por jugar, o, Jugar para ganar.)
ResponderEliminarcreo que lo importante es jugar independientemente de como salga la cosa, lo peor es quedarse parado, estancado, comierdo mierda como dicen en cuba...
ResponderEliminarLo que yo digo... jugar por jugar.
ResponderEliminarYo no juego si antes no la tengo marcada...
ResponderEliminarYa tendré tiempo de arrepentirme.
Sí si, jugar por jugar está bien, pero si no piensas ni por un segundo en la posibilidad de ganar es cuando nunca ganas. Y además, quien no se hace trampa a sí mismo alguna vez?
ResponderEliminarHace poco hice una apuesta. Saliese como saliese daba igual. Ganaba de cualquier manera. Me gustan las apuestas en la cama.
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