Se tiró al suelo y comenzó a gritar. Era un grito desgarrador, angustioso. Era un grito que rompía la armonía del lugar. Algunos comenzaron a acercarse, pocos porque donde se encontraba no admitía la entrada de nadie más. La miraba desde la parte alta y ni podía, ni quería ir a consolarla. Me daba miedo que fuese contagioso. Hacer el ridículo con tantos sentimientos a la intemperie. La vi retorcerse en el suelo, llorar a lágrima viva mientras intentaban calmarla. Gritaba, gritaba como no había visto hacerlo a nadie en mi vida. "Es un ataque de angustia" decían.
Era la primera vez que escuchaba algo así.Dos años más tarde fue ella quien me obligó a gritarle a una fuente una madrugada de verano. Con el agua me limpió la cara borrándome las lágrimas.
Hace poco la volví a escuchar gritar, y llorar. Esta vez... de alegría. Está embarazada.
Por lo visto, el grito es su forma de comunicación habitual en cuanto las situaciones tienen alguna particularidad.
ResponderEliminarQué molesto...
pues enhorabuena!!!
ResponderEliminarTesa... a mi me molestan los gritos. Hasta que me di cuenta que no podía darlos. Terapia intensiva para conseguirlo. Me siguen jodiendo, pero hay algunos... ¡Que molan!
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