Caigo en la cama. Los pies pisan la colcha blanca. Aún es verano en Córdoba, aunque hoy llueva. Aunque el día se pinte de gris.
En el techo un ventilador que dejó de funcionar hace tiempo parece una margarita. Un aspa me quiere, otra no, otra si, otra no. Debería haber comprado el de cinco. O quizá... comenzar con lo obvio. ¡Con que no me quiere!
En el cabecero de la cama un chica desnuda muestra su piel azul. Una vez fue mi amante. Y sigue bendiciendo a todas aquellas que pasaron por la cama, todas las que me hicieron feliz. Pero ahora volvemos a estar solos. Los dos.
No pasa el tiempo cuando la cama es tan grande. No pasa el tiempo y la noche se hace eterna.
La chica de azul sigue mirándome. Quizá vuelva a ser mi amante, como lo fue un día de aquel pintor. Quizá...
yo encima de la cama no tengo ni ventilador al que consultar ni cuadro que me ampare.... y por la contra que tú, algunas veces (sólo algunas) me gustaría tener la cama para mi solita
ResponderEliminarPues yo cuando me gusta tener la cama para mi solo me voy al sofá. Pero en mi cama que haya siempre gente.
EliminarMe hiciste recordar que por varios años tuve una foto de Lenin en la pared junto a mi cama. No, no fuimos amantes. Ahora no foto tengo.
ResponderEliminarUn beso
Yo cambié la del Ché por una de Inés Sastre. Mejoró la habitación pero me supuso un regomello durante más tiempo del que me gusta admitir.
EliminarSabes que esa amante de piel azul no te va a cambiar. Es una ventaja...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sabes que esa amante de piel azul no te va a cambiar. Es una ventaja...
ResponderEliminarUn abrazo.
También hay otras amantes, que sin tener la piel azul, no me lo pedirían.
Eliminar(Esta visto que lo de Juana es un gripe y por lo que se ve contagioso. Ya mismo estamos todos con dos comentario.)
¿un poster de avatar? lo siento, chiste fácil
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