7/6/25

Tose.

 Tose. 

Y cada vez que tose pierde el alma. 

Como un yo-yo que saliese fuera del cuerpo

buscando un camino imaginario 

y regresando como un niño

con ganas de correr. 

Sujeto por esas gomas 

que dan su salida. 

Cuando el alma vuelve

duele. 

Duele el pecho desde el tiempo 

y por un segundo parece recuperar 

la cordura. 

Y duele la vida. 

La vida le duele a horrores. 

No saber también duele

pero no tanto como ese segundo de cordura.

Duele recordar la risa.

¿Cúanto hace que no ríe?

Que su mueca de dolor 

se quedó grabada en su cara.

Como la de un villano de Batman. 

Duele. Y vuelve a toser. 


2 comentarios:

  1. Me quedé en silencio con una amiga próxima de dar el último tosido.
    Un salido de Buscador

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